Equinox Fin de Semana

Notas de Felix Obes Fleurquin y del Semanario Equinox Fin de Semana de Uruguay

Thursday, April 24, 2008

Puré de Zetas


Puré de Zetas


No, no hablo de esta Zeta...

La derrota de la DGI y del modelo totalitario de agresión a los particulares

Henderson y el Estudio de Daniel Ferrere, con el apoyo de la sociedad, de todos los que somos pequeños o grandes comerciantes que no envidiamos ni despreciamos el éxito sino que lo admiramos, hicieron puré a Zeta, a la DGI y a la madre que los parió, para alegría de quienes desde el día uno de este intento totalitario y comunista de reventar a una empresa emblemática, le dimos nuestro apoyo.

Porque yo opino que no era un tema de impuestos ni de asuntos fiscales, que hay miles de empresas que tienen las cosas menos claras que esa, sino que estando el poder -por motivos que ya hemos analizado- en manos equivocadas, de gente que jamás debió acceder al gobierno de una República (de esas gentes y sus mesnadas originales más los alcahuetes que se les suman), se decidió dar un ejemplo para tirar moneditas a la mersa y a la chusma que festeja cada cumbia política de La Langosta.

Se decidió dar un ejemplo, decía, para que el resto de los privados vieran lo que le pasaba a una empresa que es una de las naves insignias de la actividad privada, una empresa que es parte de la historia del país, una empresa eficaz, exitosa y admirada, para que la gente viera en esa humillación pública lo que le podía pasar al que no pagara los tremebundos impuestos que estos asaltantes del Estado han aumentado desde que llegaron al poder.

Eligieron a una empresa modelo y pensaron que, siendo su dueño miembro de la "alta sociedad" y de origen "gringo", opino yo, iban a tener la aprobación de la mersa -de esos que "porque sí" odian todo éxito ajeno, al que le echan la culpa de su fracaso-, que iban a contar con esos enanos mentales, los que en cada sociedad dan calor a los huevos de la serpiente, a los pequeños nazis y comunistas de a pie, a esos que en la historia justifican genocidios y dictaduras, esos que para justificar su mezquindad y cobardía, dicen aquello de "si eso les pasa será porque algo han hecho, algo habrán robado".

Y no estaba equivocado, pues cuando entre gallos y medianoche, el día del ataque a Tienda Inglesa escribí una nota a la apurada y la envié, muchos de esos me contestaron "que se joda gringo hijo de puta, pituco de mierda, algo debe haber hecho" y ahí me di cuenta de todo: se estaba explotando el resentimiento del enano, del terraja, la envidia del piojo de nacimiento y la xenofobia y el racismo del nazi de bolsillo que puebla estas pasturas del sur.

El ataque a Tienda Inglesa, deduje yo en ese momento, era parte de una operación mayor, de un plan de intimidación al estilo chavista, totalitario contra la sociedad civil; y no estaba equivocado porque ahí estaba la ejecución pública de los Rupenian, el acto de quitarle su radio al estilo de Chávez, la desesperación por mantener presos a los Peirano sin haberles podido probar un carajo de delito, sea por la incapacidad natural de la justicia, sea porque no robaron un carajo sino sólo se fundieron por burros; el ataque a oficiales del Ejército, cuyos presuntos o reales crímenes son cosa del pasado, si es que otros reales y confesados asesinos están en el gobierno y son ministros. Todo eso vi, era el avance contra la democracia y la punta de lanza era un convertido Zeta al servicio del poder de turno. La semana pasada la justicia no tuvo más remedio, NO TUVO MÁS REMEDIO, ante la condena de la sociedad y el trabajo de uno de los mejores estudios jurídicos del país, que meter a Zeta en la picadora y hacerle puré su intento contra Tienda Inglesa.

Sumemos a eso el apoyo de los ministerios del Interior y de Trabajo del aparato nazi comunista de los tupas llegados a Palacio, apoyo a cuanta ocupación ilegal -porque todas las son- de empresas, campos, oficinas y fábricas por parte de sindicatos manijeados por el gobierno contra sus dueños existe. La huelga es una cosa y el paro también, pero si alguien toca MIS cosas, mi empresa, lo cuelgo a lo del quede, de la almena más alta de la torre más alta de mi fortaleza. En todo eso tenemos un avance del Estado en manos totalitarias contra las libertades y derechos de los particulares.

Por eso, la derrota de ese gobierno, la aplastante derrota del Estado que la justicia tuvo que admitir, es algo a festejar. El puré de Zeta que queda de uno de los movimientos hacia la chavización de Uruguay es algo que debemos celebrar. Debe ser esto uno de los puntos en los que el poder desaforado de este gobierno, que NO es el mío ni el de todos los uruguayos, sea frenado para terminar de derrotarlo y sacarlo del poder en las elecciones que vienen, votando, como dije ya, a la mejor opción que tenga en su contra, porque no habiendo soluciones perfectas debemos usar lo que hay a mano, pero hay que sacarlos de cuajo para que nunca más vuelvan, con el voto claro, no de otra forma que eso no es correcto.

Un aplauso para la Familia Henderson, para los que apoyaron a esta empresa y para todos los abogados del Estudio de Daniel Ferrere.

De Zeta... sólo la historia recordará un monton de puré.

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com

Friday, April 18, 2008

DANGER FOUR La primera banda Beatle en Mayo en el Solis


EQUINOX LA APOYA Y VA A IR A VERLA EN PATOTA FAMILIAR. NO FALTE EL JUEVES 22 DE MAYO EN EL SOLIS Un Imperdible para nuestra generacion y para nuestros hijos. YE YE!

Mas info en
www.dangerfour.com

lea nuestra nota
http://findesemana.blogspot.com/2006_05_01_archive.html

Wednesday, April 16, 2008

El asesino era el marido

El asesino era el marido



Era mi candidato, el tipo era el sospechoso número uno de Equinox, que siguió con toda la cholulez posible este thriller con enfermeras falsas, maridos sospechosos, asesinos a sueldo, tiros y jeringas criminales, todo lo necesario para un buen policial negro de clase B. Inusual en este medio en que la gente, de puro bruta, se mata a martillazos delante de todo el mundo o sale en la crónica roja por violar a una menor o cosas por el estilo. Uruguay se moderniza poco a poco y los asesinos se globalizan y acá, ¡sí, sí!, tenemos al fin una trama para un policial de esos con detectives y amantes, maridos buscando la herencia de la esposa y asesinos a sueldo, en lugar de ser siempre los que damos libretos para películas tipo Saura, como el del anormal y españolísimo crimen de la estancia en Colonia.

Claro, el frustrado asesino fue muy chapucero y atropellado y ya fue sospechoso desde el principio, se ve que el tipo vio muchas seriales de TV y poco cine de culto, en donde el arte de asesinar a la esposa con plata ha logrado joyas de sofisticación, desde las obras maestras en que el asesinato no sea visto como tal -porque ahí está la maestría- a grados de chapucería como el que estamos viendo hoy. Pero no se preocupen, el próximo caso será diferente, porque no hay duda que un criminal siempre copia en cierta forma a un criminal anterior, salvo en esos casos de martillazos y hachazos a la luz del día, que no tienen nada de arte sino de pura estupidez causada por pasiones dignas de paletos o chantas.

Otras novedades y de matar seguimos escribiendo. Vimos -se me está contagiando la forma de hablar de Volonté que siempre habla en plural, como el Papa- la primera película uruguaya que es buena, seria, bien hecha, que no parece actuada por la Comedia Nacional y en la que no se meten ideas ni opiniones por parte del director ni se manipula al espectador, porque se limita a narrar los hechos y dejar que cada personaje involucrado diga lo que opina del asunto. Es "Matar a Todos" y su página es http://www.mataratodos.com/. Te deja con la sensación de haber visto algo hecho con la precisión de un mecanismo de relojería. Los personajes son creíbles, el general luce como un general, el capitán como tal, el comisario y el miliquito de la Comisaría de Parque del Plata parecen lo que representan y hasta la protagonista no se pasa de rosca y no sobreactúa.

Todo lo anterior que vi -vuelvo al singular- no se parece en nada al cine. "Whisky" y "25 Watts" y sus temas eran deprimentes, no así la técnica del armado; eran tan, pero tan triviales, que sólo a un uruguayo con mentalidad de pueblito pueden llegar a gustarle esos bodrios. "La Puta Vida" empezaba bien, pero se iba desmoronando hasta llegar a un final ridículo en que todo lo anterior quedaba perdido; "Viaje hacia el Mar" no la vi, porque esas cosas de Morosoli me paspan, son cuentos para labradores rumanos que tienen el sentido del humor de pastores de cabras herzegovinos o sea, cero, salvo cuando se maman y se matan entre ellos. Un policial, "El Viñedo", era de lo mejorcito, al menos por el tema; se dejó ver, pero había tanta sobreactuación que al final la macaneaban. Y el resto, tipo "Dirigible", es una suma de paquetes pretenciosos.*

"Matar a todos" logra mantener el interés del espectador la hora y media que dura y se mantiene en un ritmo mesurado en el que sabemos que no van a haber salidas tipo Batman ni mensajes ideológicos de ningún tipo; el crimen perpetrado ante las narices de una sociedad que se dice democrática, pero que estaba gobernada, como lo está hoy, por incapaces que no se dieron cuenta de lo que pasó o se hicieron los idiotas; crimen que la justicia de Uruguay, incapaz también de hacer nada en serio, tuvo que endosar a la de Chile, dejando que nos tocaran los cojones y se llevaran a unos oficiales sospechosos que deberían haber sido juzgados acá y no allá.

Aparece acá ese crimen correctamente narrado y deja, en el final, esa sensación de que no pasó nada con el caso Berríos. No pasó nada en Uruguay, país del "acá no pasa nada" y los gobiernos todos y los particulares todos, hacen sus chanchullos y salvo que haya interés político en joder a alguien, no pasa nada.

El asesino era el marido, ¡sí que sí! Y los asesinos de Berríos son seguramente uruguayos, todos chapuceros porque dejan rastros de sus crímenes aunque maten a todos o casi todos. Pero no se preocupen, quizás algún suicidio por ahí haya sido un perfecto asesinato y exista entre nosotros algún artista consumado, un Hannibal nacional nunca sospechado, que pasea por la rambla y es amigo de todos en el Club.

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com

* "Pepita la pistolera" era buena, porque no se metía a más de lo que daba el tema ni tenía "mensajes" pues eso de las pelis con mensaje es paspante, cosas para snobs.

Saturday, April 12, 2008

Enamorado de todo esta noche de otoño ventoso

Dedicado a mi hermano menor, Daniel, mi familia, el que ayer cuando corria por Bvar. Artigas-corre mas y mejor que yo-paró a sonreirme.



Enamorado de todo esta noche de otoño ventoso



Los saludo desde Equinox, acá esta noche de viernes lluvioso de otoño ventoso, como cantaba mi hija Carolina en la Jardinera, "Otoño ventoso, otoño lluvioso y no sé qué de las hojas"; y cantando me miraba desde el océano de sus ojos azules y yo me hacia pis de felicidad mirándola con la misma cara de pelotudo -diría mi querido Alejandro, que hace rato que no te vemos- con la que miro a cada uno de mis hijos cada vez que hacen la cosa más nimia, cosas que a mí me parecen maravillosas.

Y ya se van dando cuenta, me imagino, que esta semana no habrá dedos acusadores ni pataletas contra el poder de turno, porque hay muchos motivos para que dentro de mis problemas, problemas que los tienen todos ustedes en su supervivencia diaria, esté de buen humor, buen humor resignado a la realidad que vivo y a los problemas que sorteamos cada día, pero de aceptable buen humor, así que, mientras escucho la música excelente de CXX Radio -la de Daniel Jorge, en Internet- que me ayuda a navegar entre las rompientes con una sonrisa, sintiendo además esa o esas otras sonrisas de las cosas y personas queridas detrás de mi hombro, esas sonrisas lejanas en el tiempo y en el espacio que son como hadas o ángeles curiosos que nos protegen y evitan que miremos el mundo con amargura o con rabia.

Esta nota, que no es más que una serie deshilvanada de cosas que voy tecleando y a las que Carmen, en su paciencia y cariño infinitos tratará de darle forma aceptable, es un sucedáneo de editorial, cosa que Equinox me permite hacer, porque tengo la suerte de ser, en mi pequeño mundo, amo y señor de mi tiempo y de fijar yo las reglas y cambiarlas a mi antojo, lo que a mí me parece maravilloso, eso de ser Almirante en Jefe de una flota de un barquito más pequeño que el del Ratón Mickey, pero Almirante y Emperador de mi territorio, sea donde sea que él esté: un día acá en Rivera, ayer en Ellauri, mañana Dios sabe dónde y miren que si estaré bien de los fusibles hoy de noche, que nombro al Señor Dios y lo nombro con mayúscula para espanto de mi alma sacrílega, liberal y atea, porque a diferencia de mucha gente, yo tengo lapsus en los que creo en ese Señor y es cuando me alegro de estar vivo y mirando el cielo de Montevideo -como lo hago hoy- y no cuando las cosas van peor, que son momentos en que nunca lo menciono, porque en esos malos momentos sé que sólo yo me salvo con las cosas que puedo hacer. Soy un religioso del optimismo, así de simple.

Van a ver en la sección Pingüinos, que sé que es el termómetro de mi estado de humor, más para arriba que para abajo; y van a ver en Frases, una mención repetida a los nazis de bolsillo de Uruguay, que son todo color e ideología, raza y partido, sobre los que iba a escribir una nota que no voy a escribir porque no se me da la gana y además acabo de ver en Movie City una película francesa de las que no llegan al cine ni al video club, sobre episodios entre 1815 y 1830, en donde hay una parejita de protagonistas llenos de juventud y belleza -esa combinación insolente que da rabia a tantos viejos mentales pero que a mí me llena de amor a la vida- ese milagro único de ser consciente del tiempo y de la finitud de las cosas. A todos los que como yo y los amigos y amigas que quiero y tengo en esa categoría, los que tenemos vivo y luchando dentro de nuestra vieja carrocería al niño que se sorprende ante el Universo y que, creyendo en la magia, en las hadas, en la poesía que surge en forma espontánea de cada cosa que sale bien, seguimos adelante con una sonrisa curiosa y transgresora, porque nuestra raza, mi raza y la de mis amigos, es la de los hombres y mujeres que, pese a todo y pase lo que pase, damos gracias al que corresponda por seguir estando aquí, sintiendo el viento de otoño en esta noche de gloria, mientras nuestros hijos y nietos duermen sabiendo que aquí estamos de guardia, armados hasta los dientes, para protegerlos.

Y punto. No los empalago más, los dejo a todos ustedes que navegan conmigo y con mi formidable equipo de hombres y mujeres, el equipo de Equinox del que estoy orgulloso a reventar porque somos los mejores en toda la red, los más valientes, corajudos y totalmente diferentes a todo otro grupo. Y ¿saben por qué? Porque amamos lo que hacemos, lo amamos con toda la fuerza de nuestra absoluta independencia de todo poder.

Pienso en Virginia en Mallorca, mi hija más transgresora, más aventurera; pienso en Maxi, en Estocolmo, el joven Obes Jr. laburador y metódico, ordenado y poeta como yo; en Carolina y sus ojos de mar abierto en Punta Ballena, en su mundo medido y a su medida, un micro universo perfecto del que estoy orgulloso; mi Leti con su hija, que duermen juntas en este momento, Leti y su cría, como dice Carolina, las que me llenan de carcajadas y ruido la vida; y sé que he hecho las cosas bien dentro de los mil errores que he cometido en mi vida y que seguiré cometiendo, porque ella me ha regalado días como el de hoy.

A todos ustedes, mis amigos, un abrazo enorme y muchas gracias por estos ya casi diez años juntos, que no es poca cosa.

Bocha
felixobes@gmail.com

Thursday, April 03, 2008

Ellos (los argentinos)

Ellos (los argentinos)
Antonio Fernández Arosteguy

Parodiando a Maria Seoane (Nosotros), recién escuché al Presidente Kirchner en Crónicas. Era una víctima y declaraba, entre otras cosas, que si se le brindaban los informes tantas veces pedidos y negados sobre impacto ambiental -porque con Uruguay el problema era ambiental y no otro- y si había conclusiones satisfactorias luego del receso pedido a ambas empresas papeleras, ambos gobiernos tendrían que llegar a un acuerdo porque somos países hermanos y el presidente uruguayo es un amigo. Tanto cinismo, en un argentino, no puede extrañar, pero sí da lástima ese concepto universal de que todos los latinoamericanos actuamos como ciudadanos "de baja intensidad", dijera O'Donell.

Es muy posible que en un futuro cercano se llegue a esa conclusión. Las papeleras no contaminan, seguirán su curso, el honor argentino lavado y el "enano llorón", contemplado. Pero creo que esta vez, el tema porteños versus orientales dejará secuelas, disimuladas tal vez, pero a la larga con consecuencias.

Para quienes conocemos la historia argentina en profundidad y con interés, desde sus comienzos, tanto como la nuestra, ilustrada después de su exaltación primitiva para "hacerla" nación por historiadores realistas como Félix Luna, García Hamilton, O'Donell; así como sabrosos comentarios periodísticos de Lanatta, más todos los relatos de viajeros extranjeros antes de su conformación política y también recientemente en nuestro medio con la publicación de Invasiones Inglesas y los comentarios de Auchmuty, creo que aunque históricamente no se debe juzgar en tiempo presente lo que ocurrió en el pasado, la verdad es que el saldo, de ocurrir así, no es muy favorable a nuestros vecinos.

Sus más recientes personajes públicos -que ellos exaltan como representativos- Bonavena, Monzón, Maradona, la ex-Presidenta Isabel Martínez, Galtieri, Moria Casán y tantos otros (nunca un Favaloro, que nunca invocan porque quema), así como en el pasado Rivadavia, Mitre, Urquiza (como Busti de Corrientes y comprado por los brasileros por una tropilla de caballos, ¿tres mil o más?), los hacen más menos que más.

Su impronta genética debe tener que ver, hace poco leí una estadística que desde finales de la última guerra mundial, Italia había tenido un promedio de un gobierno cada año y medio y la mayoría de sus figuras primordiales -derecha, izquierda, vaticanas, etc.- de dudosa moralidad, incluidas procesadas o huidas al extranjero.

Hace sesenta años que convivo con argentinos (mayoría porteños), trabajando dependientemente, vinculado simplemente o con amistad recíproca. Les he brindado servicios, sin ser servil. Me ha servido económicamente, como no podría haberlo hecho un coterráneo (especialmente montevideano, que también conozco). Creo conocerlos bien y no son estímulo de convivencia ciudadana: por su conducta -casi siempre esquiva y acorde a las circunstancias- aunque eso sí, bien paga, conocen el precio del destaque, aunque sea pago; hasta en el exhibicionismo familiar.

Pocas veces leí tan compenetrado como en Yo, el Supremo de Roa Bastos, la descripción de la conducta de un gobierno y sus representantes para juzgar a los porteños y su actitud frente a las provincias, incluida la nuestra; y que perdura a través del tiempo y otros protagonistas. El "piqueterismo"de hoy no puede sorprender, ya existía y su máximo exponente fue la asonada frente a Galtieri para declarar la guerra a Inglaterra y 90 días después, la misma frente al mismo, para lincharlo. Lo sublime y lo ridículo siempre ha ido de la mano de nuestros vecinos.

Yrigoyen, Evita, Galtieri, Kirchner y los que vendrán, no hay diferencias porque es una conducta asumida y arraigada en un pueblo, mezcla heterogénea y no ensamblada, que prosperó en una tierra feraz, atribuyéndose a sí mismo los méritos no ganados y que hoy, extinguidos, todo hace creer que van a una quiebra inevitable.

Nosotros tampoco escapamos a esa falta de grandeza para "pertenecer", sentir "la gloria de ser" y apuntar a cosas más altas que el bloqueo de rutas.

Renunciar a nuesta soberanía y ejercicio de la justicia para enviar al extranjero a tres ciudadanos uruguayos, implicados en un delito ocurrido en el país, es una forma débil de sucumbir ante presiones extranjeras. Y los gritos de rebeldía y los balazos a escondidas, ¿dónde están?

¿Qué pasaría si EEUU reclamara al asesino de Mitrione?

En un simple PC y el sitio que cualquiera puede tener, se puede ubicar un edificio como la Alcaldía de Busti y con la mercadería en las tres fronteras, cualquiera hace un objetivo al estilo israelí. Al fin de cuentas, tanta alharaca para tan pocas cosas. ¿Renunciaría Chile a la tierra que le ocupó a Bolivia fraudulentamente y por violencia, dejándola sin mar? ¿Eso es perder soberanía o un acto de justicia?
Puede que la cordillera evitó la contaminación y los tiempos los ayudaron -sangre mediante- a ver las cosas de otro modo. Leí Michelle -aconsejable, sobre todo a militares- y realmente asombra en nuestros medios y tiempos, una mujer así.

Ojalá se pudiera clonar para Uruguay; porque la verdad sea -no tengo nada contra mujeres- pero las que hoy hay a la vista -con muy poquitas excepciones- y que dicen que mandan, dejan mucho que desear.

Somos países jóvenes y en quinientos años hemos adelantado poco: no digo para llegar al cinismo de un Blair o la doble faz de un Chirac, pero por lo menos seguir las huellas de nuestros antepasados españoles o la de la siempre ejemplar Alemania (por favor, no caer en la clásica estupidez de asumir nazismo por esto), hoy también regida por una mujer; que en definitiva, no sé si el mundo no marchará mejor con ellas al frente, pero que no sean del Frente uruguayo.

Wednesday, April 02, 2008

La Argentina como espectáculo

La Argentina como espectáculo
Manuel Flores Silva

¡Ay, si pudiéramos alquilar balcones al resto del mundo para mirar Argentina de cerca! Es un país cuya diva sex symbol está pertrechada de semejante artilugio masculino, a lo que tiene perfecto derecho, claro. Pero es un caso de devoción sexual masiva algo peculiar. Cuyo deportista emblemático se pasó la vida consumiendo drogas, en medio del delirio de las masas. Uno de cuyos goles más festejados es uno que metió con la mano. Y un país, por lo demás, que ama el autoritarismo.

El país K, hijo del odio.

El presidente Kirchner no podría presidir ningún país civilizado del mundo. Manejó su país a los gritos. Está decibélicamente deslegitimado para conducir cualquier cosa que no sea una tribu. Enfatiza mal sus oraciones de modo que resalta, por ejemplo, las inexpresivas preposiciones o, aún, las comas. No resulta en un tipo que grita. Sino en un tipo que imita mal a uno que grita. Y siempre contra alguien. Porque si algo necesitan los Kirchner es un enemigo, no un adversario, a quien odiar. Tanto que se lo viven inventando. Son gente de amigos poderosos y muy ricos y de enemigos en las sombras. Tanto que no sabemos nunca bien quiénes son, más que categorías conceptuales algo abstractas, tipo "los colonialistas", objeto del coro, el otro día, de los patoteros de Luis D'Elía. Y categorías además erróneas, pues es claro que son los pequeños productores y no los grandes, los "duros" contra el gobierno en este conflicto.

Cristina vende algo igualmente falso. Le agrega histeria. Y quiere, todavía, disfrazar el paquete con cierto intelectualismo. Todo lo que se le opone, ella cree que no es legítima discrepancia sino que, en realidad, busca reponer a Videla en el poder. Tapizaron Buenos Aires estos días con ese argumento y con la foto del dictador. Al Videla de cuyo gobierno, paradójicamente, los Kirchner no estuvieron tan lejos. Sin embargo, a la clásica deslegitimación del adversario, propia del populismo autocrático, cree que la jerarquiza agregándole alguna expresión propia de seminario politológico, tipo "calidad de la democracia", "construcción de instituciones", etc. Autoritarismo, pues, increíblemente enmascarado -sólo Argentina- de lenguaje de seminario institucionalista.

Para los Kirchner, entonces, una invitación al diálogo no es que tú pienses diferente y vamos a ver cómo logramos congeniar, sino que tú-sos-un genocida, que querés-que-vuelva-Videla, que, aunque no tengas dientes, sos un claro oligarca-colonialista, al que ya te mandé pegar por el gordo matón éste que se sienta al lado mío en los mítines (D'Elia) y, como yo-soy-buena-, si te bajás bien los pantalones, yo dialogo contigo. Es la curiosa invención del diálogo como una categoría final de la humillación del otro. El diálogo concebido como el sagrado derecho del prójimo a la rendición incondicional inmediata.

Así como el marido es un orador impresentable en cualquier tribuna del mundo -que por lo menos se daba cuenta de ello y no se exponía en el orbe, salvo en la selva del Amazonas- la señora es impresentable como intelectual.

Los Kirchner conservan de su era menemista la práctica de esa época de construir fortunas personales tan grandes como inexplicables. Su forma de criticar al capitalismo es, curiosamente, la de acumular -desvergonzada y groseramente- el capital.

Balcón al cambalache.

Todos los argumentos que estos días los Kirchner han usado contra los cortes de rutas son más válidos todavía, obviamente, para aplicar contra los cortes de las rutas internacionales con el Uruguay. Cortes que, sin embargo, ellos fomentan y financian. Pese a que sus propios estudios de impacto vienen arrojando que la fábrica de celulosa de Uruguay, produciendo a pleno, no contamina nada. NADA. Pura manija. Manija y patota: kirchnerismo.

A la oposición se le manda un patotero fascista como D'Elía -subsecretario de Estado hasta hace unos meses, que debió renunciar por su apoyo a los autores del atentado al AMIA (viajó a Irán a apoyarlos)- quien le rompe la cara a la gente impunemente frente a las cámaras, método que la Presidenta profesa para manejar su país o, por lo menos, a la sociedad civil. La vieja receta argentina de la mazorca. Ese pensamiento excluyente y anti tolerante que no permite que la Argentina cuaje como proyecto de nación, puesto que unos argentinos siempre niegan rotundamente a otros, según la tesis de Nicolás Shumway en "La invención de la Argentina": la preeminencia de la visión antinómica y maniqueísta entre los argentinos es tal, que hace imposible convalidar exitosamente una nacionalidad.

No importa nada, sin embargo. La Argentina no quiere pensar en eso sino que se evade de sí misma a través, por ejemplo, del escándalo del último video sobre una "fellatio" de Wanda Nara con su ex novio y ello sí tiene rating soberano. O discutir si la pierna artificial de su principal productor es de madera o de platino.

¿Cuándo se jodió el Perú?, se dice en un relato de Vargas Llosa. ¿Cuándo se jodió la Argentina?, cabe preguntarse. Un argentino lúcido -porque cuando un argentino sale lúcido en el mundo se sabe que es difícil competir con él- Juan José Sebreli, piensa, en "El asedio a la modernidad", que ello ocurrió cuando Hipólito Irigoyen hizo clerical y de complacencia militarista a la reforma radical y secularizante, en otros lados laica, de principios de siglo. Por mala influencia de Krause y a diferencia de Uruguay, donde nada incidió Krause, dice Sebreli. La supérstite alianza de la espada y la cruz dejó ancladas las negaciones del pasado. Los uruguayos tenemos que imaginarnos a un José Pedro Varela clerical y a un José Batlle y Ordóñez militarista para comprender porqué la ilustración argentina de comienzos de siglo XX frustró el proyecto nacional. O, siguiendo la lógica de la reflexión de Sebreli, ¿dónde estarían México o España si la revolución mexicana o Felipe González hubiesen sido clericales y militaristas? Esta tesis hace sospechoso, claro, a Irigoyen. Debe ser más complejo el asunto, sin embargo. Los suicidios de Leandro Alem y de Lisandro de la Torre, preñados de inviabilidad nacional, tal vez, ayuden a explicarlo. O el asesinato de Urquiza, que tendía puentes entre las dos Argentinas. De todos modos, ser populista en la época de Perón -la gente sin ciudadanía social a causa del fracaso del proyecto anterior- tenía alguna lógica. Hoy es un mamarracho al que se le nota el falsete.

Quiero decir, Argentina siempre ha sido un producto cultural en contradicción y crisis -desde que envenenaron a Mariano Moreno, por lo menos- pero la tan pronunciada caída de su identidad en las últimas tres décadas la saca del mundo. Convierte al propio país en lo que allí llaman "una joda de Tinelli" (la primer paradoja o chiste es llamarse Argentina en alusión a la plata, un metal precioso que nunca produjeron: ya el nombre es pura apariencia). Este batido de puñetazos de D'Elía con fondo en Wanda Nara, montaje en Antonini Wilson y sonido de cleptócratas, de asalto permanente a las instituciones cuyos dineros se vacían y sus reglas de juego se agitan al timbre de los gritos de Néstor o los gallos de Cristina, la Argentina de las lolas más grandes del mundo, de las cifras desorbitadamente falsas del instituto de estadísticas, de un Secretario de Comercio que gobierna con revólver y de la mayor cantidad de cirugías plásticas por kilómetro cuadrado, todo ello, digo, como producto cultural, no puede sino terminar mal. Tienen, por si faltaba algo, AMIAs trancados y ovaciones guturales a Galtieri mal resueltas.

Los Kirchner habitan el sueño mesiánico como si éste los hubiera estado esperando desde siempre. Llegan al gobierno y todo va económicamente bien. Son mesías pasados por la confirmatoria prueba del nueve. Como si el aumento de los precios internacionales de las materias primas -que coloca esos precios a un nivel que no se conocía desde 1845, esto es, sus cotizaciones han arrasado con siglo y medio de deterioro de los términos de intercambio- fuera mérito de ellos. Como si Cristina en persona hubiera despertado -a la hora de la siesta y con sus cirujeteados encantos- al gigante dormido de China para que aumentando la demanda mundial hiciese subir los precios de los "commodities". La recaudación fiscal les aumenta, entonces, por un factor exógeno un 8% por año (en términos constantes) y dale que va. Creen que lo único que faltaba para que el mundo se arreglara era que ganaran ellos y se pusiera en marcha "la escalera mecánica del progreso" (el sarcasmo es de Doris Lessing en "El sueño más dulce"). Consecuencia evidente, la solución es que ganen siempre ellos. D'Elía y Cristina le llaman democracia.

Tuesday, April 01, 2008

Desargentinizar Uruguay...¿viste?








Desargentinizar Uruguay, ¿viste?



Admito que la idea de escribir sobre el "problema argentino" -porque es hoy y ha sido siempre Argentina un problema para Uruguay, antes y después de ser nación- surgió al leer la nota de nuestro querido amigo y columnista de este semanario, Antonio Fernández Arosteguy, cuyo título "Ellos, los argentinos", es el tema de tapa de esta edición de Equinox Fin de Semana.

Agradezco a Antonio ser mi musa (o muso) en esta oportunidad, porque en primer lugar me subo a un tren ya en marcha, lo que me ahorra neuronas, tan cansadas esta semana; y por otro, me evita escribir sobre ANTEL y las declaraciones de Carvalho o No Declaraciones al estilo del sombrerero de Alicia, porque el diario El País parece que reculó de haberle tocado los cojones a La Langosta, en un lapsus de periodismo valiente, totalmente fuera de lo común en el alcahuetismo que prima en los medios tradicionales.

Pero no fué, El Pais...por un rato...no fué El Pais, pero como en La Cenicienta, al rato, volvió la calabaza de ser carroza, a su estado original.

Ya escribiré de ANTEL y su caída a la inexistencia si no hace lo que nunca podrá hacer, que es dejar de robar al consumidor y ser una empresa eficiente. Se le escapó a Carvalho -porque que lo dijo, lo dijo, va la nota autocensurada de El País más adelante- lo que escribo siempre y que los hechos me están dando la razón: que es un engendro contra natura y debería desaparecer junto a todos los monopolios, para la felicidad de la República.

Antes, mucho antes que empezara este mamarracho fascista del bloqueo de fronteras por parte de unos energúmenos que son tan argentinos como sólo un argentino típico puede ser -los buenos son minoría en ese territorio, por eso es lo que es-, había escrito notas y comentarios surtidos sobre el antagonismo que hay, desde que existimos, entre Buenos Aires y Montevideo. Nos detestan y nos desprecian. Nosotros, salvo las declaraciones que no se cree el declarante mismo, puramente formales, todos como nación, los detestamos, los envidiamos. En lo que estamos todos de acuerdo, es en que a los porteños no los bancamos; porque el problema principal, aunque no el único, son esos porteños que han convertido Argentina en una nación frustrada -lean la nota de Manolo Flores Silva más adelante, que también cayó muy oportunamente en mi escritorio- que a diferencia de Brasil y Chile, para citar dos ejemplos, no ha podido sacarse de encima una manera de ver al mundo que no es más que el estilo del matón y del demagogo, el del oscurantismo español antiliberal, militarista y clerical, que sumió por siglos a España en el atraso, mientras Europa renacía del cataclismo que significó para Occidente la cristianización de Roma y, por ende, su colapso como Imperio. Una cosa llevó a la otra.

Lo que toqué de refilón arriba, el colapso del Occidente Romano, porque ellos eran nosotros a causa de las sectas excluyentes, será tema de otra nota, les mandé una sinopsis para que queden picando. Volviendo al tema central, Argentina es el GRAN problema uruguayo -Brasil DA problemas pero no lo es en sí mismo y, como tal, con la buena diplomacia que NO tenemos hoy, se podría resolver, se va a resolver- que nosotros debemos enfrentar como nación, si es que queremos serlo. Y sí, claro que quiero y todos queremos, porque he aprendido mucho leyendo a mi querido Carlos Maggi y trato de no menoscabar con mal humor nuestros cimientos, aunque a veces se me escapa una nota discordante; por ello, tenemos que lograr ser diametralmente opuestos a lo que son los argentinos, a lo que Buenos Aires significa como escuela de estafadores y curradores a la que tenemos que dejar de mirar como punto de referencia para ser nosotros mismos, uruguayos conscientes que, sí señor, somos mejores, lo demostramos cada día en cada cosa que hacemos, lo demuestra este gobierno -que no es el mío y que no me gusta-; aún este gobierno se distancia, quizás a causa de los insultos y golpes recibidos, del modelo de ser argentino. No digo peronista, digo argentino, todos, desde el primero al último, según Batlle (que tenía razón pero se achicó), son iguales porque los que no son como K y Barbie K, hacen todo lo posible para que esos gobiernos sean la norma y no la excepción en ese país.

Debemos desargentinizar Uruguay en esta generación. La imbecilidad argentina, que crece con las horas mientras les cae el piano encima y ellos no saben cómo evitarlo, nos está ayudando. El bloqueo nos ayudó, las tribulaciones de La Langosta, baboseada y manoseada varias veces en público para vergüenza de todos los uruguayos, le han servido a ella y nos sirven a nosotros porque nos damos cuenta, finalmente, que ESO es Argentina, eso es Argentina en estado bruto, desnudo y sin maquillaje, ESO que vemos de un nazi hijo de puta que le rompe la cara a un tipo en vivo, por ORDEN de Casa Rosada, eso es Argentina. Es bueno que pase, es bueno a largo plazo que sigan siendo como son, que sigan bloqueando, jodiendo, estafándonos, insultándonos, porque eso nos está endureciendo y despertando del letargo, de la fantasía de que eran "hermanos", cosa que nunca fueron ni lo serán, porque la única forma de tratar con esa gente, la única forma de trato que ellos entienden, es con fuerza y firmeza.

Y lo estamos haciendo casi llevados por los hechos, esos imbéciles están despertando nuestra identidad dormida y tenemos que agradecerles por eso, por un lado y, por otro, dejar de querer ser como ellos, frívolos y mentirosos, curradores y chantas, dejar de copiar su basura cultural, su mierda televisiva, su forma de ver al mundo cínica y ventajera y mirar otros referentes totalmente opuestos. Chile, el Perú de hoy, Brasil Imperial, del que pudimos ser su capital del Sur pero no fuimos por culpa de los malditos rosistas mazorqueros, anti liberales y aporteñados. Podemos buscar nuestro destino, sí, pero antes que nada, tenemos que desargetinizarnos de una vez por todas y tratar de actuar, no como el barrio pobre de Buenos Aires, sino como el Gran Puerto del Sur, el puerto de aguas profundas que terminará por enterrar en el barro a nuestro competidor de nacimiento.

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin
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