Equinox Fin de Semana

Notas de Felix Obes Fleurquin y del Semanario Equinox Fin de Semana de Uruguay

Wednesday, June 30, 2004

Esta noche misteriosa que te he tenido en mis brazos

Lo dedico a mi prima Eloísa que envía material para mejorar mis sueños, y a mi amigo Antonio Xavier que es mi banco de memoria y recuerdos.

UN PICNIC HACE 23.000 AÑOS EN EL VIAJE HACIA LAS ESTRELLAS

"Esta noche misteriosa que te he tenido en mis brazos", pensaba el pescador hace 23.000 años en el mar de Galilea, mirando a su mujer dormida, apenas iluminada por el fuego, mientras tallaba en una gran espina del pescado las marcas y los rasgos de su pareja para que miles de años después, entre los huesos fosilizados de ella, encontráramos ese objeto.


Siempre me resultó curioso que Antonio llevara consigo esa talla en la que, con mucha voluntad y más imaginación, uno podía ver una boca sonriendo, quizás la forma de un seno, una mujer sin duda, una venus prehistórica de tantas, que mi amigo había heredado y cuya historia inventaba. ¿Qué podíamos saber de hechos de esa época no escrita, sino deducir que sólo un hombre tallaría a una mujer, que sólo lo haría de noche pues eran las únicas horas de relativa calma y que de hacerlo, lo hubiera hecho para representar en ese hueso algo que le era importante o que lo había conmovido?

Por muchos años no supe nada de esa tribu o quizás de ese grupo de cazadores que hacían su camping hace 23.000 años y del que Antonio sabía, por haber estado por menesteres propios de su cargo en Israel muchísimo tiempo -mucho antes que Eloísa mi prima que dedica días a buscar para todos nosotros navegantes curiosos, material para desentrañar algunos aspectos de la historia me lo enviara hace algunas horas, lo van a ver en su columna- y a mí me hiciera un click la memoria y le escribiera al viejo Coronel preguntándole si ese sitio no tenía relación con su comentario de hace un tiempo.

Sin haber sido confirmado por Xavier digo que sí, me arriesgo a afirmar contra toda prueba científica que, al final, el cazador pescador de Galilea es el artista enamorado que una noche dedicó unas horas a inmortalizar el cuerpo y figura de su compañera y a legarlo a un par de imaginativos personajes que la rescatarían del olvido y lograrían que todos supieran de ella, de él.



Me arriesgo a esto ya que en esa época otros cazadores por la faz del planeta labraban en hueso, en piedra y en lo que a mano tenían y siempre por las noches en sus campamentos y guaridas, pues siempre junto a esas estatuillas llamadas "Venus" -ya he escrito de la de Lespuges- se han encontrado restos de fogatas, de carbón y de enseres de la vida diaria; y lo hacían por determinada mujer, quizás su ideal, quizás su pareja, quizás una de sus crías, porque ya latía en ellos la llama del amor al haber dejado en millones de años de tediosa y trabajosa evolución, de estar únicamente preocupados de comer y de no ser comidos. En ese precario sentido de la eternidad que tenían en el comienzo de nuestra carrera hacia las estrellas, iban, quizás sin saberlo, dejando pistas para la historia; la empezaban a escribir en esas tallas, a pintar en las paredes de sus cavernas, a tallarla en las piedras.



Estaban matando la muerte y el olvido como hacemos cada día aquellos que sabemos de la precariedad de nuestro pasaje y que dejamos pistas de nuestras pequeñas vidas, que son más valiosas que los monumentos de faraones y emperadores, ya que se hacen mientras se vive para que, quizás como en el cuento de Ray Bradbury, "EL Picnic de un millón de años" de Crónicas Marcianas, otra generación, otra raza, otra especie, descubra como el amigo Antonio una sonrisa nuestra en un escrito, en una imagen -probablemente de una mujer, dedicada a ella o a muchas si hemos tenido esa bendición- para que al menos un instante de nuestra vida llegue más allá de nosotros, a esa gente que estará cada vez más cerca de llegar a las estrellas porque ese y no otro, es nuestro destino.

Todo lo demás es transitorio, molestias del viaje, imperfecciones que vamos corrigiendo como la naturaleza se corrige a sí misma y deja por ahí, como en ese viejo celacanto o en esas viejas teorías e ideologías fracasadas, una seña de un camino cerrado que ha dado paso a otro y más allá a otros miles que nos impulsan hacia nuestro objetivo.

Hasta la semana que viene,

Félix Obes Fleurquin
En una noche de mansa lluvia, escuchando el sonido de las estrellas, junio del 2004, un año lleno de esperanzas.
felixobes@gmail.com


Otro hombre más al norte

Un hombre, una vez
hace miles de miles de años
y es un tema recurrente que me gusta
pues en el inicio estaba todo
y vuelve como una avalancha genética
sentado al pie de un risco
con el fuego recién descubierto
y cansado de correr con los lobos que más tarde serían perros,
miraba una estrella sin saber que era estrella
sólo era para él una luz fría y lejana
y pensaba.

Thursday, June 24, 2004

JEAN MOULIN

El ejército de las sombras

A Jean Moulin. Honor de Francia



El rastro de tu sangre en la bruma y el salto que di esa noche, Ivan Asievich que ha sido herido levemente, casi hace que el tirador alemán me ponga una bala en la frente. Pero esa luna clara me decía que no era el día que debía morir y el impacto dio casi a dos centímetros de mi cabeza y ahí me quedé boca arriba, mirándola como a una mujer luminosa, mientras el humo del disparo se congelaba bajo la luz de la luna que se había asomado curiosa entre las nubes. Así pensaba Claude Lucien.

Metros más allá, Ivan, que se había zambullido de cabeza detrás de Claude* en la zanja, puteaba entre dientes la rabia de haber sido enviado por la NKVD a entrenar y dirigir a estos putos franceses que hacían la guerrilla como se les daba la gana y no como le habían enseñado en su campo de entrenamiento de Zamidir. ¿A qué imbécil se le ocurre dinamitar un puente en una noche de luna?

-Este ruso de mierda se piensa que las sabe todas, ¿o se cree que elegimos la noche para hacerlo volar? Le dice Claude Lucien a su prima Estele, ya que se dio cuenta de lo que el ruso pensaba y salen corriendo por entre los setos, pues no quieren caer en manos de la Gestapo que ya ha asesinado a su jefe, a su amigo, Jean Moulin, el espíritu del Maquis, el amigo de De Gaulle, hace casi un año, pero que ha dejado legado de resistencia en cada parcela de Francia. Claude, Estele y el ruso se pierden en la noche, la luna se ha ocultado, cómplice; salen a un camino entre dos granjas y se dirigen a liquidar la estación de radio alemana en Vierville Sur Mer, esa que escucha el alemán que va a morir esta noche, ese mismo buen tipo, el bonachón de Helmuth que Claude conoce de las tabernas y al que ha de liquidar porque de eso depende parte de la victoria.

Ivan, que sabe francés pero que ha sido entrenado para hacerse que no, sacude la cabeza y le sonríe. Han aprendido a tolerarse y cuando esto termine, el día antes que el ruso retorne a Moscú para ser fusilado por el solo hecho de haber estado expuesto a Francia, cenarán y se emborrocharán juntos, pero eso lo contaremos en otra nota.

Discurso de Malraux el día que Jean Moulin es enterrado en el Panteón
http://beaucoudray.free.fr/jeanmoulin.htm

El Gran Resistente
http://www2.ac-toulouse.fr/col-jmoulin-toulouse/moulin/jean00.htm

Mientras tanto, muchos años antes ya que el tiempo es una fina madeja cuyos hilos casi siempre se mezclan, otro francés escribe a su mujer en vísperas de otra batalla.

Nuestras espadas, escribía casi 100 años antes Pavel Sobiesky en la noche de vela de armas de Waterloo:

Je pense a toi Agnes ce soir
(Archivo de Marcel Dunnier, 1944, Les Archives de la Memoire de un soldat, en la biblioteca de Antonio Xavier en Maryland)

Traduzco a lo bestia:

"¡Horror mujer, qué horror tanta sangre!

Nos quedamos sin munición esperando a las tropas de Grouchy esta tarde en Waterloo y no llegaron, debo hacer tiempo para cargar mi mosquete en este horrible calor y mar de barro. Debo deciros, amor, que hemos sido derrotados y que el Emperador está muy atribulado. Vos deberíais, mujer, ir a casa de vuestra madre en Lyon, puesto que creo la fortuna ha sido negativa para Francia, deberíais, Agnes, iros de París. Os encontraré, Dios mediante, el día de Pascuas.

Tanta sangre mujer, me espanta, me revuelve, soy hombre de armas pero esto ha sido demasiado, hemos cruzado una noche de sangre para encontrar una peor, no merecemos esto."


El Panteón, París

Es a la muerte de Víctor Hugo, cuando su cuerpo se transfirió en 1885, que el monumento se volvió un homenaje para celebrar los grandes hombres. Sobre el frontón, se puede leer "A los Grandes Hombres la Patria agradecida".

El Panteón sirvió de laboratorio experimental a Léon Foucault (lean a Eco "El péndulo de..."). Instaló un péndulo para demostrar que la Tierra volvía sobre sí misma.

Las últimas importantes ceremonias del Panteón señalaron la segunda mitad del siglo XX: las cenizas de Jean Moulin se transfirieron en 1964, con este motivo André Malraux pronunció un famoso discurso en presencia del General de Gaulle.

André Malraux mismo encontró su último descanso en el Panteón el 23 de noviembre de 1996. Yo estaba en París y lo vi.
http://www.geocities.com/Paris/2102/vext03.html

El último por sucederlo fue Alexandre Dumas.

Pero esa noche del 5 de Junio en Vierville Sur Mer
Despacio, con el puñal en la mano, Claude se arrastra hasta la trinchera y se deja caer. Levemente, como un copo de nieve, muerto de miedo, queda en el fondo de la zanja, temblando. Sabe que va a matar, él, maestro de escuela, a quien han creado para llevar la luz, llevará un trozo de la noche y aprieta el cuchillo; casi como en sueños ve la luz del bunker donde matará a Helmuth Friedrich que nacido en Tubingen, patria de la música, ha de morir degollado por un amigo que hubiera tenido de no haber existido esta guerra. Así, en ese sacrifcio, Claude entrega de un tajo -entrando por la puerta y viendo al alemán enfrascado en su radio- a su víctima.

Desangrándose con terror, la sangre saliendo a chorros de su garganta, reconoce a su amigo de la Taberna De La Cigogne, se miran y quien muere pregunta en silencio "qué me has hecho tú, que me matas, qué te he hecho para que me mates" y nadie responde. Sólo uno mata, sólo otro muere. La cadena de eventos que desde el comienzo de la historia nunca será cortada, se ha hecho de otro eslabón más.

La radio sigue indiferente con los poemas de Verlaine, uno tras otro, en una cadencia de ametralladora, las que a la mañana siguiente, 6 de junio de 1944, barrerán las playas como las hojas de otoño; esas hojas, esas páginas barren mi memoria, diría Antonio ya viejo y recordando ese día, para tratar de que recuerde el horror de ese amanecer.

Helmuth, muriendo por causas de guerra, de repente, en ese mínimo lapso que da la vida antes de desaparecer (tú lo sabes bien, ya me lo explicaste en un destello) querría decir en un grito ronco, ese que Jean Moulin de bronca les dice a sus fusiladores en Vincenes, quizás en otras palabras pero "mátenme, hijos de puta, no logran más que hacerme más fuerte" y cae para que Antonio y yo llevemos un día de julio una rosa roja a su panteón. La rosa es para cada uno de todos los que han participado en esto.

Siempre estuve de acuerdo con que Jean Moulin fue el simbolo de Francia en la resistencia interna como De Gaulle lo fue en el exilio, así que la rosa roja, en nombre de toda su generación, está en el mejor lugar posible; siempre hay una, siempre que fuimos, había al menos una.

Claude, un día, muchos años después, envió a Manuel Xavier el poema que les dejamos y que honestamente no me animo a traducir.

*Claude Lucien, leer la nota referida al 6 de junio de 1944, era el encargado del Maquis de las FFI en la zona de Vierville.

Et d'abord, qui t'es toi?

Moi? Je suis pas grand'chose, presque rien
De la chair à canon, un G.I' quoi
Ceux qu'on appelle les Ricains
Je suis celui qui est venu avec tant d'autres,
Qui est entré en Normandie par effraction
Pour jouer les samaritains, les bons apôtres,
Et qui a contribué à ta libération
On est arrivés, du chewing-gum plein les poches,
Faisant avec les doigts, le V de la victoire
Croyant d'un coup de balai, chasser les boches
Et du même coup entrer dans l'histoire
On nous critique, on nous éreinte,
On est les Ricains, les Amerlos,
Mais on est venu chez vous sans une plainte,
Et sans regrets, nous sommes entrés dans l'eau.
Nous les avons parcourues toutes ces plages:
GOLD, SWORD, JUNO, UTAH et OMAHA,
Sous le feu ennemi, nous sommes sortis des barges,
Et sans hésiter, nous avons livré combat.
Aujourd'hui, le 6 juin, c'est notre anniversaire,
Le jour sinistre de la plus grande bataille,
Le jour qui a fait pleurer tant de mères,
Et qui nous a bardé la poitrine de médailles.
Nous étions fiers de nous battre pour la FRANCE,
Pour nous, vous avez envoyé LA FAYETTE,
Nous avons exprimé notre reconnaissance,
Et largement remboursé notre dette.
Avec mes copains, on est là sous cette terre,
Dans ce coin de Normandie vraiment banal,
On a droit, une fois l'an, à une prière,
Mais on repose dans l'indifférence générale.
S'il vous plaît, un peu de reconnaissance,
Nous sommes tombés pour vous par milliers,
Afin que flotte le drapeau de la FRANCE,
Et que dans le monde revive la liberté.
Nous ne demandons pas grand'chose:
Un peu de respect, une minute de silence,
Sur notre tombe, qu'on dépose une rose ,
C'est peu tout de même pour une délivrance.

Claude Lucien, 1964

Hasta la semana que viene, desde Equinox, retrasmitiendo por Rayuela desde Le Petit Con, en vivo para los que usan WIFI o tienen su WebBlog en Blogger. http://www.blogger.com

Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com

VIERVILLE HOY
http://www.normandie44lamemoire.com/fiches%20villes/vierville.html

A PARIS A PARIS !

20 DE JUNIO 2004



¡A PARÍS, A PARÍS!



Manuel, tercero desde la izquierda, en Rochambolle,1944
19 de Agosto, 1944


¡Nada se compara con tu forma de besar, mujer!
Desgranaba en su cuaderno de guerra Manuel Xavier mientras su 2DB ahora encuadrada bajo la triclolor aunque su tanque el "Madrid" -según le contara a Antonio- por la tolerancia de un oficial francés amigo, iba con la bandera de la República de España en su antena de radio y Manuel, menos interesado en la guerra que en la granadina que dejó para siempre, masca unas cebollas que recogiera de una granja, por lo que el Madrid se ganaría el nombre de "Cochotank".

Leclerc, Xavier, De Gaulle
Rue De Rivoli, 5.49 19 Aout, 1944



Leclerc, De Gaulle, Xavier, De Martigny

Nadie creía en ese momento que fuera un paseo fácil y no lo fue. Para comenzar, el Gral. Eisenhower no quería que los Franceses Libres entraran primero a París ya que había órdenes de La Casa Blanca de tratar de demorar a De Gaulle que ya se perfilaba -y no se equivocarían- como ingobernable para Estados Unidos y su política de control de Europa; y se prefería a algún francés más manejable, quizás el Almirante Darlan, que fuera misteriosamente asesinado en esos días. De Gaulle, por su parte, sabiendo esto, le ordenó a Leclerc acelerar y llegar primero.

No sólo por el tema anterior, sino que gran parte de las FFI (Fuerzas Francesas del Interior) estaban manejadas por cuadros del Partido Comunista Francés, quienes por órdenes de Moscu -como tenían los comunistas de Italia y de toda Europa- debían tomar el poder para que el Padrecito Stalin gobernara desde Siberia hasta el Canal de la Mancha. Y De Gaulle no estaba dispuesto a permitir eso.

Así que se largaba la carrera hacia París en donde un atribulado y gran admirador de Francia, el Comandante de Gross Paris, General von Choltitz, leía y releía la orden de Hitler de hacer arder París antes que rendirla y dudaba si desobedecerla, con lo cual terminaría colgado de las cuerdas de un piano al mejor estilo beethoveniano de las SS, o pasar a la historia como el anormal que había quemado la Ciudad Luz.

http://www.paris.org/Expos/Liberation/Actors/choltitz.html

Manuel, con el culo chato de meses de conducir su "Madrid" por toda Normandía, fue trasladado cerca de Le Mans -sí, en donde hay una pista de carreras de autos- a un tanque Sherman, más adecuado que el viejo semioruga, para el enfrentamiento con la división alemana de Panzer Grenadier que los esperaba en Chantilly, lugar famoso por las cuadras donde se crían los mejores caballos de carrera de Francia y por una crema pegajosa que le gusta a mis mellizas, y en donde tuvo el honor -diría él- de conducir el tanque "Alsace et Lorraine" en el que el mismo Leclerc haría su entrada triunfal en París.

5.49, 5 Mai, 1821, Saint Hélène
Moría, asesinado por los ingleses y los borbones, Napoleón Bonaparte, a quien años después reivindicado se le llevaría a París desde su tumba en Saint Helene, donde su cuerpo incorrupto y preservado por el arsénico que lo mató -para vanamente exterminar su Grandeur- entraría a través del Arco del Triunfo, para descansar para siempre en Les Invalides.

Muchos años antes, otro francés entraba en París reivindicado luego de la humillación de años, por las mismas Avenidas que Leclerc y Manuel Xavier entrarían más tarde y a donde estos dos irían a saludarlo luego de la victoria. Napoleón Bonaparte, acompañado por su pueblo, llegaría al Domo en que lo veríamos con Antonio aquella tarde del año '69 para repetir el ritual de saludo y para que mi amigo cumpliera la promesa hecha a su padre de volver por él a París y recorrer el mismo camino que él había hecho.

Yo, a mis 24 años y en mi primer viaje a esa ciudad de la que mi padre -¡curioso esto de los legados!- me había contado hasta el más mínimo detalle y de la que yo conocía cada recoveco antes de ir, me había plegado a esa aventura sentimental de Antonio contada días antes en el Hotel Saint Michel, donde parábamos todos los uruguayos en París e iba conociendo la historia de Manuel que les estoy resumiendo ahora.



A París llegaba Bonaparte, antes que Manuel y ahí éste, luego de terminados los combates, iría a su encuentro. Leclerc, entusiasmado por el coraje de su nuevo tanquista, le había contado la historia de la muerte indigna de Bonaparte durante los últimos días y éste lo acompañaría en esa peregrinación que cada soldado hace una vez terminada la batalla: el saludo al Emperador al que nuestro buen General von Choltitz, decidiendo que más valía tomarse una botella más de Calvados para darse el coraje histórico de responder a un Führer histérico que le gritaba por teléfono "si París arde, General, de acuerdo a mi orden", con un -hablaba francés el hombre- Non Adolf, non, j'decidé que non, si vous plait Mein Führer, faites vous enculer!, para acto seguido declarar París ciudad abierta y retirarse a dar una última visita al Louvre.

París le debe una estatua a este alemán, buen hombre, buen soldado y rescatado como el hombre que no convirtió París en Varsovia, demolida hasta la última piedra en la retirada alemana.

Muerte de El Emperador
http://www.herodote.net/histoire05051.htm



Leclerc, pese a la pataleta de Einsenhower, llega primero
No hubo chance para una segunda Comuna
Liberación de París
http://paris.org/Expos/Liberation/

No, no hubo la Comuna que el Partido Comunista quería reeditar luego del año 1872 y en la que bárbaramente fusilara a lo mejor de Francia hasta que ésta fusilara hasta dejar los cañones de los fusiles al rojo, porque en esa carrera para liberar París y que no fuera un protectorado ruso o yanqui ganó De Gaulle, quien, al otro día, desfilara a pecho descubierto por Champs Elysees bajo las balas de los alemanes y colaboradores, y comunistas enojados para llegar a pie al Arco de Triunfo, ese eje del Universo moldeado con el bronce de los cañones austriacos que Bonaparte tomara en Austerlitz y en donde hoy uno puede ver la llama eterna al coraje y a la libertad, esa por la que el soldadito Xavier y miles de chicos de su edad lucharan desde aquel 6 de junio de 1944, en que llegaron a liberar a la historia de una plaga llamada nazismo que, con varios nombres y denominaciones, es obligación de cada demócrata, de cada hombre libre, impedir por todos los medios y aún por la fuerza que se incorpore a la democracia como el nazismo hizo, usando al sistema para destruirlo.

Nunca supo Antonio el nombre de la amante granadina de su padre, pero ambos, después de aquellos dos años en París, seguimos generación tras otra llevando a nuestro hijo mayor a ese lugar para perpetuar ese legado. ¡Claro! con Maxi hubo que matizarlo con coristas y strip tease en el Crazy Horse, porque sin duda uno debe adaptarse a las realidades de los chicos.

Siempre le digo a Maxi que cuando él sea un psicólogo famoso y tenga muuucha guita, me lleve de nuevo ahí, me siente en el mismo Café De Flore en donde en el 68 discutíamos cómo armar un mundo nuevo, así yo me quedo mirando la gente pasar, la vida pasar por el viejo y eterno Boulevard de Saint Germain.

Donde las hojas del otoño al que cantara Verlaine para un Día D, vuelan arrastradas por ese viento que las hace girar como estrellas alrededor de la memoria.

Hasta la semana que viene.

Bocha


HIMNO DE LA 2DB

Après le Tchad, l'Angleterre et la France
Le long chemin qui mène vers Paris
Le coeur joyeux tout gonflé d'espérance
Ils ont suivi la gloire qui les conduits.
Sur une France, une croix de Lorraine,
Ecusson d'or, qu'on porte fièrement,
C'est le joyaux que veulent nos marraines,
C'est le flambeaux de tous nos régiments.

Mireille Mathieu
Paris en colère

Que l'on touche à la liberté
Et Paris se met en colère
Et Paris commence à gronder
Et le lendemain, c'est la guerre.
Paris se réveille
Et il ouvre ses prisons
Paris a la fièvre:
Il la soigne à sa façon.
Il faut voir les pavés sauter
Quand Paris se met en colère
Faut les voir, ces fusils rouillés
Qui clignent de l'œil aux fenêtres
Sur les barricades
Qui jaillissent dans les rues
Chacun sa grenade
Son couteau ou ses mains nues.

La vie, la mort ne comptent plus
On a gagné on a perdu
Mais on pourra se présenter là-haut
Une fleur au chapeau.
On veut être libres
A n'importe quel prix
On veut vivre, vivre, vivre
Vivre libre à Paris.

Attention, ça va toujours loin
Quand Paris se met en colère
Quand Paris sonne le tocsin
Ça s'entend au bout de la terre
Et le monde tremble
Quand Paris est en danger
Et le monde chante
Quand Paris s'est libéré.
C'est la fête à la liberté
Et Paris n'est plus en colère
Et Paris peut aller danser
Il a retrouvé la lumière.
Après la tempête
Après la peur et le froid
Paris est en fête
Et Paris pleure de joie.

Friday, June 18, 2004

16 de Junio 2004, 20 años

MI HOMENAJE DE HOY

WILSON QUE ESTÁS EN LOS CIELOS

En el 80, en plena era de plomo de la dictadura, vimos "Gary Cooper que Estás en los Cielos", una pequeña historia de una mujer sola recurriendo a su héroe de la infancia, de la mía, para sobrellevar un potencial cáncer y su soledad.

Gary era el héroe de toda una generación de chicos que íbamos a las matinés y lo veíamos una y otra vez triunfar sobre el mal y en los 80's, esa época en que no teníamos héroes del cine, Wilson era el héroe, el personaje trágico traicionado por derecha e izquierda, entregado a los dictadores por Sanguinetti y Seregni, para poder ser el primero un presidente tutelado y el segundo, salir a la calle luego de años de haber sido mandoneado por cabos y sargentos.

Wilson fue el precio del '84, el que pagó las cuentas que había que pagar por los cómplices del Golpe y por segunda vez se le robó su posibilidad de haber gobernado este país pequeño de alma que sacrifica a sus héroes para tener un rato más de comodidad. Y Wilson, ese Gary Cooper, lo asumió y dando el único gesto de dignidad de un país oprimido al llegar con cuatro o cinco amigos en barquito de La Carrera una mañana que recuerdo en cada detalle, y fue preso en nombre de cada uruguayo digno.

Y ese Señor, el único que se puso enfrente de la dictadura desde el día 1 -los demás fueron cómplices morales del Golpe ya que esperaban un golpe de izquierda que les sirviera y fueron víctimas de su Frankestein- es el tipo de persona que falta hoy en Uruguay, este Uruguay gobernado por un señor de llanto fácil al que se le oponen con matices otros señores de manitas agitadas y prédica de pastor evangelista; es el que necesitaríamos para enfrentar la guerra que se nos viene y en la que sólo un hombre con pasta de héroe sabría sobrellevar. Nos falta Wilson.

La República Democrática está en peligro de muerte a causa de la falta de personas de integridad y por el exceso de demagogos y payasos que ocupan hoy el espacio político. Si no aparece alguien que convoque a lo mejor de esta comunidad, nos vamos a tragar un Chávez ¿Un Mujica? Que en su hambre de poder y figuración al llegar a donde nunca debía, va a hacer lo de todo recién llegado a una fiesta: comer de más y a lo grosero.

Ustedes dirán: ¿Quién diablos es Félix Obes de una tienda de Pocitos para decir esto? ¿Quién se cree que es? ¿A qué juega en esto ese vendedor de antivirus y tintas que sentado ante su PC nos escribe estas enormidades? Pues la respuesta está en que siendo uno más de la gente de la calle, me siento en la obligación de transmitirles mi preocupación por lo que se nos viene encima. Y lo que se viene es muy feo, es el peor escenario posible y no hay ningún Gary Cooper a mano para atajarlo.

Vienen días de furia y recriminación, las próximas elecciones van a dar lo peor de la clase política. Se van a tirar con toda la suciedad posible ya que va a ser la última oportunidad de robar que van a tener. Y no vamos a tener un Caton que los controle, vamos a ser carne de urna de la peor generación de farsantes.

Pero esa fatalidad puede y debe ser frenada ya que en ello se nos va la vida. Y para eso, en esta época de mediocres, tenemos a toda prisa que crear un héroe que salga a campo abierto y haga lo debido. Si no lo encontramos, entonces todos nosotros deberemos ser desde lo que hacemos, una parte de esa personalidad que nos falta.

Si no lo logramos, Argentina va ser un poroto al lado de la que nos espera.

Wilson que estás en los cielos, líbranos de todo mal a nosotros que hemos dejado de lado esa oportunidad, traicionado por los peores uruguayos aquel día en que te vendieron por tres monedas en el Club Naval.

Hay que deshacer esa mala historia, aún hay posibilidades. Y éstas, me permito asegurar, no están en un voto desesperado a un grupo de tupamaros, asesinos confesos, que odian al sistema democrático y se trepan a él para llegar al poder. Es el Huevo de la Serpiente y la izquierda no puede ni debe tolerar a esa gente que, porque le arrime votos, termine dictando las reglas de juego.

Uruguay, después de perder a Wilson, no se merece a un Mujica dando órdenes; por eso, hoy más que nunca, tenemos que mirar a ese gran referente y tenerlo como modelo de lo que queremos, de la gente que el Uruguay necesita.

Hasta la semana que viene.

Thursday, June 10, 2004

UN PAISANITO DE MORONDANGA

UN PAISANITO DE MORONDANGA
Al que nadie le puso una placa, una mención



Hoy, en que al final la izquierda ha reconocido -a medias como todo uruguayismo- que el asesinato a sangre fría de cuatro soldaditos fue eso, un asesinato y no una "valiente acción de guerra"; hoy, que esa izquierda que quiere llegar al gobierno, debe allanar el camino y quedar bien con el Ejército que comandará -quizás, quién sabe, en una de esas- y accede a poner una plaquita en una esquina, se deja de lado a Pascacio otra vez, porque ese paisanito no representa poder ni votos ni a nadie le importa, ni es nada más que un gil de a pie, y un gil muerto. No es un Dan Mitrione, es nada más un uruguayo común y por eso no vale nada para nadie.

Pascacio Báez, sin lobby de izquierda que lo defienda, sin lobby de derecha al que le importe, es el muerto más muerto de una guerra civil que sólo se recuerda hoy para recolectar votos para un gobierno que viene y que se apoya en el odio por el odio mismo y que tiene sus muertos célebres a los que usa para hacer llorar de pena pero que olvida a los otros muertos de esa guerra porque no son rentables para sus fines.

Y el pobre Pascacio, al que se le dio una eutanasia progresista y al que nadie pidió ni perdón ni disculpas se muere a cada día ya que no tiene abogados ni jueces que bien pagos, que bien promocionados para figurar en el gobierno que viene, se ocupen de él. Pascacio no da votos, es un pobre paisano humilde y sin voto que fue asesinado por ver lo que los senadores y diputados del MLN, que se ríen de su muerte, no querían que viera.

A la izquierda intelectual no le importa un carajo Pascacio. A mí, sí.

Ellos tienen sus cadáveres militantes, los que sabían lo que les esperaba; yo tengo a ese paisano que pasaba por ahí y que por pasar, fue muerto.

Los soldaditos de guardia asesinados por el MLN, Pascacio, los caídos por la República atacada por dementes asesinos que en democracia les declaró la guerra y la ganamos, no tenemos nada que ver con la dictadura militar que fue un producto del MLN, de la insania de su locura fascista, de su desprecio por la "democracia burguesa", asesino a diestra y siniestra como asesinaban los gorilas creados por ellos, por su juego asesino que trajo esas tormentas.

A ningún progre le cae bien Pascacio. Su familia, los que lo lloran, no son nadie, no tienen un mango para pagar a los leguleyos que por fortunas hoy salen como perros hambrientos a ladrar a un segundón, en lugar de ser hombres y salir a pedir cuentas a quien las debe dar.

Pascacio debe ser el nombre del muerto que los demócratas recordemos, aunque el pobre hombre no entendería de qué se trata. Es nuestro muerto, el que como siempre, en ese patoterismo diario, olvidamos. Démosle su lugar, es un hombre común, un "don nadie", que vio una guarida de criminales y murió por ello. Todos somos Pascacio Báez y si no lo quieren reconocer, es que están tan enfermos de odio que todo lo suyo es pura propaganda. Él era uruguayo, él está muerto, su gente es tan pobre que no se le ocurre ir a la defensoría de nada a reclamar nada y como a nadie le importa, yo, Félix Obes lo reivindico y lo hago mi reclamo.

Y a él, desgraciado caminante que vio lo que no tenía que ver, le dedico esta nota ya que ni la izquierda ni la derecha ni el medio ni el fondo quieren nombrarlo, porque al nombrarlo se la juegan por un hombre común, cuyo pecado fue estar en el lugar equivocado el día que los tupas -esos del MPP, esa mayoría del quizás gobierno que viene- lo mandaron matar en un acto que no ha tenido justicia. La muerte de sus "guerrilleros" ha sido su tema, la muerte del que ellos mataron fríamente, no es tema de nadie.

No quiero a Mujica ni a su grupo de asesinos gobernando mi vida. No quiero saber nada con un grupo de gente que aplicó la inyección letal por no incomodarse en retenerlo por el tiempo que fuera. Para mí los tupas igualan a Bush, Rey de la Pena de Muerte y no los quiero en el poder. Pepe es muy divertido, como el Joker de Batman...pero son letales, matan friamente y no están ni arrepebtidos ni han pedido perdón; es mas, muchos de ellos, sino todos, justifican esos crímenes y para tener gente así en el poder, también podriamos votar ¿por que no si son iguales? a Nino Gavazzo y al Goyo Alvarez.

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin

Y LEAN ESTA BASURA DE ZABALZA, por eso, estos no cambian, como los nazis, odian al sistema democrático, quieren, como Hitler, usarlo para llegar al poder. Esto no va suceder.

http://w1.876.telia.com/~u87622175/rodelu/urugua06d.htm

Tuesday, June 08, 2004

POR AQUELLO QUE ENCONTRÉ EN TUS OJOS

POR AQUELLO QUE ENCONTRÉ EN TUS OJOS


Sería lo que pensaba Manuel Xavier de aquella morena de Granada que había derretido en una noche de verano a fuerza de poemas, besos y vino mientras dirigía aquel 10 de junio de 1944 su acorozado "Madrid" de la Legión Extranjera a través de los setos de Normandía para enfrentarse a la II División Acorazada de las SS (Sepp Dietrich) que recién se despabilaban del exceso de chucrut y cerveza y órdenes contradictorias del Ober Kommando y avanzaban hacia las playas del desembarco.

Antonio, mi amigo, se divierte con mis especulaciones a partir de pequeñas frases encontradas en cartas de la época y desde las que invento y recreo lo que pasó o lo que podría o deberían haber sido esos días, como cuando en camino a Normandía en el 84, siguiendo el curso del Sena para evitar las malditas autopistas de Cortázar, pasamos por Les Andelys, un pueblo en un recodo del río, en donde, en un promontorio, se ven los restos de la fortaleza de los Plantagenets, la familia de Ricardo Corazón de León y en donde, sentado en una muralla derruida imaginé a Ricardo joven, bruto y espléndido, soñando sueños de Rey y de Cruzado para espanto de mi audiencia familiar que se moría de hambre y quería bajar al pueblo para comer unos sándwiches.

Cuatro días después con separación de 40 años, Manuel Xavier tuvo su bautismo de fuego en medio de uno de los miles de bosques bajos de arbustos, tan parecidos a nuestros montes criollos de los que Normandía está llena y que en esa época eran una maldición para los tanquetas aliados y un refugio para los Panzer Grenadier que desde estos enloquecían a los americanos.

El evento sucedió el 10 de junio a las 06:54 según está consignado en las notas de Manuel en las que mencionaba que estaban hartos de raciones K y que esperaban encontrar alguna granja donde tomar buen vino y comer buen queso, pero como toda la zona estaba desbaratada por los combates, no había nadie en su sano juicio que se hubiera quedado a ordeñar una vaca normanda y así, con las tripas aullando, nuestro soldadito se dio de trompa contra un Panzer que venía en sentido contrario y jura Manuel que le vio los ojos al chucrut que iba en la torreta y que se miraron asombrados uno al otro por ese accidente de tráfico en donde ambos dejaron parte de sus latas, para seguir sabiamente cada uno en dirección opuesta, mirándose ya que ninguno atinó ni quiso dar la vuelta y morir estúpidamente. Decía Antonio que su padre le contaba riéndose que saludó al alemán con la mano y que éste respondió y siguió su curso.

Cada uno de ellos quizás tenían otra cita más o menos importante, pero en segundos y de común acuerdo, esa mañana habían decidido no matarse entre sí; quizás el alemán, como Manuel, gracias a esos segundos de una buena decisión, tuvo larga vida y buena muerte muchos años después. Pero la cosa fue que Manuel vivió para contarlo y el otro probablemnete también mientras su Mariscal Rommel, que por no haber sido soldado de buen juicio y haberle dado pelota a su esposa como no lo hacía en 1815 nuestro héroe Pavel Soviesky, él, el encargado de la defensa de Normandía, él, el Zorro del Desierto pero el Pato Sentado de Normandía, había dejado su puesto en Caen para ir a Berlín a festejar el cumpleaños de su esposa.

Mariscal Rommel, petiso, compadrito, pollerudo.

Y el capricho de un buen marido pero mal estratega dejó a su ejército en pelotas, sin mando y como es bien sabido que los alemanes no improvisan y se atienen a la línea de mando, perdieron la batalla -y a la postre, la guerra- por una mujer, una mujer que otra mañana, varios meses después, vio partir a su esposo rumbo a su suicidio por orden del Führer, que lo suicidaba no tanto por su participación en el complot contra su vida, sino por ser un pelotudo y pollerudo.

Bien decía Pavel, Guardia de Napoleón, "no jodáis, Agnes"; bien debía haberle dicho Erwin a su esposa lo mismo mientras Manuel Xavier recorría Normandía después del susto con el alemán, muerto de hambre y con el culo pegado a su asiento, el corazón latiéndole por la granadina a la que nunca más vería y de la que sus ojos serían, 60 años más tarde, el motivo del homenaje de un amigo de su hijo; hijo que vivió otras guerras y que vio miles de ojos curiosos, ojos redondos, razgados, celestes y verdes, ojos de mujeres, cada una más maravillosa que la anterior, mujeres que le dieron y me dieron hijos e hijas después de guerras y sustos, y para las cuales escribimos, para enseñarles y entretenerlos.

Le Vieux Soldat -diría Antonio una tarde sentados en un café del Quartier Latin, creo que era Le Deux Magots y creo que era en el '69- un viejo soldado, un viejo amante, ha tenido batallas y mujeres por igual. Yo, mi estimado Bocha, sólo recuerdo a mis mujeres. Y con eso pedimos otra ronda de Pernot y alucinados salimos caminando por Saint Germain rumbo a algún restaurant que nos diera una cena como la gente, fuerte, sustanciosa, un buen Chucrut Royale con champagne en Le Chop D'Alsace, ahí por el Odeon, en homenaje al alemán que su padre había visto pasar de largo aquel 10 de junio de 1944.

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin

http://www.lesdeuxmagots.fr/
http://www.vaetvient.fr/index.php

Saturday, June 05, 2004

6 DE JUNIO 1944/1984/2004

6 DE JUNIO 1944/1984/2004
UN POEMA EN ESA NOCHE DE NORMANDÍA



"Les sanglots longs des violons de l'automne, blessent mon coeur d'une langueur monotone"

Claude Lucien se sobresaltó al escuchar ese poema en su radio. Estaba escuchando la BBC de londres en el sótano de su granja, cerca de Vierville, donde horas después desembarcaría parte del más formidable ejército que alguna vez cruzara el mar para liberar Europa en la que sin duda, si hubo alguna vez, una "Guerra Justa", esta lo fue.

Saltó de su silla, subió el volumen de la radio para cerciorarse de que había escuchado bien, aun a riesgo de que alguna patrulla alemana lo descubriera y fusilara en el acto, y volvió a escuchar la frase de un poema de Paul Verlaine que el locutor repetía una y otra vez y que en código significaba para la Resistencia, que los Aliados estaban en camino y que los franceses debían comenzar de inmediato la demolición de puentes y vías férreas establecidos de antemano y esperar esa noche a los paracaidistas de avanzada, británicos y americanos (las famosas Divisiones 82 y 101 inmortalizadas en Band of Brothers), que las 0.15 del 6 de junio de 1944 llegarían para tomar puntos claves y apoyar a las tropas que en el llamado DÍA D, en la Operación Overlord, llegarían masivamente.

Claude salió disparado hacia la granja vecina donde habían convenido reunirse y se puso a hacer aquello para lo cual había estado esperando tantos años de sombras, tantos años de furia contenida, de humillación y de horror. Simultáneamente, a todo lo largo de Francia, especialmente en la zona de Normandía, miles de mujeres y hombres que habían escuchado ese magnífico poema elegido como señal de liberación, se ponían en marcha. Ese Ejército de las Sombras como lo llamara uno de mis héroes favoritos, Jean Moulin, a quien casi 40 años más tarde puse una rosa roja en su tumba del Panteón de París antes de salir yo también hacia Normandía.

Esa noche de junio de 1944, hace hoy 60 años, a la misma hora que escribo esto, un soldadito español que había luchado por la República en Teruel, Madrid y que había tenido la fortuna de haber llegado a Marruecos antes que la larga noche franquista cayera sobre España, para alistarse en la Legión Extranjera de Francia, estaba navegando junto con otros casi 200 voluntarios españoles hacia las costas de Francia. Ese soldadito se llamaba Manuel Xavier, padre de mi amigo Antonio, y que como uno más de la tripulación del vehículo acorazado bautizado "Madrid" haría la guerra y tendría una larga y feliz vida, con suficiente tiempo para contarle a su hijo sobre lo que había vivido ese día.

Manuel, que como Antonio era aficionado a la poesía, hubiera asentido con una sonrisa de haber sabido esa noche que el mismísimo General De Gaulle, en uno de sus tantos y espléndidos caprichos, había seleccionado esa frase que ha pasado a la historia como un mensaje de esperanza. Sin embargo, el Sargento Helmut Friedrich, de la División Acorazada 1 de las SS al mando de Sepp Dietrich que estaba a cargo de analizar las transmisiones de la BBC, al escuchar aburrido el poema de Verlaine, lo tomó y no podía ser de otra forma, como otro de los miles de mensajes que para el no tenían el más remoto significado (La Tía Agnes está en casa, La flor roja es más hermosa, etc.) y ni se movió de su silla, lo que a la postre le costaría la vida unas horas más tarde cuando el Maquis de Claude Lucien irrumpiera en su casamata y lo degollara silenciosamente e interrumpiera su aburimiento para siempre.

Mientras manejaba hacia Normandía el 5 de junio de 40 años después, para sacarme las ganas de estar un 6 de junio en la Playa Omaha, en Vierville -ese lugar en donde comienza la película "Buscando al Soldado Ryan" y que podría recorrer después de haber leído sobre él desde que Ernie Pyke en "Hora Cero" a mis 15 años me hiciera comprender que mas allá de ser el lugar de una batalla, era uno de esos Lieu Sacré -Lugar Sagrado- en los que uno debe entrar con respeto y en donde más allá de un paisaje uno debe estar alerta para sentir el mensaje de gloria que una generación de chicos habían dejado en el aire y en la arena, en las rocas y en el agua, su miedo, su terror, sus risas, el ruido de los disparos, los gritos. Y efectivamente asi fue.

Manuel Xavier le contaría a Antonio que, pese a haber desembarcado en otra playa en donde para su fortuna hubo menos resistencia, terminada la guerra volvió a Normandía y ese lugar le produjo más impacto que los otros. Aún en el año 84, y seguramente hoy, los restos de las fortificaciones y las heridas que nunca se han cicatrizado y que han sido dejadas así en respeto a ese día, producen, como en mi caso, la misma sensación de estar entrando a un templo, la misma que sentí aun siendo fervoroso partidario de la Repuúlica Española, al entrar al Alcázar de Toledo donde un grupo de héroes del bando opuesto dejó estampada para siempre en esas piedras, la marca de su heroísmo.

Afortunadamente, el 5 de junio anocheció lluvioso y gris y digo esto ya que eso nos evitaría la muchedumbre de turistas del día siguiente y era un escenario más adecuado para mi llegada. Graciela a esa altura estaba más que podrida de tanques, mapas de batallas, bunkers, museos militares, de sacarme fotos encima de un monumento, encima de una muralla, por lo que esa noche en vísperas del 6, se decidió a mirar en la TV cualquier cosa que la sacara del tema miltar, por lo que yo, que ya me había hecho íntimo del viejo dueño del Hotel Casinó -no recuerdo su nombre, pero sabía de estos temas más que yo y como a mí le gustaba darle matraca al asunto- después que cerrara el restaurant del hotel trajo una botella de Calvados y la tomamos alegremente como si nos conociéramos de toda una vida. Sobre las 4 de la mañana se abrieron las nubes y la luna, la misma luna de 40 años atrás, apareció en el cielo de Normandía.

En ese momento fue cuando recordé los cuentos de Xavier sobre su padre, le comenté a mi amigo sobre el poema de Verlaine y este normando coloradote por naturaleza y por el efecto de años de buen Calvados, se pone de pie mirando la Playa Omaha y recita con voz firme:

Les sanglots longs
des violons
de l'automne
blessent mon coeur
d'une langueur
monotone.

Tout suffocant
et blême, quand
sonne l'heure.
je me souviens
des jours anciens,
et je pleure...

Et je m'en vais
au vent mauvais
qui m'emporte
de çà, de là,
pareil à la
feuille morte...

Luego, como buenos entusiastas y bastante mamados, liquidamos la botella y cantamos La Marsellesa un par de veces hasta que su esposa le gritó desde una ventana y nos fuimos a dormir en estado de gloria. Detrás nuestro, entre la bruma, en la arena y la marea que ya cubría la playa, miles de sombras agradecidas de nunca ser olvidadas, sonrieron bajo esa luna que, intermitente entre las nubes, iluminaba los restos de aquellas murallas que ellos habían tomado en un día como hoy, hace 60 años.

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin

http://www.cronica.com.mx/nota.php?idc=127953
http://sapiens.ya.com/sosilos/operaciones/normadia.htm