Equinox Fin de Semana

Notas de Felix Obes Fleurquin y del Semanario Equinox Fin de Semana de Uruguay

Friday, March 30, 2007

El Estado descalabrado

No funciona el Estado, la policía no existe, está ausente, la Ministra divaga sobre derechos de los delincuentes y "Haya paz, hermano" en una vieja letanía hippie mientras te asaltan en la esquina, rompen los vidrios de tu comercio y te lo saquean; se habla de mantener el orden y de no reprimir, que es lo mismo que dotar a una policía, técnicamente inepta de resolver un crimen y ni que hablar de prevenirlo, de pistolitas de agua.

Se ha pasado de una represión salvaje a su contraparte a una aceptación del saqueo como medio de expresión de una manga de subnormales, drogados y envalentonados por consignas de estilo nazi. Entonces, como la policía no existe, un juez sale por las suyas desde un Poder Judicial descalabrado que se trata de sintonizar con los gustos de la mayoría de turno y que al ver que hay oportunidad de demostrar que existe, de repente, de la insoportable nadedad sale a procesar sin más datos que una filmación, con dos años de prisión a uno que rompió una vidriera porque esa venganza desmedida es la que el juez cree que cierto público quiere.

¿Por qué no fusila también? O lo tortura, para que confiese quiénes eran sus cómplices. Mete la figura de sedición, que es un disparate, cuando bastaba con otras más sencillas como "daños", porque en el fondo, los jueces y policías del Estado descalabrado e inoperante pasan de la ausencia a la brutalidad sin término medio, porque la sociedad toda está a la deriva al no haber parámetros claros para nada, en un Estado que no sabe a dónde va, qué fines son los adecuados para construir un país que deja pasar trenes, que balbucea reformas tontas e infantiles que sólo marean a los que las intentan aplicar y de las que únicamente resultan más costos y aportes para el contribuyente. Están mareados, no estaban hechos para gobernar sino que su función era la de ser los contras de siempre y, trepados al poder, éste les queda grande, inmensamente grande y, al pretender manejarlo como a un club de fútbol, lo llevan a estos descalabros y disparates.

Junto con el desaforado que hoy se trata de ejecutar con un castigo totalmente desmedido y exagerado, deberían ser procesados por omisión todos los cargos del Ministerio del Interior y de la Policía que dieron las señales para que esos hechos sucedieran; porque no cabe duda que hubo avisos de que había franquicias para hacer lo que hicieron, que había señales claras de que era "open season" para romper todo; y ahora se pretende calmar la furia de la gente -porque ven que políticamente el episodio les es desfavorable- con la ejecución de un cabecita de turco para contentar a la chillería de la derecha como -y curiosamente- es el mismo juez que trata de condenar a un viejo y deshilachado ex dictador para contentar a la chillería de la izquierda.

El Estado ni ahí. Está pintado, cada uno de nosotros está a lo que cada uno pueda conseguir o defender y vamos en este estilo de país que se está jugando en una mesa de café por un grupo de improvisados, a una disolución progresiva de los roles propios del mecanismo de contención que, se supone, el Estado debe ser a los excesos de los particulares, porque en su papel de cobrar impuestos razonables no lo cumple y pasa a ser cada vez más rapaz y desmedido; porque no brinda seguridad, alienta la inseguridad; porque no da justicia sino a golpe de balde, rompiendo siempre en todos los casos el hilo por el punto más débil; porque no es agente de regulación de nada; y porque, al fin y al cabo, sabemos ahora de forma bien clara que son los sindicatos del Estado los que más pesan en la ecuación fatal para que el país se precipite al vacío al no reformar nada más que la forma de decir: "¿Saben una cosa? No vamos a reformar nada".

Podría hacer una lista infinita de no sólo desaciertos del gobierno y de sus infinitos voceros muchas veces contradictorios, pero entre la lista de imbecilidades que estan en el tapete, las más graves son: una reforma impositiva que no grava a los ricos sino que saquea a la clase media o a lo que de ella va quedando; una reforma de la salud que sólo aspira a atacar, controlar y gravar a la salud privada, que es lo único que sirve en la materia frente a la total inexistencia de la salud pública; en militarizar al estilo cubano para una guerra que sólo existe en los delirios de los que proponen tamaña gilipollez; en un intento de cambiar la historia para hacer aparecer a un grupo de traidores como héroes de la resistencia; en tirar dineros de los que aportamos para que los sindicatos tengan parques de vacaciones mientras nosotros vamos a la Playa Ramírez; en dar dinero a los lumpen para que no trabajen y desparramen la basura por todos lados y... Corto acá, porque siendo viernes tengo que prepararme para el fin de semana y la verdad que no creo que sirva de nada, ya que la mayoría de la población es totalmente cómplice del desastre, porque quien más, quien menos, todos quisieran ser monopólicos, inamovibles e inspectores de rentas o esposas de jerarcas para tener auto oficial que te pase a buscar, para que vayas a la feria.

Nos vemos la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com

Monday, March 26, 2007

Dead man walking





Dead man walking



Estamos en el corredor de la muerte. El país entero está condenado a la pena capital, a su desaparición como nación viable y pocos nos damos cuenta de eso.

El peso del Estado, el peso de sus mastodontes monopólicos y de su ¿política? fiscal, que sólo trata de saquear más para tapar más deuda pública impagable; las mafias sindicales -especialmente los sindicatos estatales que prefieren que el país implosione, a ellos perder poder- que sólo defienden sus privilegios y una ola general de estupidez suicida a todo nivel, hacen que, de ser un país con posibilidades de ser un puerto libre al estilo de los puertos del Báltico (que liquidada la pesadilla comunista, han vuelto a ser lo que eran 500 años antes) estemos a punto de convertirnos -gracias a una suma de pésimas administraciones- en una zona marginal, en un espacio secundario, en donde sólo se acumulará pobreza y frustración en lugar de riqueza y éxito.

La nación está en el corredor de los condenados a muerte -y no sólo debido a este pobre y desgraciado gobierno de barrio, inepto y mediocre sin mandos claros, una especie de colegiado de la mediocridad, sino a toda la suma que trajo esto- en donde los guardias de la prisión dicen la frase del título para cada uno de sus integrantes: un hombre muerto que camina, un condenado, un terminal.

Se ha dejado pasar un TLC, se nos ha mostrado al mundo como una banda de imbéciles que, habiéndosenos ofrecido la asociación con USA, hemos permanecido en un Mercosur que es una inexistencia; el país está sumergido en un juego de personas sin visión futurista sobre muertos de hace treinta años; los dos partidos que deberían haber sido el freno de la izquierda y sus veleidades fascistas, se han suicidado intelectualmente y se han convertido en un referente menor, una mala copia que deja a la Parva Domus o al Club de Bochas de Nueva Palmira al nivel de las Naciones Unidas; el país está lumpenizado, se hace el culto de la murga y el mate, se toma a un pobre gracioso que muere de mal humor como un fabuloso humorista cuando sólo se podría haber reído de sí mismo en una noche de copas. Todo huele a frustración de viejos con naftalina.

Es el país en que triunfa un Onetti. ¿Cómo podría ser el Uruguay un país triunfador, si uno de sus referentes literarios es un pesimista, un alcohólico fracasado que escribía de personajes grises y mediocres?

Apesta a Alzheimer
Los jóvenes han sido eliminados de la ecuación, priman los viejos de espíritu y su visión senil y rapaz de la realidad. Un presidente que no tiene nada que enseñarnos ni ética ni moralmente, sale a catequizar contra el aborto; las únicas zonas viables -las francas- son aquellas en donde el saqueo impositivo no entra y, por otro lado, en Anchorena, una camándula de ancianos se reúne a comer un asado y habla de una reforma del estado que no comprende porque, en su retrogradez natural, no la podrán hacer jamás pues su naturaleza se los impide.

Y, al otro día, la reforma del estado que no reformará otra cosa que meter más empleados públicos para terminar de convertir al país en su feudo particular. Esa reforma que no tocará nada es la montaña que no parirá un ratón, a duras penas nacerá de ella una bacteria y, además, con sindrome de down, a imagen y semejanza de la capacidad intelectual de esta banda de mediocres que han tomado el poder.

Afortunadamente tenemos una generación nueva, nuestros hijos, que no hablan de muertos ni de guerras, que trabajan para triunfar y que harán lo que hay que hacer una vez que hayamos desaparecido del escenario y eso es bueno, es positivo que un Uruguay viejo y fracasado termine, para que otro, lleno de zonas francas sin los estúpidos impuestos, sin los miopes partidos de hoy, sin los imbéciles viejos de hoy, un día, de golpe, hagan de este territorio un mundo de gente rica que gane dinero, sea feliz, haga buenos negocios y se deje de joder con discusiones de ancianos anquilosados, esos malditos condenados a muerte, esos Dead Man Walking.

Y la última novedad: quieren hacer servicio militar obligatorio, una locura fascista. Eso hay que resistirlo de todas formas, no puede pasar, sé que no pasará porque para las imbecilidades y zarpazos de este régimen, tiene que haber una línea que no han de cruzar. Ésta es una de ellas, la otra es la reforma impositiva que hay que pelear a muerte para que no salga, para que no se aplique, para que fracase, para que se les rompan los dientes a las mafias estatales, que se rompan los dientes como se los rompieron con Tienda Inglesa, que fue el símbolo de la resistencia a un poder desenfrenado del mediocre contra el exitoso.

Hay que frenarlos, hay que declarar a este régimen el enemigo número uno de la República, el poder desencadenado contra la clase media, el poder más la soberbia que debe ser resistido por todos los que tengan el coraje de hacerlo.

Me declaro no sólo opositor, sino enemigo del régimen gobernante, no lo acepto como mi gobierno, lo declaro un gobierno de ocupación.

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com

Friday, March 23, 2007

LA VIEJITA DE LA REVISTA "MAD"

Thursday, March 22, 2007

Un, dos, tres, que se haga la luz

Un, dos, tres, que se haga la luz

Hubo un día uno, el de tu primera sonrisa
la del día que apareciste de la nada,
uno,
hubo un segundo día, el de la creación de ti,
cuando tú eras un espejo de mí y no existías con vida propia
cuando eras un reflejo,
y hubo un día tres,
el tercero de los días,
cuando tu sonrisa curiosa, atrevida, enojada,
me movió la galaxia establecida y cuadriculada,
y me hizo preocupar, dudar en el día tres,
el día del primer beso, de tu gusto salado,
cuando te reíste a carcajadas,
y en un segundo,
se hizo la luz.

Wednesday, March 14, 2007

¿Y nuestros muertos, los asesinados por los que hoy están en el poder?

¿Y nuestros muertos, los asesinados por los que hoy están en el poder?



Hace unos años, antes que los tupamaros, que hoy gobiernan, y del resto de los criminales que desataron la guerra civil de los '70 que llevó a la dictadura y cuya llegada fue bienvenida por la mayoría de la gente que hoy está en el gobierno, escribí con rabia una nota sobre un muerto, un asesinado por los tupamaros, que fue publicada casi simultáneamente en Equinox y en Enfoques de nuestro amigo y colega Ricardo Garzón.

Y lo hicimos porque en ese momento los asesinos y sus cómplices habían empezado la farsa pseudojudicial, que no es más que una cacería de brujas para tapar sus propios crímenes contra los miembros de la dictadura militar, culpables algunos de ellos, también, de muchos desaguisados y violaciones a las leyes, pero sobre los cuales la sociedad, de manera democrática, había expresado que el tema debía cerrarse para que Uruguay, que ya había perdonado a los criminales de la izquierda , perdonara también a los de su contraparte en la derecha y se pudiera hacer un país que, saliendo de otra guerra civil como muchas de las del pasado, decretara el clásico: "Sin vencidos ni vencedores", actuara de forma madura y dejara a los muertos de cada lado para que fueran llorados por sus respectivas familias.

En esta línea habían actuado muchos países -pongo el ejemplo de Sudáfrica- y en la misma línea el Presidente Jorge Batlle instauró la Comisión para la Paz, para que los desaparecidos fueran encontrados y sepultados de una buena vez en tierra sagrada y no permanecieran como heridas abiertas en la piel de la República. Y así se hizo, pero... al llegar los cómplices del golpe de Estado y los alquimistas al poder -que habían abierto la caja de Pandora de la violencia y que aún hoy no reniegan de ella- lo pactado por la sociedad civil con la militar fue violado con trapacerías jurídicas y con la complicidad de muchos en el Poder Judicial afecto al poder de turno, como en todo régimen de orientación básicamente marxista; y comenzó una cacería de brujas para jolgorio de la chusma y para saciar el rencor de unos incapaces que, derrotados militarmente por cobardes e ineptos, se había enquistado en la izquierda para manipularla en beneficio de sus planes a corto o largo plazo -diferencia entre Mujica y Marenales- para la instauración de una dictadura revolucionaria, ajena al modo de vida republicano democrático.

Se ha armado un circo, teniendo como presos políticos, a oficiales y civiles que tuvieron particular actuación en la derrota militar y política, que en ningún país civilizado y de derecho existiría -éste no lo es hoy día- para manosear, engrillar, humillar, insultar- a los que los derrotaron y pusieron en evidencia su cobardía como soldados de pacotilla, treinta años atrás. Y sobre todo, han apuntado a víctimas más fáciles, a Bordaberry que no tiene apoyo político alguno y que una campaña de años ha convertido en un ogro para espanto de los idiotas o a oficiales medios, cuyos mandos, ahora plegados al poder, han vergonsozamente entregado.

Es eso, venganza perpetrada por un gobierno que prometió -como prometió y tampoco cumplió miles de cosas- que respetaría la Ley de Caducidad. Pero ¿por qué debería sorprenderme de que este gobierno violara una ley o la propia constitución si lo hace a diario por la vía directa o indirecta? Para nada me sorprende esa venganza a los soldados y a los civiles del otro bando y la persecusión y espionaje a sus familiares y amigos, porque eso es lo que hacen los regímenes arbitrarios y las dictaduras en que este gobierno basa su actitud frente a la vida, porque eso hacen sus amigos intelectuales en Venezuela y Cuba, en Bolivia y en Argentina, porque todos llegaron al poder por los medios que la democracia da, pero para actuar en la medida de su particular ideología, que es antidemocrática. Un marxista es un antidemócrata y no hay tu tía, porque no cree en lo que creemos los demócratas, lo desprecia y nos desprecia y para él somos un enemigo intelectual al que tolera y nada más, pero que si pudiera, su mundo feliz sería la Rusia stalinista, el fascismo rojo del mayor genocida del siglo XX que dejó a Hitler mismo a la altura de un principiante.

Por eso he retomado un tema que no me gusta, pero que no puedo ni quiero evitar porque siempre fui de tomar lados, no de hacerme el que quiero quedar bien con todos, así que saco a relucir a mi muerto, Pascacio Báez y a los soldaditos ejecutados por los tupas, que de tan cobardes que son, tratan de endosárselos al Ejército; a los asesinados todos que no tienen lobby ni buscan lucrar con la muerte ni que el Estado les pague por ser familiares de asesinados; a los que hoy, 30 años después de los hechos, de los que hace 20 votamos para que se cerraran, ven a una turba de viejos y viejas rencorosos que medran con el dolor y con la ignorancia de la masa inculta y vienen a vengarse y a tratar de cambiar la historia nacional para que su cobardía y su ineptitud aparezca en los nuevos libros disfrazada de heroica resistencia. Pero no dejaremos que eso pase, la sociedad no dejará que eso suceda.

Los dejo con la nota sobre nuestros muertos, sobre los muertos que nunca han pedido venganza, porque estos, además de héroes involuntarios de la lucha contra una guerrilla homicida, en su uruguayez y desde donde se encuentren, sólo pedirían la paz para esta República que tiene mucho que hacer y que no puede ni debe perder más un minuto en esto.

Los señores oficiales y políticos encarcelados por medio de presiones y trapacerías de leguleyos, deben ser puestos en libertad de inmediato para que, en su esfera privada, vivan el resto de sus vidas con mayor dignidad que la que en un millón de años no podrían tener los que los usan como chivos expiatorios de su derrota. Hoy son presos políticos por razones políticas y esta farsa debe terminar ya mismo.

Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com
Marzo de 2007

Un paisanito de morondanga
AL QUE NADIE LE PUSO UNA PLACA, UNA MENCIÓN



Hoy, en que al final la izquierda ha reconocido -a medias como todo uruguayismo- que el asesinato a sangre fría de cuatro soldaditos fue eso, un asesinato y no una "valiente acción de guerra"; hoy, que esa izquierda que quiere llegar al gobierno debe allanar el camino y quedar bien con el Ejército que comandará -quizás, quién sabe, en una de esas- y accede a poner una plaquita en una esquina, se deja de lado a Pascacio otra vez, porque ese paisanito no representa poder ni votos ni a nadie le importa, ni es nada más que un gil de a pie y un gil muerto. No es un Dan Mitrione, es nada más un uruguayo común y por eso no vale nada para nadie.

Pascacio Báez, sin lobby de izquierda que lo defienda, sin lobby de derecha al que le importe, es el muerto más muerto de una guerra civil que sólo se recuerda hoy para recolectar votos para un gobierno que viene y que se apoya en el odio por el odio mismo y que tiene sus muertos célebres a los que usa para hacer llorar de pena pero que olvida a los otros muertos de esa guerra porque no son rentables para sus fines.

Y el pobre Pascacio, al que se le dio una eutanasia progresista y al que nadie pidió perdón ni disculpas, se muere a cada día ya que no tiene abogados ni jueces que bien pagos, que bien promocionados para figurar en el gobierno que viene, se ocupen de él. Pascacio no da votos, es un pobre paisano humilde y sin voto que fue asesinado por ver lo que los senadores y diputados del MLN, que se ríen de su muerte, no querían que viera.

A la izquierda intelectual no le importa un carajo Pascacio. A mí, sí.

Ellos tienen sus cadáveres militantes, los que sabían lo que les esperaba; yo tengo a ese paisano que pasaba por ahí y que por pasar, fue muerto.

Los soldaditos de guardia asesinados por el MLN, Pascacio, los caídos por la República atacada por dementes asesinos que en democracia les declaró la guerra y la ganamos, no tenemos nada que ver con la dictadura militar que fue un producto del MLN, de la insania de su locura fascista, de su desprecio por la "democracia burguesa", asesino a diestra y siniestra como asesinaban los gorilas creados por ellos, por su juego asesino que trajo esas tormentas.

A ningún progre le cae bien Pascacio. Su familia, los que lo lloran, no son nadie, no tienen un mango para pagar a los leguleyos que por fortunas hoy salen como perros hambrientos a ladrar a un segundón, en lugar de ser hombres y salir a pedir cuentas a quien las debe dar.

Pascacio debe ser el nombre del muerto que los demócratas recordemos, aunque el pobre hombre no entendería de qué se trata. Es nuestro muerto, el que como siempre, en ese patoterismo diario, olvidamos. Démosle su lugar, es un hombre común, un "don nadie", que vio una guarida de criminales y murió por ello. Todos somos Pascacio Báez y si no lo quieren reconocer, es que están tan enfermos de odio que todo lo suyo es pura propaganda. Él era uruguayo, él está muerto, su gente es tan pobre que no se le ocurre ir a la defensoría de nada a reclamar nada y como a nadie le importa, yo, Félix Obes lo reivindico y lo hago mi reclamo.

Y a él, desgraciado caminante que vio lo que no tenía que ver, le dedico esta nota ya que ni la izquierda ni la derecha ni el medio ni el fondo quieren nombrarlo, porque al nombrarlo se la juegan por un hombre común, cuyo pecado fue estar en el lugar equivocado el día que los tupas -esos del MPP, esa mayoría del quizás gobierno que viene- lo mandaron matar en un acto que no ha tenido justicia. La muerte de sus "guerrilleros" ha sido su tema, la muerte del que ellos mataron fríamente, no es tema de nadie.

No quiero a Mujica ni a su grupo de asesinos gobernando mi vida. No quiero saber nada con un grupo de gente que aplicó la inyección letal por no incomodarse en retenerlo por el tiempo que fuera. Para mí los tupas igualan a Bush, Rey de la Pena de Muerte y no los quiero en el poder. Pepe es muy divertido, como el Joker de Batman...pero son letales, matan friamente y no están ni arrepebtidos ni han pedido perdón; es mas, muchos de ellos, sino todos, justifican esos crímenes y para tener gente así en el poder, también podriamos votar ¿por que no si son iguales? a Nino Gavazzo y al Goyo Alvarez.

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin
Junio 2004

Tuesday, March 06, 2007

Bienvenido, Mister Bush


Bienvenido, Mister Bush



¡Sí, señor, bienvenido! Pese a la chillería de los monos subidos a las palmeras, del simiaje de los sindicatos, de la jaula de locas de las ministras carnavaleras que llenan de parientes su palmera, pese a los alaridos de espanto de los stalinistas -ese sí, asesino hijo de mil putas- pese al horror de los castristas -ese también, viejo homicida que está momificado con la bendición de todos los imbéciles útiles del mundo- pese a todos esos y a todas las cacatúas de la calle, la mersa que sólo repite las idioteces que no entiende. ¡Sí, señor! Bienvenido Mister Bush a Uruguay.

Porque independientemente de lo que pensemos de las cualidades morales de Bush, de su papel en Irak, de que nos guste en lo personal o no, de toda una serie infinita de subjetividades, es a Estados Unidos, nuestro principal cliente, el mercado al que debemos concentrar nuestra mejor producción y a través del cual podremos acceder a cada vez mejores mercados. Pese a la chillería de todos estos que quieren que el país se suicide al ritmo mercosuriano y que siguen repitiendo las mismas tonterías de hace 50 años con la misma cadencia monótona de los idiotas, cadencia de la que tenemos que salir gracias a socios como el Señor Bush o el que lo suceda, sea del partido que sea y lo antes posible, para que no pase que, aburridos de los vaivenes del gobierno, se vayan y nos den un portazo.

Los que darán el lamentable espectáculo de manifestaciones, murgas y llamadas políticas, que lo hagan. Que se saquen el odio hacia su misma mediocridad que proyectan en símbolos como el del Presidente de Estados Unidos, que griten y se retuerzan en el piso de furia mientras nadie les da pelota, porque ya sabemos que la misma rabia con que reciben a Bush la convierten en adulación y babosería cuando verdaderos tiranos llegan a este país, como Castro o el matón venezolano. Ellos, alcahuetes que hacían cola en la embajada de la Unión Soviética para cobrar su salario de agentes de ese imperio genocida y que ahora, en su senilidad, se las dan de demócratas y se enojan porque el Presidente de la República invita a un mandatario extranjero de un país con el que tenemos muchos negocios que hacer.



Y se trata de eso, de hacer negocios, de vender y cobrar y hacer dinero. Toda la estupidez ideológica no da de comer a nadie, sólo a los que la usan para estar atornillados a sus cargos sindicales mientras el resto paga sus parques de vacaciones y sus salarios de inamovibles, porque si no hacemos negocios con todo el planeta y firmamos TLC's con quien venga y seguimos enganchados al Mercosur -del que aparte de reuniones políticas y tres cajones de Agua Salus no se saca nada más que pérdida de mercados y estar codéandose con lo peor del área- estamos fritos como nación, así que ¡Bienvenido a Uruguay, Mister Bush!

Veremos si el misterioso Vázquez tiene la capacidad de explotar esta oportunidad de oro para Uruguay y veremos en realidad quién es realmente Vázquez. Veremos en marzo si todos esos misterios que tiene y esas idas y vueltas y contradicciones son parte de una estrategia o si únicamente son una sucesión de metidas de pata de un titubeador que ha llegado allí porque no tenía a nadie corriendo contra él y gracias a la torpeza de los que lo precedieron. Veremos finalmente si una vez pasadas las manifestaciones de los retrógrados y la murga anti imperialista y las frases mezcladas que Vázquez deberá meter en sus dircusos frente a Bush para contentar a la chillería, son realmente eso o no. Como decían hace unos días en una radio: una vez que Bush y Vázquez queden a solas, veremos al irse el invitado qué queda en resultados concretos.

Y ahí sabremos, de una vez por todas, si este gobierno al que le soportamos tanta soberbia, tanto saqueo fiscal, tiene algo para dar o no. Veremos si negocia acuerdos, si los negocia bien y quién los negocia, ya que Gargano no existe. Muchas cosas sabremos por esta visita.

No sólo entonces por los tratados comerciales que se puedan concretar con el presidente de un mercado enorme -y sólo eso importaría, lo demás no da ni para perder un minuto- sino porque veremos quién es este hombre que dice que gobierna este país: si un tipo capaz o no, si merece estar en ese cargo o debería ser nada más que un dirigente del fútbol o no; todo eso será la resultante de esta visita. Por eso también, ¡Bienvenido Mister Bush!

Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com