Equinox Fin de Semana

Notas de Felix Obes Fleurquin y del Semanario Equinox Fin de Semana de Uruguay

Tuesday, November 23, 2010

En torno a una foto

En torno a una foto



Acabo de ver en Facebook una foto, la que muchos de ustedes han visto publicada decenas de veces. Lo que sigue a continuación es lo que escribí ahí explicando la historia de ella, la que saqué en El Cordobés en el año '85 y que tengo colgada encima de mi escritorio, como estaba también en Equinox de la calle Ellauri y a la que mi amigo Ernesto le sacara esa foto publicada en Facebook; se ven las tablas blancas de la pared del local, alrededor del marco de la foto. Creo que me salió bien.

Me hizo recordar ese momento estelar, irrepetible.

Yo no era -ni soy- blanco, en casa se votaba al Partido Colorado y Wilson a mí me tenía sin cuidado. Eso, antes de la dictadura. Durante la dictadura, varios amigos blancos andaban con los discursos en casette de arriba para abajo, pero no me llamaban la atención, fue recién cuando fui a Buenos Aires, al asumir Alfonsín, cuando conocí al Wilson que a mí me encandiló, el Wilson de la vuelta. Ahí me hice fanático, un converso, un porlapatrista total. Era Wilson el único en mi vida, que me había hecho creer políticamente en algo. Ese Wilson, el del vaporcito de la carrera, el Wilson que volvió del norte. Del anterior no sé nada, no lo seguía ni antes ni ahora, reconocí si, es cierto, sus palabras de desplante el día del golpe, me gustaron pero nunca fui ni soy blanco ni colorado ni menos que menos frentista, siempre fui independiente, politicamente agnostico, salvo en ese momento.

Terminado el discurso en la Casa del Partido Radical, yo, que había ido con reluctancia, le dije al amigo que me había llevado: "Ese es el hombre que necesitamos". Y ahí empezó mi fugaz actividad política. Llegué a Montevideo y, para escándalo de mis padres, embanderé mi casa, mi auto y mis trajes con insignias de "Por la Patria"; me había "convertido" y seguí a Wilson todo el tiempo. Mi amigo, Aureliano Rodríguez Larreta, blanco él, me lo presentó un día como "un Obes que se había vuelto blanco". La historia de mi familia es colorada desde los principios y a Wilson le hizo gracia. Me dice: "Vos Obes, ¿sos blanco ahora?" Y yo, como quien habla con el Supremo, todo tímido, le digo: "No Wilson, no soy blanco, soy de Por la Patria". Se mató de risa.

Era un momento como los que los ingleses llaman "de gloria" y por ese momento, que duró hasta que Wilson murió, tuve la esperanza de que Uruguay iba a ser algo diferente a lo que había sido siempre. Después, bueno, después de Wilson, después de conocerlo, verlo, no hubo nada más.

Es la eterna lucha de los latinoamericanos, en busca de un caudillo. No tenemos partidos con lineamientos fuertes, no importa tanto quién esté a la cabeza si está alineado con los lineamientos partidarios. Por eso ganan los que nunca pensamos que ganarían en circunstancias normales; la disciplina partidaria de este país conservador desde su derecha a su izquierda, hace que aborte todo intento de renovación. Las cabezas de los liberales que asoman en los partidos, en todos ellos, son cortadas apenas aparecen.

Francamente, repito eso de que nos falta un Wilson y no lo digo de forma ideológica ni partidaria, sino de que nos falta un punto de referencia como lo tuvieron los ingleses en Churchill durante la guerra; nos falta un icono vivo de esa envergadura para creer que es posible una transformación de la sociedad. Creo que con él quizás hubiera sido posible; pero no fue, la historia ya la sabemos todos.

Más tarde, parafraseando a una película española del momento llamada "Gary Cooper que estás en los cielos", escribí una nota que está por ahí -NO la voy a republicar- que se llamaba "Wilson que estás en los cielos" y que hablaba de la necesidad de aferrarse a algo enorme y de tal poder como para transitar por momentos de incertidumbre, esos momentos oscuros que van desde su desaparición trágica, de su frustrada batalla, hasta el día de hoy.

Para mí, tiene la envergadura de un héroe, lo fue en los términos clásicos y trágicos, fue para mí un personaje mitológico, de final trágico, insisto. Es por eso que yo hoy miro con reluctancia a todos los que actúan en política, no por culpa de ellos sino porque, para mí, no hay nadie que pueda, al día de hoy, retomar esa lucha. Y es una pena. Como dijo Rafa Rubio una vez, en mi local de Ellauri: "¡Bocha, nos falta un Obdulio!"

Pero tuve la suerte de sacar esa foto, de conocerlo un poquito y eso fue un don, un regalo que me dio la vida. Estoy profundamente agradecido por haber sentido tal entusiasmo por algo, cuando muchos no lo han tenido y cuando las generaciones que llegaron luego no lo tienen.

En algún recóndito rincón aún sigo esperando, ingenuamente, que llegue alguien y levante esa bandera.

Gracias por permitirme esta digresión en torno a una foto.

Cariños a todos.

Félix Obes Fleurquin

Friday, November 19, 2010

No nota



No nota


Más de una vez, debido a varias razones, he escrito la nota que me corresponde a este espacio como No Editorial, porque la verdad no tenía nada especial qué decir y no quería hacer ninguna nota dura ni sarcástica por no estar de humor para eso y menos contar una anécdota por los mismos motivos.

Esta semana es una de esas difíciles, con cosas que han pasado en mi entorno cercano y me han dejado dando vueltas sobre mí mismo, con cierta ansiedad que ni la carrera de la Nike, que para mí fue un momento personal sensacional, ha logrado amortiguar.

Por eso paso y escribo unas pocas líneas sobre nada, porque de la parte política mis buenos amigos ya se han encargado de comentarla; la de cine, varios aportes la han dejado más que completa y algunas ideas que tenía están trancadas y no me llegan al teclado; yo, que pienso con los dedos, como me dijo una vez una muy querida persona, me he quedado afónico y, si fuera pianista, sólo podría teclear la misma nota o alguna seguidilla de ellas para llenar el vacío. Por eso, paso.

A muchos, si no a todos, nos pasan esas cosas cada tanto y sé que lo entenderán. Podría haber dejado esto en blanco pero no he podido con mi naturaleza y paso hasta de dejarlo en blanco.

Es de noche. Siempre escribo de noche porque dicen que a estas horas el silencio y el tumulto de uno mismo, la cadencia de cada nota de ese silencio, hace que pueda al menos querer pensar que llegan días mejores para mí y para mi entorno cercano y que, pasado este lapsus, volveré con alguna filípica o algún cuento que merezca el nombre de Nota, si sale decente o el de Editorial, si el tema es relevante u oportuno para generar alguna polémica que sirva para hacer marchar muchas cosas en este país en estado de coma que es el país de hoy; un lugar que no termina de definirse ni encontrar un sitio en el planeta.

Va una recomendación de una película que acabo de ver, El Talentoso Mr. Ripley, del mismo director de El Paciente Inglés, de la que he escrito muchas veces. Ambas valen la pena ser vistas más de una vez; los libros que las han generado también merecen leerse más de una vez.

Y va un saludo a todos ustedes que nos leen y nos siguen desde hace 12 años, semana a semana, misterio que aún no termino de comprender, ya que este semanario, hecho con artesanía casera, es seguido y esperado por muchísimos de los lectores. Por algo será y la verdad que no sé las razones.

Y bien, pasó la noche y amaneció; es viernes y estamos cerrando la semana, Michael me acaba de llamar y me envió su nota semanal, siempre de buen humor y positiva, aún cuando habla muchas veces de temas que duelen, lo cual me levanta el ánimo. LAS COSAS HAY QUE ACEPTARLAS, TRAGAR SAPOS, ENCAJAR LOS GOLPES, TAPAR HERIDAS Y SEGUIR.

Y en esta soleada mañana las cosas se ven distinto, el país es maravilloso, el gobierno está en manos de los hombres más sabios de la Acrópolis, los demócratas de la oposición velan por la seguridad de la Constitución, no tendremos huracanes este verano ni habrá tiburones en Pocitos y me doy cuenta, por eso, porque Gustavo se murió.

De pura desesperación, porque hay días acá que hacer algo es como nadar en dulce de leche, que es como respirar gelatina mientras corres y hay que ser muy fuerte -y eso se nace así y se muere así y si no se tiene no hay lucidez ni brillantez que te salve- o estar muy bien rodeado de gente que te ama, para poder seguir peleando un día cada día.

Hoy peleamos por hoy, el premio será llegar vivos a la mañana siguiente. Mañana veremos qué hacemos, un mero día cada mero día.

Aun asi, esta unica vida sin redencion ni segundas oprtunidades, pese a todo, es una maravilla, podemos equivocarnos, pasar buenos y malos momentos, es lo que es y solo la tenemos una vez, por eso peleamos, quizas,en muchas cosas, aun mañana es mejor que hoy, creo en eso y por eso corro y no bajo los brazos aun en dias nublados.

Nada mejor que una sonrisa de mi hija para dar vuelta la situacion.

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin

Friday, November 12, 2010

El hoy, el ahora y el acá son mejores que el pasado

De conversaciones en Facebook

El hoy, el ahora y el acá son mejores que el pasado
Toda la culpa no es del Estado, ni siquiera de este gobierno lamentable

Sobre los problemas de estacionamiento en Pocitos, Centro y demás
Estado de la ciudad, vicios de los uruguayos, cosas buenas y malas que tenemos y más

• Opino sobre el tema del estacionamiento, algunos peros

El sobreuso del auto, el tener más de un auto, en muchos casos un símbolo de status, cuanto más grande mejor, gente que usa 4X4 y no sale de Pocitos - Punta (no los necesitamos como si viviéramos en una ciudad en que no hay otra forma de moverse, Fort Lauderdale, por ejemplo), es un síntoma de subdesarrollo. En Europa usan lo necesario para hacer ruta y no siempre; y así administran el espacio. Acá muchas veces culpamos al Estado por nuestros vicios, este es un caso; el otro es la basura, tenemos mejor servicio que en otras ciudades pero el uruguayo es sucio, no cuida SU ciudad, vandaliza, maltrata y así se sobrecarga el sistema de un país pobre que, pese a todo, tiene mejores servicios públicos que el 90% de las capitales del área. Que es caro, mal administrado, es cierto, pero el 50% de la responsabilidad está en el usuario mal educado, en lo que debe ser un habitante de una ciudad.

• Y opina Emma
Pensé que yo era de otro planeta, al fin alguien que no espera todo del Estado y culpamos además de nuestras carencias educativas urbanas, todo al Estado. Eso iba a nombrar, yo viví veintidós años en la Argentina, la basura, la mugre de los ríos, de más está decir el desorden de la locomoción. Pero ahora queremos todo junto. ¿No recuerdan la paupérrima terminal de los buses de Copsa? Nos mojábamos toditos esperándolos, la terminal de Rio Branco ahora dan gusto limpieza y servicios. La terminal de Tres Cruces, ¡impecable y cómoda! Claro que hay x hacer pero ¿nunquita antes se les ocurría? Todo junto no se puede, Avenida Italia cuando era angosta nadie hizo nada, ahí nací, ¡cuando se ensanchó y hasta la entrada especial para las ambulancias para el Hospital de Clínicas. ¡Todos vemos el vaso como nos da nuestra vista! Me olvidaba: llegó un compa de Bolivia y me decía la forma de viajar hasta con gallinas en unos coches que le llaman bus, pero son como camiones del año '50. A veces hay que mirar fuera de los límites de nuestro país.

• Y respondo, al toque
Por eso mismo, Emma. Yo, que muchas veces soy MUY crítico del Estado, trato de mirarlo siempre desde varios puntos de vista. En Montevideo, con precauciones, se puede caminar todo el día, al menos en las zonas de la ciudad de más alto nivel, no así en Rio, ni en Quito ni... en fin. Hay inseguridad, sin duda; yo, que viví en Río años, hace ya veinte, salía a correr por la rambla con lo mínimo, sin reloj, sin cadenitas ni nada afanable, aún estamos a años luz arriba de otros lados. Una amiga mía, uruguaya que vive en São Paulo, lo dice siempre que viene; y ni qué hablar, otra amiga que vive en Guatemala comenta que ahí NO se camina más que del garage al auto. En fin, sin ser tontos, miremos lo bueno que hay, que es mucho para el país pobre que somos, sin dejar de ser críticos con los reales problemas; por eso esta vez me puse del otro lado.

• Y se mete Jorge
Lo que se vive en Montevideo y en el resto del Uruguay es similar a lo que se veía en Río de Janeiro y San Pablo en el año '76. Nos llegó, como todo, más de treinta años después. Pero eso no es bueno, significa que empeoramos. En esa época, en Río, te robaban dentro de las Lojas Americanas, en la Barata Ribeiro y hasta en el Show de Sargentelli.

• Y yo, que estoy de contra
No necesariamente empeoramos, en el '76 Montevideo era una mugre, una ciudad gris, aburrida, con mal transporte... Cambió, eso es lo que pasó, el mundo cambia y el que se adapta sobrevive; el que no, suena. Montevideo, para el país que somos, pobre, mediocre, enano, es una ciudad a la que la gente viene porque se siente segura. Podría ser mejor, todo podría ser mejor, yo podría estar casado con Michelle Pfeiffer pero no lo estoy. Aún así, estoy bien, ¿capice? Ahora Montevideo está MEJOR que hace treinta años, en esa época era impresentable, ahora no. ¿Inseguridad? Pues claro que sí, ¿en qué planeta viven? ¿Problemas? Claro, aún hoy, volviendo a Río, te roban si te descuidas, si no sabes los códigos, si sos un banana que sale con un cartel que dice SOY TURISTA por la forma de vestir o caminar, así fue siempre.

Me cansan los que hablan de Uruguay de hace años, como si en algún momento la ciudad o el país hubiera estado mejor; no es cierto, el mundo del pasado es para los que no miran hacia adelante y han perdido toda expectativa en lo personal. Para los que saben luchar por mejorar su forma de pensar al mundo, de actualizarse a la realidad de su lugar, no hay mejor lugar y momento que el día de hoy y acá. Si sabes manejarte, sobrevivís, si no, te encerrás en un club aburrido lleno de extraterrestres asustados de su propia sombra y miras hacia afuera del alambrado como si estuvieras en Zaire.

• Insiste Jorge
Nadie dice que fuera mejor, sino que la delincuencia era menor. Tampoco era por quienes estaban a cargo, sino que por los años anteriores aunque mal, habíamos hecho las cosas mejor que los vecinos latinoamericanos. No es un reconocimiento a los "gobernantes" de esa época, sino a lo que fuimos previamente. Uruguay no es un país enano, simplemente no se pare más gente. Somos más grandes que muchos países europeos. Me paspa lo de paisito, es un lenguaje derrotista. ES UN PAÍS.

• Félix Obes
Una: yo NO dije "paisito" dije país enano, solo un país con mentalidad enana vota a un gobierno como el de hoy y apoya a una oposición fantasmal como la de hoy. La delincuencia era menor porque éramos menos en la comunidad urbana y había otros códigos. En Smallville también es menor. Y respecto a lo otro, aun con este gobierno lamentable, con esta mersa, asesinos, ladrones de gallinas, se hacen mejor las cosas que en muchos lados. Y sí, somos enanos mentalmente, petisos y llorones, si no, vean todas las quejas de las que el FB está lleno y la falta de propuestas de hacer algo grande y bien; o reconocer lo que tenemos de bueno aun hoy, QUE ES MUCHO.

Los gobiernos son la imagen de la población y la mayoría del país es mersa, sucia, haragana, garronera. ¿Qué otro gobierno podíamos tener? Tenemos el gobierno que creamos los que NO los votamos, por no tener gente capaz como alternativa; y los que lo votaron, porque votan LUMPEN MENTALES a su imagen y semejanza o por irresponsables o suicidas; un país que soporta canales de tv como los de acá y los sigue viendo, diarios de estilo Macondo como estos, tiene lo que merece.

Tenemos suerte que los que no somos como esa masa que votó a este gobierno, sigamos trabajando como negros y empujando; por nosotros el país no cae y es lo rescatable que tenemos, es nuestra responsabilidad, no la del Estado. ¿Qué se le puede pedir al Estado de Uruguay, a la DGI, que es una Gestapo fiscal? El día que pensemos en grande, seremos grandes. Hoy nos pasamos quejando y pidiendo y mirando para atrás. "¡Qué lindo era Uruguay en el 60!" ¡Ahhhh...!, ¿sabés qué? Era de una chatura aplastante, hoy es mejor.

¿Será por eso que no me gusta la Noche de la Nostalgia ni el culto a un pasado "idílico", cuando eso no es más que una traba como la de Maracaná, que el día que la olvidamos y se jugó al fútbol como se debe hacer, en lugar de pasarse viendo películas, casi llegamos?

Por eso esta semana quiero decir esto: aun en estos tiempos, mi ciudad, mi país, son caminables y recorribles sin escolta armada, aun con Bonomis, Mujicas y gente de ese tipo; somos una comunidad mejor que la de Buenos Aires y si no, que digan los 8500 que corrieron junto a mí la pasada Nike, en la que había cientos de extranjeros, cuando la gente nos saludaba, sonreía y alentaba, porque así somos, somos mejores y vivimos mejor que en otros lados cercanos pero tenemos vicios, muchos y el principal es pedir todo al Estado -que sabemos que roba todo y da poco- y no reconocer que no hay gobierno que valga si la población no tiene cultura urbana de decencia, orden, respeto al otro, economía de recursos y esas cosas que los uruguayos, cuando salen de esta matriz, aprenden a hacer en otros países, porque si no lo hacen, perecen.

Pero como acá se tira toda la responsabilidad hacia arriba, no lo hacemos, ensuciamos, usamos vehículos de más, no reconocemos ni cuidamos lo bueno que tenemos y nos quejamos de todo. Los brasileros nos tienen calados, nos definieron como petisos llorones y es así, la mayoría lo son. Si esa mayoría fuera dejada a sus medios en una isla desierta, se muere de hambre porque no sabe crear, solo esperar que le den de comer en la boca; lamentablemente, esa mayoría y es una patología del país como fue el nazismo en una culta sociedad como la de Alemania, es la que manda.

Volviendo al titulo, si, prefiero el presente por que tiene futuro,es algo para hacer y modelar, al pasado, realmente no lo quiero, solo para recuerdos familiares, y poca cosa mas; el pasado es un nicho en un cementerio y nada mas, hay que pensar en el dia de hoy y llegar a mañana, eso es lo que importa.

Por eso defino a este país, hoy, como un país enfermo de enanidad; hay que curarlo.
Pero... ¿hay voluntad de hacerlo?

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin

Friday, November 05, 2010

La ola está llegando


La ola está llegando


EN TÉRMINOS CLAROS, "NOS PASAMOS POR EL FORRO" LA VOLUNTAD POPULAR, ESTAMOS SIENDO "GOBERNADOS" POR UN GOBIERNO FASCISTA

Frente Amplio vota proyecto que deja sin efecto Ley de Caducidad


Estamos ante un gobierno fascista.


Estamos camino a un estilo de peronismo, chavismo o fascismo, donde se usan las mayorías parlamentarias para aplastar a cualquier opositor que se enfrente -acá no es el caso, porque los opositores están en otra- al gobierno.


Si a alguien le quedaban dudas de la voluntad de Mujica, que es -aprovechando el juego con el que ha convertido en sapos a sus principales opositores, los que hablan con él, tratan de imitarlo, le dan la mano como el buen nabo de Chamberlain con Hitler en Munich- establecer un gobierno de tipo autoritario, someter a la voluntad popular, adueñarse de los gremios, de las corporaciones, de todos los mecanismos de control del Estado, dejando a los "opositores" roles de juguete para que se distraigan, ahora lo sabe.


Vamos camino del fascismo, usando el "Manual del buen fascista que entra por la vía electoral" y que, como en el libro de William Sheridan Allen, "La toma del poder por los nazis", se van apropiando de cada organización por las buenas, por las malas, por trampas, votos o presiones, para hacer un estado a su gusto. Y ese concepto de Estado está diametralmente opuesto al Uruguay que hemos conocido. Mujica lo sabe, el Gobierno, que es tupamaro y no bolche como algunos insisten -usará a los bolches hasta que los haya exprimido y los descarte, les haya sacado los gremios y las corporaciones y ya queden vacíos- está avanzando hacia su plan, el Plan de Mujica, ese Mujica al que algunos distraídos o negligentes aún insisten en cortejar, en darle credibilidad, porque han caído o han querido no ver el juego que hace.


Muchos escriben sobre este tema, hemos levantado columnas varias en las que los periodistas ven estos peligros pero tienen reparos en llamar a las cosas por su verdadero nombre. Por ejemplo, hablan de la "peronización" del gobierno, evitan usar la palabra fascista porque les parece demasiado gruesa pero, ¿qué otra cosa era el peronismo sino una variante del fascismo? Entonces, al tratar de ser políticamente correctos usando términos que minimizan el peligro, que no le alertan en forma clara, diluyen esa alerta haciendo que la gente, como el peronismo, siendo rechazado por muchos pues no está en la lista de "términos políticamente incorrectos", no vean la dimensión real de la situación.


El gobierno, Mujica, por orden expresa de él, acaba de dar un golpe de estado de hecho, apoyado en una mayoría como las que tenía Hitler en el Reichstag: ha derogado la Ley de Caducidad, una mala ley que salió por la falta de voluntad de un gobierno de encarar las cosas de frente, una mala ley porque el gobierno de entonces avaló a los asesinos de la izquierda soltándolos sin más y sin juicio, separando los crímenes de unos de los de otros, con lo que ahí sentó el comienzo de la victimización de la izquierda, la verdadera causante del golpe junto con los tupamaros, al haber provocado un estado de cosas insostenible que el pésimo gobierno de Bordaberry no supo manejar por su incapacidad y su tendencia conservadora, por lo que fue arrastrado por los hechos.


Gonzalo Aguirre, hace muchos meses durante la campaña electoral, fue brutalmente claro al tratar a los candidatos tupamaros de nazis o fascistas y, por eso, fue castigado y humillado por los líderes de su partido que, en lugar de haberse callado la boca por lo menos, pidieron disculpas como si lo dicho por Aguirre hubiera sido un disparate. Y no lo era. No lo era y los hechos le están dando la razón al único hombre político que dijo las cosas por su nombre.


La voluntad popular ha sido arrollada en un parlamento dominado por el gobierno. Esas mayorías parlamentarias NO representan a las mayorías de la población que dijeron DOS veces NO a la payasada de justicia, que el gobierno lleva adelante para hacer un circo inútil, desviar la atención de los graves problemas del Uruguay y, de esa forma, dejar claro que hace cosas que, siendo técnicamente legales, no son legítimas ni justas y demuestran el desprecio de un grupo de fachos a los mecanismos democráticos, nada más ni nada menos.


Y hay algo que debo decir: si pudieran, nos callaban o nos encarcelaban o ejecutaban a todos los que nos oponemos, tal como hicieron ya con secuestrados, como hicieron ya con sus propios disidentes; y si no lo hacen no es porque no quieran, si no porque se les hace difícil o imposible, en estas condiciones. Pero sepan una cosa, ellos odian y desprecian visceralmente a todos sus oponentes, a todos los que no piensan como ellos. Por menos de eso, en otros tiempos o en otros lugares, se cometen crímenes masivos, genocidios, exterminios, se hacen campos de concentración, se excluye del sistema a personas o comunidades enteras.


No crean lo que dicen aquellos "opositores" que hacen cosas en conjunto con el gobierno, no crean que este gobierno se frenará por detalles jurídicos. Este gobierno hará lo que pueda, como pueda, para hacer lo que se le da la gana y lo de la democracia, para estos tupas, no es más que una molestia necesaria que les permitió estar por la cobardía de los que no supieron frenarlos, en el lugar que están hoy.


¿Qué más tienen que ver para darse cuenta?


La ola avanza inexorable y los demócratas somos obstáculos en su camino. Si no hay una verdadera coordinación democrática que una en un solo grupo a los que nos oponemos al totalitarismo, seremos cazados de a uno o comprados de a uno, tal como están haciendo hoy con personas o grupos que no están a la altura de su rol, que es el de una férrea oposición a una ola que llega para convertir al país en una pesadilla. Que esto pase en cámara lenta y muchos no lo quieran admitir, es una cosa, pero está pasando todos los días.


Con estos nublados pensamientos los dejo, hasta la semana que viene.


Félix Obes Fleurquín

felix@equinoxuruguay.com