Equinox Fin de Semana

Notas de Felix Obes Fleurquin y del Semanario Equinox Fin de Semana de Uruguay

Saturday, August 27, 2005

El último viaje del Yamato


El último viaje del Yamato
La vera historia no es apta para todo publico
HIROSHIMA, AMPLIANDO EL TEMA
El Yamato llevaba el antiguo nombre del Japón, partía hacia Okinawa sin escolta, era el acorazado más grande de la historia y llevaba combustible para el viaje de ida.

Setenta mil japoneses murieron en Okinawa, 12.000 norteamericanos, marines, cayeron en la peor batalla del Pacífico; las arenas negras de esa playa, en donde no había donde esconderse, en esa isla en donde la población se dejaba matar por el Emperador y que debía ser el prólogo a la invasión de Japón, fue el fusible que hizo estallar Hiroshima y Nagasaki, la dureza de la resistencia en Okinawa hizo que Truman decidiera dar el golpe atómico ya que no se podría soportar el volumen de bajas que tendría una invasión a Kiushu; si en ese islote de mierda los marines y la marina habían tenido un porcentaje de bajas inadmisible y no habiendo una opción diplomática, la bomba estaba en el aire y el Yamato navegaba hacia su destino mientras Stalin se rascaba la pera y decidía ir a la guerra, de una vez por todas, contra Japón.

El último acorazado de la historia, el mejor y más hermoso, navegaba hacia su fin mientras un B29 cargaba un estallido que habría de dejar al mundo sin respiro. Días más tarde del día que este barco se hundía, su efecto y su determinación de pelear hasta el fin hacían que una ciudad casi elegida por descarte -Tokyo no podía ser, ya que no había que matar al Emperador sino usarlo como pivote- volaba por los aires porque la alternativa era eso o pelear casa por casa, calle por calle como en Iwo Jima y eso no era aceptable, no era, ni lo es en retrospectiva, ni lo será nunca pese al llanto de cocodrilo de los que nunca soltaron una lágrima por las bombas en Londres ni en Bremenhaven. Hiroshima se vende bien en el mercado de los bien intencionados y poco informados -mayoría de la raza humana- y por eso el tema sigue vigente.

El Yamato, barco hecho con soberbia como el Bismark, tendría el mismo fin: ser un blanco de tiro para la aviación naval, el arma que desterraría al museo a los grandes buques, los hermosos, inútiles, grandes buques de guerra, cuyo epitafio final se dio muchos años más tarde en las Falklands, donde el Sheffield fue hecho picadillo por un misil. Recuerdo haber leído un título de TIME en el 82, que decía "Big Ships are doomed?", que casi 40 años después aclaraba, para que no lo supiera, lo que muchos sabíamos.

BALLARD
J.G. Ballard, un escritor al que siempre he leído con admiración, escribió la nota que sigue a continuación y que dice mejor que lo que podría decir en mil años lo que pienso del tema. Y no es sólo sobre el tema Hiroshima que, para mí, en la historia del horror de la guerra, de ese rasgo inherente a la raza humana, tenga algo que la destaque de otros horrores salvo su instantaneidad, su novedad, lo que la hace diferente a la destrucción en el curso de días o semanas de otras ciudades más grandes en las que hubo más víctimas, sino que lo extiende y lo extiendo a toda una forma de pensar y de ver la historia que, según creo, es totalmente errónea y que lleva a tergiversarla. Es esa repetición de lugares comunes sin mayor análisis, sin mayores dudas a lo que el primer mal informado (evito decir idiotas para no ser ofensivo) tira a rodar sobre un tema del que podemos encontar una cantidad de ejemplos.
LA HISTORIA MAL LEÍDA
Entre los más graves, el difundido popularmente sobre la construcción de las grandes pirámides en Egipto que, según Selecciones del Reader's -la Biblia del Perfecto Imbécil por decenios- y otras publicaciones por el estilo, como la mayoría de los textos clásicos de historia de primaria y secundaria escritos por ignorantes que, para crear generaciones de ignorantes han difundido sobre que fueron construidas con el dolor de miles de esclavos cuando cualquier persona que se haya tomado la molestia de ver o leer National Geographic, por ejemplo, sabe que eran construidas por obreros bien pagos y bien alimentados que hacían cola para trabajar voluntariamente por generaciones, como luego lo hicieran generaciones de artesanos para construir las más hermosas catedrales de Europa.
MUCHOS AÑOS DE CINE PÉSIMO
Otro de los horrores más difundidos es la calumnia sobre Roma -imperio más liberal en materia religiosa que los Estados Unidos de hoy- sobre las masacres de cristianos y judíos en el circo, cuando basta ver una mediocre pero entretenida película como "Gladiator" para ver que -y aún ahí se exagera- la mayoría de los que peleaban en los circos eran profesionales que lo hacían por fama y dinero como los deportistas de hoy, tanto en las arenas de Londinium como de Roma o Arles, ya que ese era el espectáculo y el deporte de moda. Nada más ni nada menos.
MATEMOS, EL CIRCO DEBE CONTINUAR
Que en los circos ocasionalmente se efectuaran ejecuciones públicas de los que la administración de Roma consideraba delincuentes, era una forma de ejemplarización brutal, que luego hemos visto aplicada en miles de años de ahorcamientos en la culta Londres de los Tudor, por ejemplo, en los paredones de Cuba, en las cámaras de gas de Estados Unidos, en los patios traseros de la NKVD en Rusia, en vivo en la CNN con el matrimonio Ceaucescu en Bucarest y en la Plaza de los Bomberos del Montevideo del siglo XIX y que forma parte de una forma de aplicación de la justicia con la que discrepo radicalmente, pero que vastos y en muchos casos sectores amplísimos o mayoritarios de las sociedades de hoy están dispuestos a seguir aplicando. Si las atrocidades de los nazis fueron repugnantes, la ejecución filmada de estos en Nuremberg o la ejecución de Eichman en Israel fueron tan atroces como los crímenes que se pretendía castigar agregando sangre a la ya derramada y convirtiendo a las víctimas en asesinos de sus asesinos en una cadena de oprobio de milenios.
LOS PANFLETOS DE LA ENSEÑANZA OFICIAL
La vulgarización de la historia y su panfletización para uso sectorial, ha hecho que aún hoy los dos partidos que crearon un modelo de país que desaparecerá cuando ellos se desvanezcan lentamente en un par de generaciones, ha hecho que en lugar de pedirse perdón mutuamente por casos como el de Quinteros y Paysandú y admitir que ambos fueran horrores, las viejas cúpulas intelectuales que aún están vivas pero conservadas en naftalina mental, se aferren a la santidad de su lado a la demonización del contrario y que esa herencia macabra de justificar como bueno o tolerable todo lo de un lado, siga llevando a que un grupo que hoy está de moda en la política nacional como el MPP -malos guerrilleros, pésimos combatientes, torpes en su planificación militar- justifique hechos tan alevosos cometidos por ellos, como que al tiempo condenen hechos igualmente alevosos perpetrados por aquellos que los combatían y que los derrotaron: pero que a diferencia de ellos que fueron inmisericordes con gente inocente con el peón Pascacio Báez, los dejaron vivos para que hoy pidan cuentas a otros, mientras ellos se niegan con soberbia a darlas por sus propios crímenes.
UN PAÍS CREADO EN TORNO A UN FRACASO (GLORIOSO, PERO FRACASO), LLEVA A UN PAÍS FRACASADO
El pobre José Artigas, que militarmente en base a cifras perdió más batallas de las que ganó y que su máximo mérito es una retirada -como si en Francia se festejara la retirada de Moscú y no Iena o Auterlitz- un Artigas cuya poligamia se oculta con vergüenza en un país pacato pero que festeja las jodas machistas de Pacheco o Lacalle y sus infidelidades y borracheras públicas, un Artigas que trata de copiar un proyecto federal de Estados Unidos pero que fracasa de cabo a rabo -y yo mido los proyectos por si tienen éxito o se van de culo-; un Artigas que no logra mantener la fidelidad de sus subalternos y que termina en Paraguay plantando papas por 30 años, es el espejo del país. No deja de tener un cierto atractivo negativo como tienen los anti héroes, pero normalmente en otros países los héroes nacionales son tipos de éxito, ganan batallas, entran a caballo en ciudades tomadas a hierro y fuego y dictan normas que se han de cumplir; al contrario, las insoportables Instrucciones del año 13, acá ni les dieron ni les darían cinco minutos de pelota. ¿Es esto un síntoma nacional que heredaremos? Sí, sin duda nos ha condicionado para ser un territorio de fracasos.
APARICIO A LA CLÍNICA DE BULIMIA Y ARTIGAS RESCATABLE POR EL SÍNDROME DE PEPE CARVALHO
Y a eso tenemos que oponernos si queremos tener una identidad nacional positiva y no festejar la sublime derrota de Aparicio en Masoller (el héroe, me entero era un petiso retacón de 105 kilos con problemas alimenticios y que se le complicaba para subir al caballo, aunque una vez arriba era Pelé y nada le quitaba su panza a la heroicidad y al coraje); la de Wilson en el 84 -que pagamos todos los días después de la traición frentista y colorada- y que nos ha dejado un país cobarde, para evitar tener héroes que siempre pierden todo y dejan nada más que un vacío. Para ejemplo, Francia es napoleónica no por Waterloo, sino por Austerlitz. Y aún así, le tengo más simpatía a Artigas que a otras figuras de la "Historia Patria" como a los 33 argentinos y a los que en Florida, un 25 de agosto, declaran la anexión con Argentina; pero supongo que esa simpatía está sobre todo basada en que tengo el defecto -como le dijera Pepe Carvalho a Biscuter- de la piedad.
Es cierto que a veces uso la brocha gorda y que el fastidio por la exageración oficial de la historia puede hacerme zarpar y pasarme de rosca para lado opuesto; por eso son bienvenidas las opiniones con matices que se me pasan de largo cada 25 de Agosto. Nadie es dueño de la razón, nadie tiene razón absoluta, salvo el zapallo que se lo cree. Ni yo ni HD, ni Secco Ellauri ni nadie, por eso, abro este tema para que el lector diga lo suyo.
PIEDAD, ¡CARAJO!
Esa piedad, ese defecto humano del que los poderosos carecen porque nacen estériles genéticamente y que nos impide a los que la sentimos enriquecernos y guardar esa riqueza material. Nadie nos premia por eso y terminamos mangueando y rompiéndonos el lomo a diario, pero sabemos que ese defecto, curiosamente, nos acerca más a las pequeñas cosas que terminamos queriendo y disfrutando, porque una vez jodidos y desterrados de los Club Med, de los vuelos en First Class y de las tarjetas doradas, hemos pasado una línea por propia decisión y hemos adquirido una humanidad que el hijoeputa que despidió a 40 empleados por consejo de sus contables, no conocerá jamás. Pese a eso tan loable y meritorio, admito que volar en Primera Clase es mejor que ir en Turista comiendo basura, pero las cosas son como se dan. ¡Amén!
LO VIMOS EN DISCOVERY CHANNEL
El disparador de esta nota ha sido un comentario visto en Discovery o en History Channel, sumado a la nota de Ballard que agrego a continuación -un barco, una isla perdida, una forma de ver el mundo con determinación suicida no exenta de coraje, admito, y que llevaron a la decisión final de tirar dos bombas para terminar una guerra, cuyo estallido y el miedo a su repetición hicieron que el planeta se frenara de su uso masivo y no hubiera guerra atómica, un terror del que yo participé como parte de mi generación- me han hecho cavilar sobre esta cadena de hechos tan separados en tiempo y espacio pero cuya concatenación es evidente, al menos para mí.
SI ASESINAS A TU ASESINO, SOS UN HIJO INTELECTUAL SUYO
Aborrezco la violencia, la guerra, la pena de muerte -que debe ser eliminada de la faz de la Tierra y sustituida por el confinamiento absoluto del criminal en un castigo que, para muchos, si le sirve de consuelo a los vengativos, es muchas veces peor que la misma muerte, puesto que este confinamiento y el absoluto olvido del criminal por parte de las sociedades, será para estos el ninguneo final, su traslado al limbo, su remoción de los titulares de los medios para no darles el gusto de ser "estrellas" de la maldad, lo que muchos aspiran en sus enfermos cerebros. Y pongamos un ejemplo: para Eichman hubiera sido un castigo más justo haber terminado sus días escuchando música judía, obligado a leer el Torá y a aprenderlo de memoria y eso no hubiera ensuciado a sus ejecutores, sino que hubiera hecho sonreír de placer a las almas de 6 millones de muertos por su culpa.
SOMOS UNA RAZA DE CRIMINALES REPRIMIDOS POR LAS PENAS
Creo que la inteligencia es una pequeña luz que algunas personas llevan en una carrera de postas desde el comienzo de la historia, que pasa de un lúcido a otro y que la mayoría de la raza actúa a impulsos de la barbarie reprimida por las leyes pero que en el fondo, si éstas caducaran, saldrían a matar al vecino por cuestiones de que la música del otro está muy alta o que le dejó el ascensor abierto en Planta Baja -el miedo a la pena nos hace ser razonablemente civilizados- las cosas seguirán para la mayoría como hasta hoy y que cada año, en lugar de reflexionar sobre los atroces crímenes que Japón cometió contra la humanidad, se lo exculpará indirectamente por haber tenido en un par de días menos muertos de los que ellos mataron en China, en Indochina, en Sumatra, Pearl Harbor, Singapur, Nueva Zelandia, Birmania, Laos, Cambodia, Corea, Manchuria, Filipinas y miles de islas en el Océano Pacífico.
SADDAM , DAME UN BIG BURGER CON FRITAS
En esta línea de razonamiento, pensemos si para la caída de Alemania la bomba hubiera sido tirada en Berlín. Pues bien, cada año, en lugar de recordar la aberración Nazi se recordaría con vocinglera idiotez el crimen norteamericano de Berlín. Y no hablo en broma, sería así y que me contradigan si se animan. El día que los imbéciles de esta generación de gringos hagan ajusticiar a Saddam, lo inmortalizan para su placer; en lugar de eso deberían obligarlo a estar el resto de su vida de empleado en un Burger King, eso lo destruiría más que la muerte.
LA HISTORIA, LOS "INTELECTUALES"
La Historia como estudio es fatalmente selectiva, hace más idiotas a los que han nacido para serlo, hace más lúcidos y críticos a los que han aprendido a pensar por sí mismos y no por lo que dicen los llamados "intelectuales", una subcategoría de la raza de la que muy bien podemos prescindir absolutamente. Soy un curioso de la historia y me fascinan los periodos oscuros, el nazismo entre ellos y su hermano el comunismo, definidos por Paul Johnson como las dos mentiras que hicieron que el Siglo XX estuviera en el ranking de las épocas más jodidas para la gente de espíritu libre y para las minorías como los judíos que gracias al antisemitismo innato de la cristiandad, siempre han pagado sus cuentas en rojo; pero en el personaje maléfico de Goebbels hay un punto rescatable, todos lo tienen desde Tamerlan hasta él y desde Mujica al Goyo Álvarez pasando por Pinochet: los intelectuales que se definen como tales son una raza de idiotas perjudiciales para el hombre de la calle ya que desde su comodidad pequeño burguesa, crean mundos imposibles de los que nacen todas las guerras, todas las maldades que envenenan el alma de los comunes. Uno puede ser intelectual si piensa, pero si tiene la soberbia de definirse como tal, entra en la categoría de hijo de las mil reputas.
Hasta la semana que viene, a mis amigos lectores con un gran abrazo.

Félix Obes Fleurquin

Hiroshima y Nagasaki

Hallo absolutamente desconcertante la creencia difundida hoy en día que arrojar las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki fue un acto inmoral, hasta el punto de considerarlo un crimen de guerra comparable al genocidio nazi.

Durante el largo avance a través del Pacífico, el ejército norteamericano liberó tan solo una gran capital, Manila. Un mes de feroces combates dejó un saldo de 6000 norteamericanos muertos, 20.000 japoneses y 100.000 filipinos, muchos de ellos masacrados sin razón, un total que supera a los muertos en Hiroshima.

¿Cuántos más habrían muerto si los norteamericanos e ingleses hubieran sido forzados a pelear por Singapur, Saigón, Hong Kong y Shangai? Un inmenso número de tropas japonesas retrocedían hacia la desembocadura del Yang Tzé y habrían convertido Shangai en un vasto campo de la muerte. El coste humano de invadir Japón se hizo evidente durante la lucha feroz por Okinawa, una isla próxima a Japón, cuando cerca de 200.000 japoneses perdieron la vida, en su mayoría civiles.

Algunos historiadores afirman que la guerra prácticamente había terminado y que los líderes japoneses, viendo las ciudades destruidas y el derrumbe total de la infraestructura del país, se habrían rendido sin la necesidad de los ataques con la bomba atómica. Pero esto pasa por alto un factor decisivo: los soldados japoneses. Estos habían demostrado un sinnúmero de veces que en tanto tuvieran un rifle o una granada, pelearían hasta el fin. La única infraestructura que les hacía falta a los infantes japoneses era su propio coraje, y no hay motivos para creer que habrían peleado con menos tenacidad por su patria que por un atolón de coral a miles de kilómetros de distancia.

La afirmación de que Hiroshima y Nagasaki constituyen un crimen de guerra norteamericano ha tenido un efecto desafortunado en los japoneses, al confirmar la creencia de que ellos fueron las víctimas de la guerra en vez de los agresores. Como nación, los japoneses nunca hicieron frente a las atrocidades que cometieron y es improbable que lo hagan mientras sigamos inclinando la cabeza con vergüenza ante los recuerdos de Hiroshima y Nagasaki.

El argumento de que las armas atómicas, en virtud del daño genético que ocasionan en las generaciones futuras, pertenece a una categoria especial del mal, me parece igualmente erróneo. Las consecuencias genéticas de una bala de rifle que atraviesa el corazón son aún más catastróficas, puesto que los genes de la víctima no van a ninguna parte salvo a la tumba y sus descendientes ni siquiera habrán de nacer.

De "El final de mi guerra" de "Guía del usuario para el nuevo milenio" J.G.Ballard

Thursday, August 18, 2005

Telesur, Radio Sur, más allá del murallón


ESTO APESTA!


Telesur, Radio Sur, más allá del murallón


Estaba cantado, Mendieta, les dimos un mes antes de caerles por reflejo para que no dijeran ¿vio?, que somos impulsivos, pero las chanchadas huelen mal de entrada y aunque les pongan Perfumol y las tapen con papeles, el olor llena el ambiente, ¿vio? y Telesur, que ya sonaba mal antes que arrancara, resulta que salió convertido en mamarracho tal. La vi un rato en TV Libre, que es más aburrido que el Sodre y con Telesur adentro, pior. Pero lo más malo es que Uruguay metió plata en ese proyecto que todos sabíamos que era un invento de un par de vivos, un uruguayo, ¡cuando no! metido en el asunto para crear cargos, inventar una especie de funcionario pago a nivel internacional y salir a vender la señal, una señal que no tiene más nada que contenido que uno puede ver en cualquier canal de quinta en el cable: mariachis, charangas y discursos tercermundistas, que si serán tan malos que ni la Sonia Brescia, la mujer de Fassano, el único que distribuye Telesur en su Canal TV Libre que de tan libre que es no existe porque nadie lo ve, y así Telesur, mi estimado Mendieta, resulta que era una gallina que se tiró del techo para volar y se dio de trompa contra el piso.

Y ahora sale el Chávez ese, el Supermán de la izquierda, al menos el Supermán del día, ya que el K de Argentina ya no es más el Supermán Frentista, ya que está EsKrachado por las burradas que hace en su país y porque ahora resulta que ataca a Uruguay por eso de Botnia; y Lula, que era Supermán con Samba ahora parece que los pibes de la zurda ni lo conocen y entonces aparece el hitlercito este de rumba y trae, ¿sabe qué, Mendieta? Síííí, trae Radiosur, una radio para tercermundistas, otro curro más Mendieta, al que seguramente le seguirá DiarioSur, InternetSur, AviaSur, OmnibusSur, FerroSur, hasta que se acomoden todos los frentistas que no se hayan acomodado aún y la cosa quede pareja con los que se acomodaron en los anteriores gobiernos, ya que estos llegaron para cambiar y lo único que cambiaron es el ritmo. Curran a ritmo de música folklórica pero curran y tiran para su bolsillo y el de sus parientes.

Nos vemos.

Atanasio Fagúndez pa' servir a ustedes

Thursday, August 11, 2005

Un milagro de Navidad


Un milagro de Navidad
El día de Navidad de 1241, Bela no me acuerdo si l, ll ó lll, lo que no cambia para nada los hechos, Rey de Hungría; territorio bien al este de la cristiandad y evangelizado a medias, unido a varias tribus del Danubio, se apresta a enfrentar al ejército Mogol que viene como una avalancha imparable haciendo picadillo cuanto reino se le pone delante desde hace más de una generación.
En los libros se narra como el buen Bela, metido en su armadura, regalo de algún emperador alemán llegado por medio de obispos que han traído el pedido del Papa y del Emperador de que él tenga el honor de frenar la Horda de Oro e impedir que ésta llegue a Viena, cabalga meditabundo y de mala leche, rumbo a la planicie desde la que, según se consignará, saldrá rajando luego de perder todo su ejército.
El Obispo de Ulm, que lo acompañará hasta el campo de batalla para salir del mismo antes que las cosas se pongan espesas de más, le ha asegurado, en un alarde de optimismo digno de un brujo de tribu, que los presagios son buenos y que el Señor Jesucristo, del que Bela recién despaganizado por una cruz y muchas monedas de oro, tiene una vaga idea de quién es y cuántos ejércitos manda, le ha asegurado a él, el Obispo en cuestión, que un buen Rey Cristiano no puede perder una batalla contra el infiel el día de su nacimiento.
Digamos para ser honestos con Bela, que éste no se ha tragado ni la mitad de ese buen presagio y que más bien su alma y su cuerpo tienen más ganas de estar en Buda con sus mujeres -una, la legal, parienta lejana y canija de algún duque de quinta de España; y el resto, las que le gustan, buenas hembras magyares de rotundas tetas que le hacen feliz el día y las noches- ha decidido dar batalla al mogol por aquello de que en la Edad Media y sobre todo en Hungría, un rey que raja antes de pelear es rey muerto y sustituido. Sana costumbre sucesoria que muchos mandatarios de hoy han olvidado y si no, pregúntenle a Jorge Batlle cuando salió rajando ante el plebiscito de Antel porque los mogoles eran una pila y el hombre no era ni húngaro ni tenía muchas mujeres fogosas esperando en Buda para curarle las heridas.
No entraré en detalles militares que salvo mi amigos Ego y Rubén entenderán, pero para ser breve, bajo la nieve y el viento que sopla en el Danubio por esas fechas, mil caballeros y sus escoltas y diez mil soldados y sus putas que los seguían, entran con jolgorio a media tarde todos ellos rebanados y trozados como en un áspic de húngaro, en el paraíso de los guerreros, hecho que tiene poca posibilidad de verificación pero que pese al Obispo de Ulm, no es el lugar a donde uno quisiera ir.
Los mogoles, que por esa época están de elecciones internas, las que se libran entre ellos por medio de la espada y de venenos, no aprovechan la victoria y como son desordenados y relajados como somos los uruguayos, dedican el resto del día a robar el botín que es enorme y a mamarse concienzudamente con buenos vinos magyares que encuentran en las carretas del Rey Bela.
Éste, que ha hecho las cosas todo lo mal que se podían hacer -como estratega era un turro- consigue escapar del campo y refugiarse en una isla del Danubio a la espera de la batalla final, que no habrá de darse ya que los mogoles, borrachos como cubas, han decidido que para el día ya basta y se olvidan de él, de Hungría, del Papa, del Obispo que sigue corriendo rumbo a Viena y se van.
Si hubieran seguido se habrían cargado a Buda y a Pest, a Viena y a París, a Roma y a Madrid, y hoy cabalgaríamos en pequeños caballos de la estepa, hablaríamos dialecto mogol, criaríamos cabras y nos llamaríamos Uli, Kublai y no Juan y Bartolo; pero como era Navidad y el vino abundaba, hoy seguimos siendo cristianos al menos nominalmente.
Bela, que nunca entendió bien qué carajo había pasado, luego de una semana de estar bajo la nieve vuelve a Buda y se encama hasta que le da un infarto con sus húngaras tetudas y es enterrado con la armadura del Emperador y, aún hoy, en una vieja cripta de la Iglesia de San Esteban, su fantasma cada Navidad recorre las calles de Budapest incordiando a los que pasean con la pregunta de qué fue lo que pasó el 24 de diciembre de 1241.
Así pasan sus vidas los reyes, emperadores, papas y presidentes sin saber para qué mierda han llegado ni qué es lo que han hecho en su momento.
Hasta la próxima.
Félix Obes Fleurquin

Friday, August 05, 2005

Con Madonna y Pipino El Breve


Con Madonna y Pipino El Breve
EL DULCE ENCANTO DE LA BREVEDAD

Mi padre siempre repetía aquello de "si lo bueno es breve, es doblemente bueno"; consejo que yo trato de aplicar a lo que escribo y que recomiendo a mis amigos. Esta semana, en la sección "Frases", publicamos varios ejemplos de pequeñas obras maestras de pocas líneas. Es un desafío para el que escribe y un placer para el lector.
Winston Churchill aplicaba esta regla para lo que tenía que leer; si le tiraban con más de tres páginas no lo leía. Me refiero a los memorandums militares y políticos de la guerra, aunque el gran estadista pecaba al escribir de lo que criticaba al leer. Su Historia de la Posguerra aún está en mis estantes desde hace años y estoy peleando con ella.
Pipino El Breve, rey Merovingio antecesor de Carlomagno, cuyos méritos exceden su nombre (¿Magno?) ya que fue un breve paréntesis sin consecuencias salvo para la mitología histórica de Francia -¡cuando no!- entre la decadencia de Roma y la barbarie feudal, no sabía escribir el tal Pipino y menos leer, pero el encanto de su brevedad es que su reinado fue un suspiro en la historia y un placer para los historiadores que, como no hizo nada más que ser breve, tenemos que leer poco o nada sobre él. ¡Ídolo!
Entre las maravillas de humana brevedad, una de mis favoritas es el reinado de Carolus Magnus III. De los I y II que deberían haberlo precedido, según los breves anales que Carolus escribió y del que queda nada más que el título en la Biblioteca Real de Bucarest, se cree -y Borges así lo afirma- que eran un invento para sentar precendentes de una dinastía de abolengo; pero resulta que ese escrito, efectuado mientras Carolus avanzaba con sus tropas a enfrentar a Nicodemo Paleologo al que pensaba derrotar y ser Rey Emperador de los búlgaros y Constantinopla, se quemó, menos el título junto con Carolus en la hoguera en la que por orden de Dios y Nicodemo, fue hecho al spiedo para ejemplo de futuros conatos contra el Imperio de Oriente.
Así de breve fue el reinado. El tiempo que media entre una mala idea, una cabalgata luego de una mamúa de órdago y mucha manija de los vasallos que lo abandonaron en el campo y corrieron como galgos por el este de Europa para escapar de la furia imperial y dedicarse a actividades más sanas y más redituables, como ser asaltar peregrinos a Tierra Santa, comerciar con los turcos y hacer contrabando de especias y putas hacia los almacenes y prostíbulos de Génova y Venecia. Por eso ni pasaron a la historia, tuvieron el encanto de una breve epopeya olvidada y una larga y tranquila vida de mercaderes y ladrones.

BREVE FUE...
El Romace del Buen Tabaré en el Reino de Los Cerros Nacido, con el Buen Caballero Guapín de Paysandulis, que a abrazos se tomaran y perdices compartieran en las almenas del castillo, el día de la victoria del primero y que por esas cosas que pasan, andan ahora tirándose guantes al rostro y amenazando zambombas y desastres. Es breve el romance entre contrarios cuando de repartir cargos se trata y más aún cuando ninguno de los dos tiene muy claro qué hacer con el Reino. Lo bueno de esto es que en la vida breve de los uruguayos estas calamidades cada cuatro años se solucionan con el discurso del nuevo rey, al que alegremente votamos un día para putearlo al siguiente; así de breve es nuestro amor por los monarcas y más breve su pasaje por la historia.

BREVE SERÁ PESE A...
Que América y el mundo hayan sufrido a George BII, dos términos ganados con tongo a la nigeriana, lo que quede registrado en los anales del futuro, salvo una lista de muertos de todos los credos y razas -que en eso admitamos que George BII es en lo único que es igualitario- de la aventura asiática hecha con soldados de segunda, con mercenarios que por la gracia de Alá, el Único y Misericordioso son escabechados para escarmiento de los que sin nada que hacer más que ganar unos dólares, se van a jugar el pellejo a Irak, donde, hete aquí Mendieta, que está lleno de irakíes que no gustan ni de la Coca-Cola ni la Biblia Metodista y que ahora unidos contra el invasor, tiran al pato con jolgorio islámico. George BII se creyó Alejandro Magno y resultó ser el Pato Donald.
Para terminar esta nota sobre el encanto de la brevedad, les comento que una vez, hace muchos años, cuando era joven y muy enamoradizo -condiciones que me hubieron de costar varios dolores de cabeza y muchos pleitos de divorcio con sus costos inherentes- escribía para una joven con la que tuve un breve romance que de tan breve permaneció sin efectos perecederos como suele pasar cuando pasamos del romance a la vida en pareja, lo siguiente:

HACE UN MILLÓN DE AÑOS
Un hombre volvía de la cacería, traía pedazos de carne peleados con lobos que luego serían sus perros; en el fuego de una gruta, en el medio de lo que mil años después sería Europa, recreaba pintando con sangre del mamut la cacería del día. En ese dibujo hecho con la punta de sus dedos, quizás con la de su lanza de obsidiana o de hueso, un mensaje a su venus de Lespuges que dormía grávida, a la espera de un hijo suyo o de otro cazador -eso es irrelevante- y en ese mensaje neolítico decía: "Mañana, una mañana única, que por una sola vez la humanidad verá, me voy a despertar y tú, dormida al lado mío, con un hijo en tu vientre, quizás mío, quizás no -eso no importa- será mi homenaje, mujer".
Y eso quedará miles de años escrito en piedras, más tarde en pergaminos, luego en papiros o antes y, al fin de cuentas, en correo electrónico, en alguna bitácora perdida en el cyberespacio que diga simplemente: "Esa mañana de sol corrías a mí y te abrazaba para sentir de tu piel, el gusto salado del mar, el calor del sol en tu cuerpo, en tu espalda".
Y todo volvía a su lugar con miles de risas, como la canción de Madonna que es el tema musical de esta semana, saber, "Love Profusion" que lo pueden pedir y aunque en realidad tiene poco que ver con esto, es bueno para escribir, de una, notas como ésta.
Y todo fue encantadoramente breve y recordable al punto de que, al no acordarme de quién era esa mujer, su recuerdo de breve, es imborrable. A veces el Alzheimer tiene sus ventajas.
Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin