Equinox Fin de Semana

Notas de Felix Obes Fleurquin y del Semanario Equinox Fin de Semana de Uruguay

Tuesday, April 01, 2008

Desargentinizar Uruguay...¿viste?








Desargentinizar Uruguay, ¿viste?



Admito que la idea de escribir sobre el "problema argentino" -porque es hoy y ha sido siempre Argentina un problema para Uruguay, antes y después de ser nación- surgió al leer la nota de nuestro querido amigo y columnista de este semanario, Antonio Fernández Arosteguy, cuyo título "Ellos, los argentinos", es el tema de tapa de esta edición de Equinox Fin de Semana.

Agradezco a Antonio ser mi musa (o muso) en esta oportunidad, porque en primer lugar me subo a un tren ya en marcha, lo que me ahorra neuronas, tan cansadas esta semana; y por otro, me evita escribir sobre ANTEL y las declaraciones de Carvalho o No Declaraciones al estilo del sombrerero de Alicia, porque el diario El País parece que reculó de haberle tocado los cojones a La Langosta, en un lapsus de periodismo valiente, totalmente fuera de lo común en el alcahuetismo que prima en los medios tradicionales.

Pero no fué, El Pais...por un rato...no fué El Pais, pero como en La Cenicienta, al rato, volvió la calabaza de ser carroza, a su estado original.

Ya escribiré de ANTEL y su caída a la inexistencia si no hace lo que nunca podrá hacer, que es dejar de robar al consumidor y ser una empresa eficiente. Se le escapó a Carvalho -porque que lo dijo, lo dijo, va la nota autocensurada de El País más adelante- lo que escribo siempre y que los hechos me están dando la razón: que es un engendro contra natura y debería desaparecer junto a todos los monopolios, para la felicidad de la República.

Antes, mucho antes que empezara este mamarracho fascista del bloqueo de fronteras por parte de unos energúmenos que son tan argentinos como sólo un argentino típico puede ser -los buenos son minoría en ese territorio, por eso es lo que es-, había escrito notas y comentarios surtidos sobre el antagonismo que hay, desde que existimos, entre Buenos Aires y Montevideo. Nos detestan y nos desprecian. Nosotros, salvo las declaraciones que no se cree el declarante mismo, puramente formales, todos como nación, los detestamos, los envidiamos. En lo que estamos todos de acuerdo, es en que a los porteños no los bancamos; porque el problema principal, aunque no el único, son esos porteños que han convertido Argentina en una nación frustrada -lean la nota de Manolo Flores Silva más adelante, que también cayó muy oportunamente en mi escritorio- que a diferencia de Brasil y Chile, para citar dos ejemplos, no ha podido sacarse de encima una manera de ver al mundo que no es más que el estilo del matón y del demagogo, el del oscurantismo español antiliberal, militarista y clerical, que sumió por siglos a España en el atraso, mientras Europa renacía del cataclismo que significó para Occidente la cristianización de Roma y, por ende, su colapso como Imperio. Una cosa llevó a la otra.

Lo que toqué de refilón arriba, el colapso del Occidente Romano, porque ellos eran nosotros a causa de las sectas excluyentes, será tema de otra nota, les mandé una sinopsis para que queden picando. Volviendo al tema central, Argentina es el GRAN problema uruguayo -Brasil DA problemas pero no lo es en sí mismo y, como tal, con la buena diplomacia que NO tenemos hoy, se podría resolver, se va a resolver- que nosotros debemos enfrentar como nación, si es que queremos serlo. Y sí, claro que quiero y todos queremos, porque he aprendido mucho leyendo a mi querido Carlos Maggi y trato de no menoscabar con mal humor nuestros cimientos, aunque a veces se me escapa una nota discordante; por ello, tenemos que lograr ser diametralmente opuestos a lo que son los argentinos, a lo que Buenos Aires significa como escuela de estafadores y curradores a la que tenemos que dejar de mirar como punto de referencia para ser nosotros mismos, uruguayos conscientes que, sí señor, somos mejores, lo demostramos cada día en cada cosa que hacemos, lo demuestra este gobierno -que no es el mío y que no me gusta-; aún este gobierno se distancia, quizás a causa de los insultos y golpes recibidos, del modelo de ser argentino. No digo peronista, digo argentino, todos, desde el primero al último, según Batlle (que tenía razón pero se achicó), son iguales porque los que no son como K y Barbie K, hacen todo lo posible para que esos gobiernos sean la norma y no la excepción en ese país.

Debemos desargentinizar Uruguay en esta generación. La imbecilidad argentina, que crece con las horas mientras les cae el piano encima y ellos no saben cómo evitarlo, nos está ayudando. El bloqueo nos ayudó, las tribulaciones de La Langosta, baboseada y manoseada varias veces en público para vergüenza de todos los uruguayos, le han servido a ella y nos sirven a nosotros porque nos damos cuenta, finalmente, que ESO es Argentina, eso es Argentina en estado bruto, desnudo y sin maquillaje, ESO que vemos de un nazi hijo de puta que le rompe la cara a un tipo en vivo, por ORDEN de Casa Rosada, eso es Argentina. Es bueno que pase, es bueno a largo plazo que sigan siendo como son, que sigan bloqueando, jodiendo, estafándonos, insultándonos, porque eso nos está endureciendo y despertando del letargo, de la fantasía de que eran "hermanos", cosa que nunca fueron ni lo serán, porque la única forma de tratar con esa gente, la única forma de trato que ellos entienden, es con fuerza y firmeza.

Y lo estamos haciendo casi llevados por los hechos, esos imbéciles están despertando nuestra identidad dormida y tenemos que agradecerles por eso, por un lado y, por otro, dejar de querer ser como ellos, frívolos y mentirosos, curradores y chantas, dejar de copiar su basura cultural, su mierda televisiva, su forma de ver al mundo cínica y ventajera y mirar otros referentes totalmente opuestos. Chile, el Perú de hoy, Brasil Imperial, del que pudimos ser su capital del Sur pero no fuimos por culpa de los malditos rosistas mazorqueros, anti liberales y aporteñados. Podemos buscar nuestro destino, sí, pero antes que nada, tenemos que desargetinizarnos de una vez por todas y tratar de actuar, no como el barrio pobre de Buenos Aires, sino como el Gran Puerto del Sur, el puerto de aguas profundas que terminará por enterrar en el barro a nuestro competidor de nacimiento.

Hasta la semana que viene.

Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com

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