Un día

Un día


De un mes sin nombre,
el mes decimotercero de un calendario marciano,
donde hay más de una luna sobre el cielo,
ese mes decimotercero con muchas lunas iluminando la mañana y la noche,
un mes decimocuarto en Saturno más allá de la escollera del sur,
cerca del cabo del fin del mundo,
en la esquina más lejana y más fría del planeta,
la gente esperando el ómnibus galáctico.

Ese, que cargado de gente rumbo al centro,
pasa cada día siguiendo la estela de Casandra 28,
que va delante
orbitando plácidamente la Vía Láctea,
soñando dormida en estrellas y novas estallando,

orbitando la galaxia cada 348 años luz,
marcando su ruta con besos y señales
porque Casandra 28 es hermana de HAL 9000,
hija de Clarke, nacida en 2001.

Casandra 28 navega y orbita,
da vueltas y gira, baila y salta
y llena ese espacio silencioso y lleno de preguntas,
satélite enamorado de su chip primario,
un chip de 5000 Gigas que contiene toda su vida
y la historia de una raza que conquista una estrella tras otra
para hacer espacio en la nada infinita
a toda esa gente que sale rumbo a Casiopea.

Tres veces tres y rematamos el ciclo
con un saludo desde el Discovery,
Hal llorando por Dave y Arthur,
pero al fin de cuentas,
ese día,
todos en el puente de mando
mirando al sur del Universo,
navegando incansablemente,
al sur,
a la galaxia,
bajo ese cielo tan luminoso,
tras Casandra 28, la hija del poeta galáctico.

Ahí vamos mientras Clarke va a su cita final con Rama.

Con todo respeto a Arthur Clarke y Stanley Kubrick