DE CULO POR LA RED
Chau Jorge, no vuelvas ni por la propina
Yo te voté, nabo de mí, creyendo que al fin era la hora de darte la pelota para que después de haber fundido diarios, empresas, esposas, socios, después de que por timbero y mal pagador te pegaran un balazo en la rodilla en Maroñas, después que mi padre te dijera una tarde en Acción, que tu idea de hacer un diario nuevo de esa forma era un disparate; después que mi ex-suegro, Julio Argimon, me dijera que el balazo debería haber sido en el cerebro, que te conocía de Maroñas y que según él no servías ni para abrir una puerta... Y nabo de mí, después de haber votado a Frugoni y a Wilson, caí -como medio país más uno- en tu verso de que ibas a modernizar Uruguay.
Te vi hablar en ADM, que ¡por favor!, son un grupo de papanatas acomodados con quien mande y reparta contratos como el de Uragua o el de Gualtieri de Ruta 1 -vendida 3 veces y que no terminó ni el puente de Santa Lucía- hablando de tu gestión como si hubieras hecho algo más que aplicar el Manual para hacer las cosas de Culo, según dijera Julián Marías un dia en una radio de este país pacato para sonrojo de Shubert, ese periodista que no usa ni su nombre de nacimiento, que tuvo que explicar que CULO es una palabra que en España y en el resto del planeta no es mala palabra sino que define eso que todos tenemos, lindos o feos, gordos o flacos pero que usamos a diario para varias y múltiples funciones desde las orgánicas hasta las del entreteniemiento... y me voy de tema, pero has hecho un Gobierno de Culo, Jorge Dear.
Mi amigo y columnista de Equinox y El País, Carlos Maggi, te quiere y te defiende y te justifica, y como el amor es ciego, quizás Carlos, en su infinita piedad, te trate de justificar y encuentre que tu periodo fue algo mejor que el de Luis XVI con el que te comparé varias veces sin desearte, por mera compasión, que viajaras en carreta a la guillotina, pero si te comparé fue por haber sido ambos, Excelencia Ilustrísima, tontos de solemnidad, "botarates de capirote" dijera en ambos casos mi abuelo, el General y Senador Don Federico Fleurquin Do Rey, héroe civil y militar que luchó por esta República desde su regimiento y desde su escritorio y que se moriría por segunda vez de haberte visto hacer una tontería tras otra.
Por eso, al escucharte en ADM, me dio vergüenza ajena, "lipore" diría Arturo Cardozo, al verte ante esa audiencia obsecuente y sin el menor coraje de decirte que "No jodas", que la aftosa, que las condiciones de la zona no eran propicias, que qué sé yo, que en fin, tu desastroso periodo, tu falta de voluntad para hacer las cosas y la falta de control que TU Estado con las pocas cosas que se hicieron, lograron que éstas fueran bastardas y mal hechas, farsa de un estado liberal que en realidad fue de un mercantilismo puro y duro, para favorecer a sus entenados y parientes -te recuerdo Altísimo, el caso de tu pariente Gurméndez, que bloqueó al país cuando le propusimos ponerlo en la aldea global y dijo NO- para hacer que una izquierda inmadura y dubitativa sin plan de un corno, llegara hoy a Palacio, en santidad electoral, de puro rebote. ¡Gracias, Jorge, por ese regalo!
Por eso, mi querido Jorge, no pases por acá, no te doy ni la propina que le daré en Navidad a los basureros, ni eso. ¿Sabés una cosa? como soy elector, pagador de impuestos, tu jefe, como sos empleado mío, como son empleados míos todos los gobernantes ya que yo les pago para que vivan ...estás despedido.
Hasta la semana que viene y hasta el próximo empleado a despedir.
Félix Obes Fleurquin
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