TOLERANCIA CERO
Tolerancia cero
No, no me refiero a la tan mentada y polémica política de Giuliani en NY, que tantos peros tiene por parte de muchas minorías que por el hecho de no ser Wasp (blanco, anglosajón y protestante) se ven muchas veces sometidas a prejuicios.
Me refiero a la cero tolerancia de cada uruguayo con el que piense distinto a sí mismo y tenga una verdad que no es la suya, violando aquello que decía Paul Johnson en Tiempos Modernos (¿cuántas veces lo he citado?) de que nadie tiene la verdad, sino partes de ella y el que se cree que la tiene es un reverendo idiota (no lo dice Paul, pero lo debe haber pensado o debería) y que en estas fechas y cada cinco años, cíclicamente nos ponemos insoportables y perdemos el sentido del humor y de la perspectiva y nos creemos que lo que decimos es una verdad de a puño.
Y no es así, no es eso verdad, esa cosa que nadie tiene, que parte de ella la tienen los blancos, los frentistas, los colorados y los partidos chicos y, al no darnos cuenta de ello -ya que el sistema nos empuja a ser intolerantes y a no llegar a tener cultura política suficiente para darnos cuenta de que un país, el que sea, se debe manejar entre todos por pactos y acuerdos y por consenso, diría el General Seregni- no llegamos nunca a la situación esa tan fácil en teoría y difícil en la prática, a pensar un instante como el otro, a vivir una otredad y ver qué tiene ese otro de válido, que lo tiene, todos lo tienen.
Es casi utópico. Ser inteligente y tolerante es utópico, pero las utopías me gustan, son, sino metas - que son imposibles- pautas de comportamiento, una forma de ser, una forma de ver al mundo y con eso, poner algo de utopías en la realidad no sería mala cosa, ¿no?
Como NO QUIERO dejar que el clima éste de desenfreno verbal entre los partidos, que este clima de carrera por el poder me lleve a perder el humor, esta semana les dejo, les dejamos con mi amigo el Coronel -al que muchos le escriben- un cuento más de la vida de un héroe cuya punta de la madeja con mi hijo Maxi descubriéramos una vez en París -leer "Me Haces Brillar" de mayo 2004- y que con él y con Xavier vamos siguiendo por el tiempo y por la geografía, porque escribir de historia y de mitos y de poesía es una forma de, saludablemente, dejar de ser estúpida y uruguayamente, intolerantes y necios.
Hasta la semana que viene,el resto, lealo en Equinox Fin de Semana que sale mañana.
Felix Obes Fleurquin
felixobes@adinet.com.uy
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