Investigando en la Aduana
¡EL CIRCO PRESENTAAAA...!
Investigando en la Aduana
Sí, sí, ya sé que vos sabés que todo el circo que Astori, Mujica, Tabaré y el elenco del Circo Populista están haciendo con la Aduana es puro bla, bla, bla. Y que vos sabés que no van a lograr nada porque no quieren lograrlo, sino hacer juego de malabares para entretener a la gilada fiel que los vota y competir entre ellos en una pelea lateral de su carrera por la banda presidencial.
La Aduana está corrupta y en manos de mafias y sindicatos que digitan qué se hace y qué no se hace. La pavada de las coimas que siempre existieron para agilizar los trámites -lo sé porque fui importador- es un mal menor de un país de quinta como éste, porque en toda el área del mundo subdesarrollado, la cosa es así. Todos los despachantes lo saben, todos los gobernantes lo saben, por lo tanto, la estupidez del circo que el Poder Judicial hace por orden del Poder Ejecutivo, no engaña a nadie ni servirá para nada porque en nuestro subdesarrollo está implícita nuestra diaria corrupción y con ella tenemos que vivir. No es que me guste pero es así, estamos lejos de ser un país en serio; menos lejos que Argentina o Nigeria, pero malditamente lejos, que esas cosas pasen es tan normal como que se vendan números para el trámite rápido de sacar la cédula, como me contaba un amigo hace unos días.
Así que no seamos bananas, la gran joda de la Aduana no es esa, la que llena los titulares, sino la otra, de la cual ésta es la cortina de humo. Y es que la Aduana es un colador por el que pasan contenedores enteros que se venden en las ferias, por donde pasa toda la droga que los narcos quieren pasar. La DEA opina que no vale la pena perder el tiempo en coordinar con la Aduana y si la DEA opina eso, no hay más nada que hablar. Todos los anteriores responsables citados por los juzgados -faltaría citar a Bruno Mauricio de Zabala si seguimos así-, no es más que un mecanismo bien uruguayo de hacer muchos movimientos espectaculares para no llegar a nada.
Este circo no sólo es inútil sino que perjudica al comercio exterior, haciéndole perder el tiempo a los despachantes, a los importadores y a los exportadores, a toda la comunidad y a todo el país. Por lo tanto, debe cesar por no ser más que el resultado de una pulseada entre dos precandidatos que se quieren lucir con fuegos artificiales mojados. Está tapando la corrupción real, la gran corrupción a la que tardaremos en controlar el mismo tiempo que tardaremos en ser un país serio.
Hoy estamos lejos de serlo, muy lejos. Y si este gobierno lleno de ineptos y murguistas sigue gobernando el país, más lejos estaremos.
Por eso, mis queridos amigos, reitero, hay que sacarlos de una vez por todas.
Hasta la semana que viene.
Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com
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