Una formación perfecta

Una formación perfecta



Miren, somos un puñado al azar, formados como podemos a esta hora,
mírennos, vamos a pasar a la historia a nuestro pesar,
vamos a caer porque no podemos retroceder y tenemos miedo, pero igual nos quedamos
y pensamos en lo que dejamos detrás: la casa, la mujer...

Y aquí estamos frente al Persa, esta tarde del año 480 antes del invento del calendario
somos Occidente, lo que luego será Grecia, Roma, Europa, París y Madrid.

Y estamos solos, somos 300 contra la enormidad del mundo
y nos quedamos acá y no retrocedemos,
vinimos a morir y a darle a la civilización el tiempo necesario
para que mañana, en Platea y Salamina,
reventemos a Oriente, lo tomemos por asalto con Alejandro, lo hagamos nuestro por 24 siglos,
conquistemos el nuevo mundo, hagamos al mundo a nuestra imagen.

Y en esta tarde en Termópilas, formados, acorazados, con rabia,
nosotros los europeos, nosotros, el mundo que va a parir el Renacimiento,
los cruzados que destruirán al Islam,
los que tomaremos México y Perú a sangre y fuego
y Marte y Saturno a la fuerza de la espada,
estamos perfectamente formados, como estaremos en Balaclava, en Austerlitz, en Normandía,
frente a la Rusia Roja en Stalingrado donde moriremos,
en la frontera del Oeste con Custer,
una tarde en Waterloo y otra en las puertas de Viena.

Pero siempre formados implacables, casacas rojas, la delgada línea que no se quiebra,
los soldados poetas de Occidente que morirán en Las Termópilas hoy,
para dejar la marca que hará que el Universo sea nuestro, a las buenas y malas
por la espada, porque así es nuestra interminable guerra,
nuestra forma de vida,
nuestro destino.