Equinox Fin de Semana

Notas de Felix Obes Fleurquin y del Semanario Equinox Fin de Semana de Uruguay

Thursday, June 23, 2005

El fabuloso negocio de la industria de la cultura al alcance de Uruguay

El fabuloso negocio de la industria de la cultura al alcance de Uruguay
y para no dejar pasar de largo

Esta semana, con la oportuna excusa de que nadie como el amigo Maggi puede explicarles cómo un país puede crecer, ser rico, atraer inversores y consumidores con sólo aplicar ingenio y creatividad, me voy a limitar a presentarles su nota, que va a modo de Editorial y que, apoyada en el asunto de la posible visita de los Rolling Stones, desarrolla en la misma la idea, aplicada con éxito en todo el mundo, de crear productos culturales y cómo estos son un negocio fabuloso.

Este gobierno, del que muchos esperamos -Maggi entre ellos- que dé más énfasis al tema Cultura, tiene una oportunidad de oro de abrir la canilla de una entrada de riqueza para la que el país no necesita invertir un peso; sólo falta invertir buen criterio y no dejarse llevar por la rutina de saqueo y despilfarro de recursos que ha sido la bandera de las administraciones anteriores y la que ésta aún está a tiempo de cambiar por la bandera de la inteligencia.

Lean la nota de Carlos, es de una claridad que rompe los ojos. Sólo se necesita inteligencia, como la que aplicará el Gobierno de Río de Janeiro que ha ido más allá: no sólo NO LES COBRA IMPUESTOS PARA QUE VAYAN A RÍO, sino QUE LES PAGA PARA QUE VAYAN, porque cada dólar que pagan se multiplicará por 10 ó 100 con la movida económica que un producto cultural bien promovido crea. El caso de Cinemateca en nuestro país es un ejemplo.

Además del documento que sigue, Carlos lo amplía en su columna que, esta semana, es la destacada.

Saludos a todos,

Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com





Mujidos
Todos queremos un país productivo. La pregunta es: Productor ¿de qué?


Los Rollings y la rutina

Esta nota sobre festivales musicales es la primera de una serie sobre las ventajas económicas de la actividad cultural

Sucede que la creación es fuente de riqueza y que la riqueza es el único camino que lleva a la justicia social. Conviene pensarlo cuando se decide hacer un gasto público, en vez de una inversión. No digo nada contra el Plan de Emergencia Social, que es el buque insignia de este gobierno; está en marcha y es un hecho consumado. Pero pienso que hubiera convenido pensar dos veces antes de decidir un gasto de 200 millones, sin contrapartida. El momento triste de este plan asistencial, se conoce a fecha fija: habrá una cierta conmoción cuando la generosidad toque el fondo del bolsillo y no haya nada más para repartir. Con cien millones de dólares durante dos años, pudo crearse una fuente de ganancias capaz de alimentar para siempre una ayuda social consistente.

UNA INDUSTRIA NUEVA
Todos sabemos que la vaca gana. Pero ninguna vaca es tan celosa y absorbente que impida mirar el resto del mundo; y el mundo hierve de productos culturales que rinden grandes ganancias en la formación de la gente y en la entrada de dólares. Pienso en el señor Carmelo Vidalín, intendente municipal; organizó, sin gastar un centésimo, en dos años sucesivos, el "Festival Pilsen Rock" y duplicó mientras duraba el evento, la población de su ciudad (Durazno, 30.000 habitantes); llegaron entre 40 y 70 mil personas y todos vimos una caravana de automóviles de dos kilómetros de largo. Sobre este hecho extraordinario escribió con mucha inteligencia, Gerardo Sotelo.

"Más allá de la música y la fiesta, el festival de Durazno nos marcó el camino de la prosperidad. ¿Cómo es posible que esa ciudad facture más de un millón y medio de dólares en un fin de semana? Un emprendimiento de semejante resultado, no figuraba en ningún programa de gobierno. Durazno presenta los peores indicadores de consumo cultural del país, por razones que los investigadores no logran revelar. Aún así, nos han dado un ejemplo de auténtico progresismo: tuvieron una oportunidad y no la dejaron pasar, se pusieron a trabajar pensando en sus clientes, arriesgaron su seguridad y sus ahorros y, oops, ¡ganaron dinero!"

El profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid, Luis César Herrero escribe académicamente, pero viene a decir lo mismo:

"Quizás el objeto cultural que más se acerca a la síntesis de funciones que cumple la cultura en las sociedades contemporáneas sean los grandes festivales culturales; atienden al triple objetivo: a) atracción masiva; b) confección de una nueva imagen urbana; y c) sirven como un factor de creatividad y progreso de la sociedad civil." (Véase: "Impacto económico de los macrofestivales culturales", febrero, 2004)

TRISTEZA URUGUAYA
Recojo estos antecedentes, porque tienen que ver en la declaración de interés nacional con la cual el gobierno ha distinguido una posible actuación de los "Rolling Stones" en nuestro país.

"Tabaré Vázquez quiere que los Rolling Stones vengan al Uruguay y declaró el concierto de interés nacional. La resolución fue firmada el lunes 30 de mayo junto a los ministros de Educación y Cultura Jorge Brovetto, de Relaciones Exteriores Reinaldo Gargano y de Turismo Héctor Lescano. Pero desde la secretaría de Cultura del MEC se informó en seguida que NO necesariamente, esta declaración de interés se traduce en exoneraciones impositivas." (El País, 31/5/05)

MIOPIA ALARMANTE
Declarar de interés nacional y al mismo tiempo informar que se cobrarán impuestos, es de una miopía alarmante. Daniel Grinbank -responsable de las dos giras sudamericanas realizadas por la banda y también de la actual- dijo que la carga impositiva impide la actuación en Buenos Aires. Los descuentos en la otra orilla son: 21%, de IVA; más el 12%, de Sadaic (no es impuesto, son derechos de autor) y el 3% que cobra la ciudad de Buenos Aires. Total: 36%."

IMPUESTOS CONTRA EL DESARROLLO
En Uruguay los descuentos incluyen: IVA, 23%. Por venta de entradas, 3%. Para Agadu, 10% (no es impuesto, son derechos de autor). Intendencia Municipal de Montevideo, 9%. Y Fondo Nacional de la Música, 5%. Total: 50%. Como contra figura del Río de la Plata, el Municipio de Río de Janeiro paga dos millones de dólares para que los Rolling Stones hagan un concierto gratuito el próximo 18 de febrero en la playa de Copacabana. Esperan reunir 400.000 fans. La primera falta de buen sentido que pone de manifiesto la aclaración de la Secretaría de Cultura del Ministerio, refiere a los presupuestos del negocio: estamos disputando con Buenos Aires la ventaja que significa tener en nuestra capital una atracción mundial y esa competencia entre las dos ciudades se define por dinero; los Rollings van a actuar donde más les convenga. Y cuando el Presidente de la República hace lo más adecuado, la Secretaría del Ministerio sale al cruce para aclarar que en materia de gravámenes... se verá. Es de no creer.

La segunda insensatez, refiere a las perspectivas del negocio: si esa banda mundial toca en Montevideo y no en Buenos Aires, la cantidad de argentinos que van a venir es incalculable. "La Vela Puerca" y "La Renga" le dieron a Durazno más de un millón y medio de dólares en facturación. ¿Es demasiado, pensar que el espectáculo de los Rollings deje en Montevideo, cinco veces esa cantidad?

El tercer disparate es de pura lógica. Si por querer cobrarle impuestos, la banda no viene, el gobierno se quedará sin concierto y sin impuestos.

MEZQUINDAD DEL SISTEMA
Pero en realidad, estos tres signos de mezquindad importan poco (estamos examinando los resultados de UN concierto); lo grave es la actitud del Ministerio de Cultura con respecto a la industria cultural. No sólo no tiene proyectos en este aspecto, sino que tampoco tiene percepción de la importancia del asunto. Ese es "EL" tema. Un tema mayor, al cual habrá que dedicarle mucho espacio. La industria cultural es una de las claves de muestro porvenir. Tenemos que elegir de una buena vez: O nos conformamos con ser pastores de esta linda estancia (y renunciamos a la cultura de la información, del arte y de la innovación); o creamos los elementos para actualizar nuestra economía. Ningún pastor, país productor de carne y lana, deja de ser miserablemente vulnerable. Y esta afirmación, entre nosotros, no necesita demostraciones. Vivimos agobiados por el estancamiento, las deudas y las crisis periódicas desde hace medio siglo. Basta con leer historia para tener la prueba y las cifras.

Y lo peor para juzgar "la distracción" del Ministerio de Cultura:
Nadie ignora que en materia económica, todo está pautado. No podremos exportar hacia países proteccionistas. Cada dólar de inversión es disputado por decenas de países. El atraso cambiario es una amenaza mundial, que no podemos combatir. Estamos obligados a pagar intereses millonarios. El mercado es una lucha friccionada y exasperante. En cambio, la actividad vinculada a la cultura, lejos de estar regimentada y constreñida, recibe estímulos y plácemes. Cuanto más gana esta industria, más apoyo internacional obtiene. Nada impide que Uruguay subsidie una lluvia de actividades culturales, hasta convertirse en un centro de irradiación en el sur de América. Nadie va a decir: "Hay dumping", por ofrecer cultura al alcance de todos, de propios y de vecinos. Pero las utilidades de ser un foco cultural duplicarían nuestras exportaciones con resultados contantes y sonantes.

Lejos de cobrarle impuestos a las grandes bandas de rock, el Estado debiera organizar un festival de conciertos magistrales a fijar en ficha fija, fuera de la temporada veraniega, para extender el turismo playero, a marzo o a diciembre. Es una ingratitud (una distracción culpable) olvidarse de lo que fueron, en manos de Litman, los festivales de cine en Punta del Este, cuando Perón trataba de cortar el turismo desde la Argentina; y no podía. Miles de personas triangulaban su viaje, pasando por Asunción, con tal de venir.

¿Qué pensar de los museos de arte que pueden traerse, como el Guggenheim, que fue a Bilbao o las Universidades, como Harvard, instalada en San José de Costa Rica? El tema da para mucho. Contra este cielo abierto, lleno de perspectivas nuevas, trabaja a ras de tierra, la rutina burrocrática que siempre quiere dejar todo como está.

FESTIVALES
De cine, de teatro, de música son muy redituables en todos los países que le dan fama a su festival, poniendo inteligencia.

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