¡Yo también quiero vivir del Estado!

¡Yo también quiero vivir del Estado!

Una campaña de Equinox por el absurdo, en un país absurdo.


PASE POR EQUINOX POR SU REMERA
José Ellauri 1149 tel 7075585


Y salir con una soberana estupidez digna de Luis XVI, de construir otra ridícula torre, nada menos que la de un Banco República lleno de choferes y limpiadores que ganan más que un Ministro; y de construrir esa torre en el momento en que el país, atacado por La Langosta Frentista, se prepara para ser saqueado, violado y aplastado por una llamada Reforma Tributaria que no es más que un impuestazo de los funcionarios de La Langosta para sacarnos el aceite, como quien exprime una aceituna.

Yo también quiero vivir del Estado como vive el Rey de Las Langostas, para tener un impuesto para llevarme lo que recaudan los monopolios, otro para poder llenar de familiares el Gobierno y un tercero para tenerlo todo, como El Señor de los Anillos de Uruguay, con el impuesto Terminator de la clase media, con el cual el Rey deja que Astori se suicide políticamente por estupidez y vanidad de un tipo que jamás hizo nada más que vivir del Estado, ya que no gerenció ni un kiosko en su vida, con lo cual, el Rey se saca de encima ese incordio y recauda para poder seguir dilapidando nuestro dinero en el Plan de Emergencia, que no es más que una máquina de comprar futuros votos al censar a los desesperados, para que le voten en las próximas elecciones; siendo estos nuevos votantes el reemplazo de los ilusos independientes que votaron al Frente por esnobismo en las últimas, y que no lo votarán jamas de nuevo.

Aunque por razones estratégicas, el cacique de la horda gobernante haya mandado parar esta imbecilidad total, que si la Torre Estúpida de Antel, en un momento de auge de la economía fue una irresponsabilidad de un directorio, que de telecomunicaciones no sabía nada y nos costó millones y no tener salida a la red óptica atlántica, esto de hoy, el solo hecho de que a una persona que vive del Estado, en plena quiebra del país, se le ocurra tirar a la basura 40 millones de dólares en una absurda cúpula y un garage, es criminal. Yo también quiero vivir del Estado y ser así, irresponsable, inamovible, soberbio y cobrar buena plata por ser Vivir del Estado.

Yo también quiero dejar de trabajar en mi comercio, dejar de pagar impuestos o pagarlos con quitas y tener préstamos especiales de los Bancos Públicos, tirar alegremente la plata de los saqueados particulares y jubilados y hacerme una cúpula y un garage en Equinox, de 4 millones de dólares y guardarme los otros 36 en Las Bahamas porque no soy tarado, pero 4 millones daban para eso y aún así sería dilapidarlos.

Yo también quiero vivir del Estado, ser funcionario público, marcar tarjeta y además tener un segundo empleo privado o una changa, tener parque de vacaciones, hacer paros 56 veces al año, especialmente si caen viernes o lunes, por eso del fin de semana largo; si estoy en ANTEL, tener la chance de no pagar teléfono si es posible; o si estoy en OSE, llenar la piscina de garrón; o en UTE, poder darme el gusto de tener bombitas de 200 watts en todos lados y usar todo eléctrico, aquel lema con que estafaron a la población hace años.

Yo quiero vivir del Estado, como quieren vivir todos los uruguayos que son básica y potencialmente corruptibles, y ven más fácil hacer cola en ANCAP, esa fábrica de mal combustible y el más caro de la Vía Láctea; o hacer cola para ayudante de lavandería y ganar más que lo gano hoy; y festejar cada feriado de los que hoy, como son laborables, tengo que abrir Equinox y bancarme el día viendo pasear al Señor Funcionario Público a su perro por la vereda, que encima me la caga; quiero dejar de trabajar en suma y unirme a la Fiesta Progresista, tener carnet de "Yo vivo del Estado ¿y tú?", ese club más selecto que el Mediterranee o el Golf, para lo cual, gracias a una idea de mi hijo Maximiliano -y es en serio, no es joda- hemos comenzado una campaña mediática que se llamará:

YO TAMBIÉN QUIERO VIVIR DEL ESTADO

Y hemos mandado hacer una lindas remeras negras en las que la frase de la campaña aparece en letras blancas en el pecho y que luciremos, en los gimnasios y en la rambla, ya que al ver que todos los uruguayos quieren ser empleados públicos y no trabajar nunca más, Maxi y yo, también queremos vivir del Estado. Si el pais va en esa onda, si el pais quiere der un puto "paisito" de dulce de leche y mal football, sin oposicion responsable, queremos ser socios del Club Selecto de "Yo Vivo del Estado"

¿Querés un remera o T-shirt, como se les dice ahora?

Nos costaron 250 pesos cada una, están en la vidriera de Equinox, en José Ellauri 1149 esquina Martí. Ahí podés verlas, comprarlas, sumarte a esta demostración por el absurdo de un país arrastrado al vacío por La Langosta. Y ya que están ahí, al borde del asalto final contra la clase media, demostrarles que en el fondo somos mejores que ellos, porque nos matamos de risa porque sabemos que son, además de una manga de langostas, unos retrasados intelectuales, incapaces, rencorosos y mal educados, que sólo se ríen de chistes ordinarios y se comportan como bantúes excitados por el saqueo luego de feroz borrachera, en su caso, de poder desmedido.

Vienen malos tiempos, recesión por el solo hecho de haber cometido la estupidez de mencionar un impuesto en un país agarrado de piolines, cosa que es como nombrar la palabra "bomba" en un avión. No se hace, no se meten más impuestos, no se deben subir tarifas o engañar a la masa diciendo que se están bajando, no se debe hacer nada insensato, ni torrres, ni llamados a más funcionarios públicos en un país al borde del colapso; pero como se hace, porque La Langosta, ya les dije, es irrefrenable y compulsiva -debería ir pero no va a "Saqueadores Anónimos"- al mal tiempo buena cara y a sumarse a la campaña de

YO TAMBIÉN QUIERO VIVIR DEL ESTADO.

Pase ya por su camiseta, más adelante haremos autoadhesivos, banderas y pasacalles.


Que tengan un buen fin de semana, la guerra contra La Langosta será larga y llegará el momento en cada uno de nosotros deberá situarse claramente, en un bando o en otro.

Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com