Wikileaks, libertad de comunicación, censura y fascismo
Es un tema espinoso, por muchas razones. La primera, porque la gente, la mayoría para variar, no entiende de qué va la cosa y muchos piensan, así me lo han dicho, que "esos hijos de puta de Wikileaks están ayudando a Bin Laden -como si este necesitara ayuda por lo incapaces y corruptos que son los servicios de seguridad e inteligencia de USA-, son comunistas (sic) y están en contra de Estados Unidos", lo cual da la pauta de la total ignorancia de la gente de lo que es el mundo real, de lo que es el concepto de libertad de información y de qué va la cosa. Es patético y los medios de desinformación de Uruguay, es decir, los principales periódicos y televisoras de los oligopolios privados, que son los titiriteros de los gobiernos locales y que medran bajo su sombra, no hacen más que ayudar a aumentar esa ignorancia y esa desinformación, que es parte de un calculado y muy bien planificado ataque del complejo militar político que hoy -lamentablemente y pese al cambio de la titularidad de la Casa Blanca- domina la situación en Estados Unidos gracias a la manipulación que empezara con el gobierno Bush, facilitada y entregada en bandeja por los anormales que ejecutaron el ataque a las Torres Gemelas y que provocaron la fascistización de América y su absurda pero ya irreversible -no hay retirada posible a esta altura- Guerra de Irak.
La semana pasada puse una nota de Enrique Dans al respecto en esta zona editorial y, esta semana, a continuación de la mía, van dos más de Enrique, que maneja el tema a la perfeccción y que él mismo está dando apoyo activo para que Wikileaks permanezca informando, lo que desde ya les aviso, será así, porque no habrá poder en el planeta para que una vez llegada esa información a la red, el gobierno de Estados Unidos o al menos -para no generalizar y atacar a un país que admiro- ciertos poderes que se han desbocado y que deben ser contenidos por aquellos otros que mantienen a Norte América como país donde rigen las libertades fundamentales de la ciudadanía penosamente logradas desde 1796 en adelante. No habrá poder que pare esto, porque es un tema de libertad de información y punto, sin importar el contenido de esa información que beneficiará y perjudicará a tirios y troyanos pero cuyo flujo, cuya difusión, es algo que toda persona que se diga demócrata, debe defender, aun sin estar de acuerdo con muchos de los efectos que esa difusión pueda causar.
¿Por qué?
Simplemente porque el concepto de democracia, en mi punto de vista, no admite ni tolera censura alguna o discriminación del tipo de información que se debe divulgar. Si la información está ahí, es derecho de quien la tiene ponerla en público, afecte o no afecte a personas o instituciones ya que la información, no la opinión, aclaremos, no es delito por sí misma y es obligación de los que manejan información clasificada, en primer lugar a no ser una manga de incapaces y evitar que esa información se flitre -¿cómo estos imbéciles van a agarrar a Bin Laden si todo el mundo sabe que son como los Tres Chiflados y todo lo que hacen lo hacen con tal torpeza, que el enemigo está siempre dos jugadas delante de ellos?-; y, por otro lado, no hacer nada que sea contrario a los derechos y libertades de su nación, que, por lo que estamos viendo, se pasan por el forro la Constitución de su país y todas sus enmiendas relativas a los derechos civiles y montan un ataque fascista contra Wikileaks y los que han apoyado, participado, estado cercanos o, simplemente, como PayPal que nada tiene que ver en la historia, ser usado como medio de pago por millones de personas para apoyar esta movida.
Este asunto es un tema de los que, para mí, no admite PEROS... pero que... pero deberían... pero quizás... Ni ahí, es un tema en blanco y negro o libertad de información apoyada por medios de difusión valientes como TIME, El País -el de Madrid, que el de acá no se anima ni con las mafias locales de la política y el fútbol, por dar algún ejemplo- y todos aquellos medios de comunicación que no se han achicado por la embestida fascista, nazi, estilo bolche, estilo tupa contra la libertad de comunicación y se han fregado al Pentágono a lo largo de sus páginas y publican todo y dan apoyo en forma explícita, porque Los Medios de Información, cuando son de información y no de difusión de basura, como los medios de acá -salvo honrosas excepciones que son contadas con los dedos de una mano- son ESE OTRO PODER que las democracias tienen para frenar los excesos, las desviaciones, la corrupción de los clásicos poderes del Estado, que es, PER SE, naturalmente corrupto y fascista en todas partes del mundo, porque el Estado, cuando no se limita a cobrar impuestos moderadamente, evitar los conflictos entre los particulares, es decir, legislar para que no haya relajo y desmadres y controlar la seguridad pública y alguna cosilla más, ya está pasándose de sus atribuciones naturales; y hablo de Derecho Natural y metiéndose ilegítimamente en la vida de los particulares.
Esa es mi concepción del Estado y de la Libertad, porque soy Liberal y serlo no se es a medias, ni con peros, limitaciones ni excepciones, se es o no se es y yo sé bien quién lo es en Uruguay y quien no lo es y, lamentablemente, la mayoría en este país -así se demuestra por la forma en que encaran la visión de su entorno- no lo es y por eso tenemos el Estado semi fascista que tenemos, hoy y ayer y los partidos políticos conservadores y antiliberales que tienen el monopolio del voto en las elecciones, todos ellos, sin excepción alguna.
Por eso y por mucho más, porque es un tema puro de libertad de expresión en la que NO puede haber límite alguno y si al no haberlo se comete delito, que la ley lo tome en su jurisdicción, pero ahí hay que ver qué ley se aplica, ya que muchas leyes, por legales y constitucionales que sean, son totalmente ilegitímas, lo que es otro tema y otra historia, porque de legalidad había en pila de acuerdo a su sistema jurídico legalmente votado, en la Alemania de Adolfo Hitler.
Hasta la semana que viene.
Félix Obes Fleurquin
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