Equinox Fin de Semana

Notas de Felix Obes Fleurquin y del Semanario Equinox Fin de Semana de Uruguay

Friday, August 20, 2010

¡Ay de los vencidos!

¡Ay de los vencidos!
De los que queden atrás

Había escrito, la tengo escrita, una de esas notas espontáneas que me salen, sobre el tema de la corrupción en Uruguay que ahí quedó, ya que me pregunto para qué escribir de lo que todos sabemos pero no quisiéramos saber. Y, en eso, viajando al centro, leo en un libro esto sobre la mafia, la camorra napolitana y me dije:

"Así funciona Uruguay, así cada vez más salvaje. Se desatará un extremo capitalismo personal de hacer fortunas ya y contra todas las reglas, porque en el fondo, las reglas, en una sociedad casi fallida como la nuestra, son meramente decorativas".

"¿Por qué acabar atendiendo un teléfono en un empleo mal pago que sólo da para malvivir? Hacerse empresario. Pero de verdad. Capaz de comerciar con todo y de hacer negocios hasta con la nada (vean lo de la Armada sí no).

Ernst Jünger diría que la grandeza se halla expuesta a la tempestad. Lo mismo repetirían los mafiosos y los corruptos, los empresarios de las mafias. Ser el centro de toda acción, el centro del poder. Usarlo todo como medio y a sí mismos como fin.

Los que dicen que es amoral, que no puede haber vida sin ética, que la economía posee límites y reglas que hay que seguir, son sólo los que no han conseguido mandar, los que han sido derrotados por el mercado. La ética es el límite del perdedor, la protección del derrotado, la justificación moral para aquellos que no han conseguido jugárselo todo y ganárselo todo.

La ley tiene sus códigos establecidos, pero la justicia es harina de otro costal; es un principio abstracto que afecta a todos, que permite, según se interprete, absolver o condenar a todo ser humano: culpables los ministros, culpables los papas, culpables los santos y los herejes, culpables los revolucionarios y los reaccionarios. Culpables todos de haber traicionado, matado, errado. Culpables de haber envejecido y muerto. Culpables de haber sido superados y derrotados. Culpables todos ante el tribunal universal de la moral histórica y absueltos por el de la necesidad.

Justicia e injusticia sólo tienen un significado en lo concreto.

De victoria o derrota, de acción realizada o padecida.

Si alguien te ofende, si te trata mal, está cometiendo una injusticia; si, en cambio, te reserva un trato de favor, te hace justicia. Observando los poderes del clan, hay que ceñirse a estas categorías. A estos criterios de valoración.

Son suficientes. Deben serlo.

Esta es la única forma real de valorar la justicia.

El resto no es más que religión y confesionario. El imperativo económico está modelado por esta lógica.
No son los mafiosos los que persiguen los negocios, son los negocios los que persiguen a los mafiosos y a los estafadores. La lógica del empresariado criminal, el pensamiento de los capos, coincide con el neoliberalismo más radical.

Las reglas dictadas, las reglas impuestas, son las de los negocios; el beneficio, la victoria sobre cualquier competidor, el hecho de ganar, de no dejar pasar de lado esa oportunidad, de ser rico, porque sólo siendo rico serás respetado, el resto es pura mierda para perdedores.

El resto es igual a cero.

El resto no existe."

Y es así, estamos entrando en una situación tal de falta de controles, de sálvese quien pueda, de matar al que se ponga delante, en un país con poderes decorativos, nominales, en el que el único pecado es perder, el único pecado es que te agarren y que te saquen lo que lograste. La moralidad no funciona porque al haberse desplomado el muro de contención de una sociedad que ha caído en una forma de estado formal pero inoperante, sólo serás penado si te agarran; si no, sobrevivirás, si no -y eso lo saben las mafias de todo tipo que se han ido apoderando del aparato del Estado, empezando por los poderes que están en manos de grupos de presión o corporaciones-, no harás carrera, sólo por medio de un salvaje despojo podrás hacer fortuna y el resto es mentira y desolación, el resto es la gente de a pie y ellos ya han sido derrotados, derrotados por ellos mismos, porque han creído, quieren creer que el sistema fallido sirve para algo.

Después les cuento de quién es el libro, pero me ha resultado oportuno para describir la orgía de corrupción que nos azota y que recién comienza. Esto que vemos hoy, por lo que la clase política no se escandaliza, sólo emite unas inocuas críticas formales, es sólo el comienzo de una era de total descontrol en la que un gobierno ficticio y una oposición, que ya no existe, comparten la responsabilidad y culpa del desastre en curso.

Uruguay, hermoso país, siempre y cuando vivas en una campana de cristal, dentro de un recinto fortificado, siempre y cuando no salgas de las áreas cada vez más cercadas, siempre y cuando sepas que cuando todo caiga, podés irte.

Y es en este periodo, con un gobernante al que su propio partido le veta automaticamente cada posible idea razonable que tira al aire sin un plan previo, en donde la soberbia de una clase dirigente que no quiere aceptar la existencia del estado de calamidad que estamos viviendo, donde mas peligro correrá la estabilidadde un pais que ha tenido hasta el momento, la suerte de que el mundo exterior, aun no nos ha golpeado, y de tener la suerte de que lo que los gobiernos anteriores hicieron bien, que no es poco, no haya sido toqueteado por un grupo de gente que aun sigue pensando que son chicos de 25 años mientras el alzheimer los lleva rapidamente a su final.

Vae Victis!

El texto ha sido editado por mí, en parte, aún la parte entrecomillada. No he podido con la tentación.

Hasta la semana próxima.

Félix Obes Fleurquin

1 Comments:

  • At 8/22/2010 4:11 PM, Anonymous Anonymous said…

    Es así, lentamente vamos asumiendo cosas que pensábamos que no eran parte de nuestra sociedad, vamos asumiendo que somos muy corruptos y que acá la cuestión es sobrevivir en el diario vivir, la inseguridad, la falta de recursos, la falta de horizonte, la crisis, las reglas que se hacen mal y además no se pueden cumplir, nuestro país tiene un orden jurídico mal redactado y además difícil de aplicar, esa es la diferencia entre las sociedades desarrolladas y la nuestra, en aquellas la ley es buena, (justa sería otro debate) y se aplica siempre y hay reglas claras, el consumismo es como un escapismo en las clases que pueden vivir dignamente y también las otras que se conforman con un celular o par de jeans nuevos.

    Uruguay no escapa al destino de américa latina, no somos la suiza de américa, ni los países bajos del mercosur.

    Y la sociedad asiste apática al decadente sistema político, soporte del Estado que ya no puede hacer lo que está formalmente asumido que debería.

    La lógica de las mafias siempre estuvo instalada aquí, el rango de evasión fiscal siempre fue alto, porque los impuestos que sufrimos son inmorales y así somos, si pagamos impuestos no comemos o tenemos que cerrar el local por deudas...Además ahora el Fisco es un monstruo de dos cabezas, el IVA impuesto al consumo más el IRPF impuesto a las rentas, así no se puede.

     

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