Argentina, ¡Hermanos tu madrina!

Argentina, ¡Hermanos tu madrina!

Hace tres o cuatro años escribi esto, que ahora refresco un poco. La inutilidad y el circo de La Haya que nunca sirvio para nada y los festejos pateticos de cierta gente como si hubieramos ganado el Mundial de bolita, me hacen volver sobre el te, que para mi siempre fue resumido en:
¡Con Buenos Aires nada!
Son enemigos naturales desde el comienzo de nuestra historia y un factor de frustracion de nuestra abortada inclusio en Brasil, que hubiera tenido resultados mas exitosos, hubieramos sido el Puerto del Sur frente a su competencia de Buenos Aires, pero 33 argentinizados, aporteñados, lo frustraron..

La nota original ara este Sabado de noche en que no sale Equinox Fin de Semana por que no se nos da la gana, asi ritmicamente diciendolo, el frio y el humor ambiental de un pais con una historieta de escuela tomada como su historia oficial, me hacen reiterar estos conceptos.

Con Argentina nada, Artigas lo sabia, Rivera su fiel lugarteniente lo sabia, oara eso casi conquista Rio Grande, pero las fuerzas retrogradas por Buenos Aires conspiraron y aqui estamos aun sin proyecto firme de pais, con un gobierno cuyo unico merito actual es no hacer estupideces de gran calbre pero cuyas habilidades en las cosas realmente grandes estan a la altura de loque mi nieta Maia podria hacer a los 4 años de edad.

Parecemos idiotas y el Gobierno y la clase política hace todo lo posible para que así sea

¿EN QUÉ IDIOMA, EN QUÉ TONO, DE QUÉ FORMA HAY QUE DECIRLE A CADA URUGUAYO QUE ARGENTINA NO QUIERE QUE LE COMPITAMOS EN NADA, QUE NO ES UN PROBLEMA ECOLÓGICO NI PUNTUAL NI SE ARREGLA HABLANDO NI DIALOGANDO?

Félix Obes

¿No se dan cuenta o están como en aquel cuento del Sastre del Rey, en que el rey desnudo no quería ser visto así por todo el reino y la gente lo veía vestido de sus mejores galas cuando estaba en cueros? Es eso, la negación de una realidad desde que el Puerto de Montevideo fue creado y empezó a competir con Buenos Aires, ésta nos ha hecho la vida imposible porque somos su competencia natural y sólo aquellos que se han opuesto al centralismo porteño son los que han visto esto.

Una historia nacional llena de falsos eventos como los 33 argentinos pagos por Buenos Aires que vienen nada más ni nada menos a impedir el crecimiento de esta parte del mundo para unirla a Buenos Aires; es lo que esta generación política toda, salvo el caso del Presidente Batlle que los definió con exactitud, trata de ocultar bajo una palabrería de falsa hermandad, a aquellos poderes que amparados en la excusa que sea, están per se contra Uruguay, amparados hoy en la ecología, ayer en ideologías, que tratan de que en Uruguay no se instalen inversiones que les compitan y que es eso la raíz del conflicto.

¿No lo ven? No creo, lo que pasa es que hay una negación de la realidad, la negación de un inevitable enfrentamiento, igual a la cobarde Europa en la época nazi que negaba la posibilidad de conflicto y trataba de negociar con Hitler, en una danza imposible de concesiones y de humillaciones similares a las que hoy patéticamente la clase política toda se hinca genuflexa frente al fascismo de Kirchner, un peronista y como tal un patotero por naturaleza que desprecia la razón y la ley, porque no cree en ella y sólo cree en la fuerza, un Galtieri más actualizado al que sólo se lo puede parar diciendo la verdad y que es que Argentina, como nación, trata y tratará siempre de que permanezcamos pequeños y a su merced.

No es cuestión de declararles la guerra, armarse ni jugar a Rugido de Ratón, pero un paso básico es aceptar que no se trata de ecología ni controles ni nada, se trata de que no pueden aceptar que tengamos algo que ellos no tienen y que se trata de una cuestión económica y que cuanto más claro lo tengamos, más rápido llegaremos a plantear soluciones reales, no las payadasas actuales de hablarles lindo y florido y mimarlos; los Hitler no entienden eso y sólo entienden al que se les planta enfrente y desprecian al que claudica, a los que tratan de pensar que siendo adulones obsecuentes nos llevarán a una solución.

Es Buenos Aires y su interland nuestro enemigo natural y sobre esas bases hay que negociar con ellos, tranzando en intercambio de ventajas, en una cosa por otra, pero jamás seguir su juego, el juego de sus argumentos. Eso es de idiotas y de cobardes.