El Gusanito Manzana y otras cosas sueltas
El 5, Caro cumple años.  Siempre le  escribo algo, que es más o menos una variación del mismo tema.  Cada año cuento  los días previos a su cumple, porque es mi hija mayor y ambos tenemos una muy  especial relación y, entonces, cada 5 de marzo mi ilusión es estar con ella.   Aclaro que lo mismo me pasa con todos mis hijos, por las dudas.  Pero a Caro, de  los cuatro, fue a la que vi nacer y a la que soñé la noche antes en que era tal  como fue; ya lo conté, no lo voy a repetir.  Pero esta vez estoy clavado en casa  por una post operación de un "asunto" que para muchos médicos es tema resuelto a  tiempo pero, por las dudas, entro en la noria de las revisaciones periódicas y  por eso no voy a ver a Caro, que no puede venir tampoco.  Tengo ganas, hoy es 4,  de salir caminando por la carretera -¿por qué no en Copsa, que es más cómodo?-  llegar, darle un beso y volver.  Creo que lo voy a hacer, así vaya sentado  incómodo por los vendajes, creo que lo voy a hacer.  No sé cuántos 5 de marzo  tengo por delante, quizás sean muchos, quizás no, eso no lo decide uno, así que  me voy.  Pero resulta que de la bajada del ómnibus a la chacra de Caro hay 15  kilómetros en subida y, recién operado, mal me veo haciendo de Sir Edmund  Hillary bajo el sol que me prohibieron.  Me jodí y punto.
 Así que a mandar tarjetitas virtuales,  besos por teléfono, como a Virginia, que menos mal que existe todo esto porque  si no, tendrían que ir cartas de papel demorando meses o nunca  llegando.
 PEPE
 Buen discurso, todos los discursos de  apertura son buenos, hablar bien está bien, expresar deseos y metas razonables  está bien.  Nadie, salvo Hitler, tomó el mando y dijo barbaridades, así que el  discurso no es para tirar cohetes ni salir corriendo, es un discurso y nada  más.  El asunto es cómo va a gobernar, qué va a hacer, qué no, así que saludamos  las buenas intenciones, creemos o queremos creer que son sinceras y lo dicho  expresa sus convicciones y le deseamos que tenga suerte.  Somos tres millones de  personas con el precipicio a sus espaldas por lo que no tenemos ya a dónde  retroceder, así que si se mete la pata o se dejan pasar trenes, como ha pasado,  nadie nos va a salvar.  Creo que podemos esperar un futuro razonablemente bueno,  quiero creer eso porque, además, ya no tengo ganas de enojarme porque el médico  me lo tiene prohibido y Maia se tapa los oídos y me rezonga cuando levanto la  voz.
 Y es curioso, ¿saben?  No sé por qué el  Pepe no me cae al día de hoy tan grueso como me caía Tabaré, siempre tan  estudiado, tan durito, tan perfectito.  No sé, el Pepe -y qué bien que la jugó-  es o aparenta ser un tipo de la esquina -la jugada es genial-, un veterano de  los que le das parla en el bondi, en la fila de algo, por lo que los otros, si  es que sobreviven al modelo que el Pepe impuso que no es el de Nardone sino que  es de un tipo normal que hasta dice que la cagó a veces, deberán hacer un curso  de cómo llegar a la gente, de cómo la gente les tome en serio, porque llegó un  día y nos pudrimos del hablar engolado y rebuscado y sabiohondo de los doctores  y ahí la cosa es que el Pepe se dio cuenta y los otros no.
 Veremos cómo sale esta aventura pero, si  hay una cosa buena, es que no es un tipo atado a manuales, es anarco y a los  super liberales -yo me incluyo- nos gusta un poco de anarquía y descontrol,  sin reglas de más y limitaciones, y si eso se maneja bien y hace el tan manido y  repetido estilo de neozelandiaquetegustaperonoteimito, quizás, quizás el  misterio misterioso salga bien o como el culo, pero así es la vida: un día estás  al sol corriendo y te comes el viento a toda máquina, al otro estás sentado en  la cama, vendado y semiduro como un queso viejo, mirando estupideces para que el  tiempo, que pasa tan lento a veces, no te machaque la  soledad.
 LAS INTENDENCIAS QUE LOS PARTIDOS BLANCO  Y COLORADO QUIEREN PERDER, ¿SERÁ POSIBLE?
 Nunca le hacen caso a Carlos (Maggi)  hasta que es tarde y ahí, entonces, dicen: ¡Paaahhhhh, si le hubiéramos dado  bola a Maggi!  Es un clásico de Uruguay, tenemos el cerebro más brillante del  siglo, aún joven: es un pibe de 80 años y se lo ningunea por parte de unos  dirigentes cuyo horizonte intelectual termina a medio camino del living de su  casa.  Por eso, el FA va a tener MÁS intendencias que en las elecciones pasadas,  porque no hay capacidad de unirse para no perder, no lo van a hacer.  En  Montevideo es tal el absurdo, que el PN, que pierde por goleada, lleva DOS  candidatos y el PC, con un buen señor, que debe ser muy buen tipo y muy honesto,  hace una campaña cuyo jingle es: "Hey, vota por Ney", que parece hecho por mi  nieta Maia.  ¡De shorar, Shirley, de shorar!
 UN FLASHBACK
 Pipita tiene un año y pico.  De repente,  decide caminar pero no camina, se larga corriendo por el corredor de la casa  vieja y yo la atajo (creo que lo tengo filmado, creo que sí).  El otro día le  pedí un favor urgentísimo y salió corriendo de su casa en Annapolis hasta Wester  Union y corrió igual, apurada por llegar a mí.  Tuve ese flashback y, de  repente, una tarde gris y triste debido a mis enfermedades varias -que han  decidido golpear todas juntas y ya no soy una roca- me tenían deprimido y sentí  ese calor lindo de un recuerdo lleno de risas que te ilumina el día y te renueva  las ganas de seguir vivo, más no sea para ver hasta dónde llega Virginia en esa  carrera que empezó hace 22 años.  Así nomás, un flashback como en el  cine.
EL GUSANITO MANZANA
En el Parque Rodó chico, el que aún está presentable aunque igual desde que llevaba a mi hermana menor, nos vamos con Maia cuando tengo un día difícil y nos subimos al Gusanito Manzana, ese pequeño rollercoaster criollo y gritamos mucho y nos damos 3 ó 4 vueltas y el día se despeja. Después Maia come algodón de azúcar rojo y se enchastra hasta el pelo, como se debe. Un enchastre típico de Parque Rodó.
      EL GUSANITO MANZANA
En el Parque Rodó chico, el que aún está presentable aunque igual desde que llevaba a mi hermana menor, nos vamos con Maia cuando tengo un día difícil y nos subimos al Gusanito Manzana, ese pequeño rollercoaster criollo y gritamos mucho y nos damos 3 ó 4 vueltas y el día se despeja. Después Maia come algodón de azúcar rojo y se enchastra hasta el pelo, como se debe. Un enchastre típico de Parque Rodó.



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