¿Cuánto se necesita para ser feliz?
¿Cuánto se necesita para ser feliz?
Hoy estaba hablando con un par de lectores de Equinox y el tema que salía en forma inmediata era el del lío financiero que nos tiene a todos expectantes; porque dejando de lado detalles técnicos que no entiendo y de los que sabios e idiotas por igual han metido su opinión, es, sin duda por la ola que ha creado, el tema del día.
No voy a meter cuchara, admito que el tema me queda grande, me es ajeno, nunca supe de acciones, productos intangibles o inversiones financieras, porque el dinero que tuve lo gané vendiendo y comprando cosas tangibles, tengo alma de almacenero, no de financista. Pero lo que veo, sospecho en todo esto es una carrera loca para tocar el cielo, como si eso fuera posible y fuera real la frase de "El cielo es el límite", que no lo es, ya que hay un límite para todo y existe un castigo automático a la ambición desmedida, es sabido esto desde los comienzos de nuestra civilización. Desde Grecia, hace miles de años que los dioses de esa época, que eran más humanos que los de hoy y reflejaban nuestra máxima humanidad -que para eso los inventamos- tenían una denominación, la de "Hibris" o sea:
"La hibris o hybris (en griego húbris) es un concepto griego que puede traducirse como 'desmesura' y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en uno mismo exagerados, resultando a menudo en merecido castigo. En la Antigua Grecia aludía a un desprecio temerario hacia el espacio personal ajeno unido a la falta de control sobre los propios impulsos, siendo un sentimiento violento inspirado por las pasiones exageradas, consideradas enfermedades por su carácter irracional y desequilibrado y, más concretamente, por Ate (la furia o el orgullo). Como dijo Eurípides:
'Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco.'
La religión griega ignoraba el concepto de pecado tal como lo concibe el cristianismo, lo que no es óbice para que la hibris parezca la principal falta en esta civilización. El castigo a la hibris es la Némesis, el castigo de los dioses que tiene como efecto devolver al individuo dentro de los límites que cruzó. Herodoto lo expresa claramente en un significativo pasaje:
'Puedes observar cómo la divinidad fulmina con sus rayos a los seres que sobresalen demasiado, sin permitir que se jacten de su condición; en cambio, los pequeños no despiertan sus iras. Puedes observar también cómo siempre lanza sus dardos desde el cielo contra los mayores edificios y los árboles más altos, pues la divinidad tiende a abatir todo lo que descuella en demasía.'"
En mi opinión, ha habido una ambición desmedida sumada a una falta de control del Estado, una de cuyas funciones, en mi liberal visión del mundo, es la de controlar que el normal deseo de lucro de los particulares no se salga de madre y afecte al total de la comunidad. Véase que toda esa chillería de los idiotas social comunistas y sus cretinos útiles, de que el capitalismo está en caída, en una soberana estupidez ya que el capitalismo, el derecho de propiedad, la libertad económica y aspirar a más bienes son tan naturales a la humanidad, como aberración de la naturaleza es la negación de esto -lo que está muerto es el comunismo y todos sus modelos orientales anticapitalistas desde el de los persas, los incas, hasta el de los soviéticos- pero como digo en el título y nos enseña el sentido común, ¿cuánto más poder y riqueza se necesita para ser feliz sin caer en el exceso y ser castigado o no tener tiempo en la vida para disfrutarlo?
Me gusta el dinero, me gusta la riqueza y me gustaría ser rico y vivir sin preocupaciones, porque eso es hermoso; y vivir mal, pagando en cuotas y mirando si llegas a fin de mes es detestable y es malo y feo, pero pienso que muchos de los que hoy lloran y muchos de los que hoy han puesto en peligro las vidas de las gentes de a pie, han jugado de más y por ambición desmedida y han pecado en el sentido griego de la desmesura. Serán castigados, pero también caerán muchos para ellos "víctimas colaterales", que no han sido jugadores de esa timba global.
Ahora, lo que me queda claro es que el capitalismo, siendo un estado natural de la civilización -y la civilización es Occidente y éste es el motor de la humanidad- no está muerto ni ahí, puras pavadas y mala onda de quienes creen por idiotez que están fuera de ese sistema, ya que todos en el planeta hoy día, desde los papúas a los uruguayos, estamos insertos en un mundo capitalista, único global y perfectible, porque caídas las repúblicas de Grecia, caída Roma, caído o disminuido el Imperio Británico, siempre ha habido y habrá un relevo para la combinación exitosa de república, capitalismo y libertad individual que nos ha hecho como sociedad, como individuos dentro de ella y, gracias a la habilidad de cada uno, seguir adelante conquistando espacios, cada vez que ello ha sido necesario.
Así que, a ser cautos pero bajemos la pelota al piso, el mundo no ha dejado de girar.
Hasta la semana que viene.
Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com
1 Comments:
At 10/18/2008 1:25 PM, Anonymous said…
A alguien que conoce, gusta del tema y expone con claridad sobre la importancia de la técnica militar en el desarrollo histórico-civilizacional, me permito recomendar un libro recientemente publicado: Randall Hansen, Fire and Fury: The Allied Bombing of Germany 1942-1945. Contiene un muy buen análisis de la diferencia (militar, moral y nivel de eficacia para alcanzar el objetivo estratégico) entre tácticas de bombardeo masivo o específico, el primero especialmente aplicado por RAF y el segundo por los americanos. El libro se puede encontrar en amazon.com
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