LAST TELEX FROM ELLAURI
Last telex from Ellauri
Recuerdo el cuento de un autor cuyo nombre olvidé, que se llamaba algo así como último mensaje desde algún lado, que también se me escapa, pero qué más da, esa es la idea.
Esta noche es la última que escribo desde mi máquina en Ellauri. Digamos mi última carta, telegrama, télex, fax, mail, sms para cerrar esta estación y pasar a transmitir desde Rivera, mirando al norte del país, viendo pasar el tráfico que fluye hacia el centro, ese centro que ya no es Montevideo porque la ciudad derivó, como yo, hacia el sur. Traslado mi Equinox un kilometrito más al norte, a 10 cuadras de Ellauri y de esa esquina que muchos han conocido, esa esquina tranquila de un barrio lleno de árboles, a otro barrio al que poco a poco deberé acostumbrarme a querer como quise a éste.
Llegué acá (el "acá" es Ellauri, al menos en esta transmisión) hace nueve años y armé con cero peso y el apoyo de todos ustedes, esto que ustedes conocen. Desde este lugar les rompí la paciencia con mi spam por nueve años y ustedes lo bancaron; algunos hasta lo supieron entender y querer, porque vieron que entre oferta y oferta y entre mal y buen humor, estaban recibiendo lo que escribía, pensando uno de ustedes que quizás, sólo un lejano quizás, decía cosas que muchos compartían.
Como en ese cuento que me rebota en la memoria de un operador de radio, que desde algún lugar teclea en morse su mensaje de cierre de transmisión, hoy, esta noche, estación Zulu Tango November, sentado en una silla, escribiendo en una vieja IBM Selectric de bolita, una máquina télex Siemens T100, un fax Panafax, un sms, un "lo que sea" pero palabra escrita, pergamino, papiro llevado por un mensajero Nilo abajo, tableta de arcilla de Babilonia, palabra escrita desde las primeras manchas de color que hizo una humanidad infantil en las cuevas de Altamira, rastros en una nube, letras en latín degenerado escritas por un legionario romano semi analfabeta en las murallas de Londinum o Lutecia, antes que debiera retirarse ante el avance de los pictos o los galos, puras palabras.
Imaginen si esto fuera una película de vaqueros e indios. El flaco de la peli, Gary Cooper -¡claro!- sentado en la estación de tren de Yuma, antes de High Noon -A la hora señalada- con Katy Jurado furiosa y despeinada. O quizás el viejo y querido Clint en los Imperdonables, borracho y furioso, matando a Billito de un escopetazo, ¡cool! Escena mejorada de la de Kris Kristofferson cuando, de la misma manera pero de calibre 12, le dispara en el rostro a uno.
Podía haber escrito de la impertinencia a todas puntas de "por qué no te callas" de un rey a un dictador, pero como no me gustan los reyes y festejo las republicanas decapitaciones de Carlos I por traidor a Inglaterra y la de Luis XVI por felón de Francia y, de paso, me anticipo a la defenestración de la monarquía de España y de Inglaterra y a todas las del planeta para que tarde o temprano vuelvan las repúblicas originales de Occidente y no las monarquías surgidas luego del colapso de Roma, no me hace gracia nada de eso. Un rey que pierde los estribos con un dictador no es más que algo que no trasciende.
¿De Botnia? Ya está en marcha, no hay nada que escribir.
El mundo gira, la sonda japonesa Kaguya llegó a la Luna y no se me movió un pelo porque lo que vieron los ponjas, ya lo habíamos visto hace 30 años y no vieron nada nuevo. Un tabarecito, un pobre pibe que nos hizo quedar mal con todos y todo está de cabeza, pero...
¡Salud y Rebienvenido a Equinox, otra vez pateando la maldita Luna cada vez más lejos!
Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com
AHORA EN RIVERA 2410 AP 802 TEL 7072942
Recuerdo el cuento de un autor cuyo nombre olvidé, que se llamaba algo así como último mensaje desde algún lado, que también se me escapa, pero qué más da, esa es la idea.
Esta noche es la última que escribo desde mi máquina en Ellauri. Digamos mi última carta, telegrama, télex, fax, mail, sms para cerrar esta estación y pasar a transmitir desde Rivera, mirando al norte del país, viendo pasar el tráfico que fluye hacia el centro, ese centro que ya no es Montevideo porque la ciudad derivó, como yo, hacia el sur. Traslado mi Equinox un kilometrito más al norte, a 10 cuadras de Ellauri y de esa esquina que muchos han conocido, esa esquina tranquila de un barrio lleno de árboles, a otro barrio al que poco a poco deberé acostumbrarme a querer como quise a éste.
Llegué acá (el "acá" es Ellauri, al menos en esta transmisión) hace nueve años y armé con cero peso y el apoyo de todos ustedes, esto que ustedes conocen. Desde este lugar les rompí la paciencia con mi spam por nueve años y ustedes lo bancaron; algunos hasta lo supieron entender y querer, porque vieron que entre oferta y oferta y entre mal y buen humor, estaban recibiendo lo que escribía, pensando uno de ustedes que quizás, sólo un lejano quizás, decía cosas que muchos compartían.
Como en ese cuento que me rebota en la memoria de un operador de radio, que desde algún lugar teclea en morse su mensaje de cierre de transmisión, hoy, esta noche, estación Zulu Tango November, sentado en una silla, escribiendo en una vieja IBM Selectric de bolita, una máquina télex Siemens T100, un fax Panafax, un sms, un "lo que sea" pero palabra escrita, pergamino, papiro llevado por un mensajero Nilo abajo, tableta de arcilla de Babilonia, palabra escrita desde las primeras manchas de color que hizo una humanidad infantil en las cuevas de Altamira, rastros en una nube, letras en latín degenerado escritas por un legionario romano semi analfabeta en las murallas de Londinum o Lutecia, antes que debiera retirarse ante el avance de los pictos o los galos, puras palabras.
Imaginen si esto fuera una película de vaqueros e indios. El flaco de la peli, Gary Cooper -¡claro!- sentado en la estación de tren de Yuma, antes de High Noon -A la hora señalada- con Katy Jurado furiosa y despeinada. O quizás el viejo y querido Clint en los Imperdonables, borracho y furioso, matando a Billito de un escopetazo, ¡cool! Escena mejorada de la de Kris Kristofferson cuando, de la misma manera pero de calibre 12, le dispara en el rostro a uno.
Podía haber escrito de la impertinencia a todas puntas de "por qué no te callas" de un rey a un dictador, pero como no me gustan los reyes y festejo las republicanas decapitaciones de Carlos I por traidor a Inglaterra y la de Luis XVI por felón de Francia y, de paso, me anticipo a la defenestración de la monarquía de España y de Inglaterra y a todas las del planeta para que tarde o temprano vuelvan las repúblicas originales de Occidente y no las monarquías surgidas luego del colapso de Roma, no me hace gracia nada de eso. Un rey que pierde los estribos con un dictador no es más que algo que no trasciende.
¿De Botnia? Ya está en marcha, no hay nada que escribir.
El mundo gira, la sonda japonesa Kaguya llegó a la Luna y no se me movió un pelo porque lo que vieron los ponjas, ya lo habíamos visto hace 30 años y no vieron nada nuevo. Un tabarecito, un pobre pibe que nos hizo quedar mal con todos y todo está de cabeza, pero...
¡Salud y Rebienvenido a Equinox, otra vez pateando la maldita Luna cada vez más lejos!
Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com
AHORA EN RIVERA 2410 AP 802 TEL 7072942
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