Sobre cambios climáticos, ecología, energía nuclear, Hiroshima y otras variaciones.
Los "cambios climáticos" son periódicos desde hace mil millones de años; en la National Gallery de Londres se pueden ver cuadros de 1200 con la gente patinando sobre el Támesis; es un tema absolutamente exagerado, como todos los milenarismos.
Cada época tiene sus mitos, sus miedos, sus catástrofes. Es así desde que la humanidad existe y atribuye cambios normales a causas inventadas o imaginarias, la llegada de un cometa, los aerosoles, en fin.
Hace más daño a la atmosfera un volcán como el de Finlandia que un millón de fábricas en China o Vietnam con sus chimeneas, pero el volcán está fuera de nuestro control, y las fábricas dan trabajo a millones aun con el humo de sus chimeneas ensuciando el aire.
Veo como risible, el preocuparse por especies que en realidad no son más que proteínas ambulantes, como lo somos también nosotros, que por la suerte de los congéneres que mueren de hambre y de enfermedades y violencia en Haití o Darfur, salvo que alguna estúpida periodista de alguna estúpida cadena para emigrantes latinos que no entienden inglés, como la CNN en español, los ponga en foco por cinco minutos y organice colectas para aliviar la culpa de los que más se preocupan por un caballo o un perro, que por un negro de África.
Obviamente, tampoco se llevarían ni alimentarían al pobre negro pero sí al perro abandonado, porque éste es más decorativo para pasear por la Rambla, que andar arrastrando a un Somalí por las confiterías, a las que van a charlar de las tonterías que suelen charlar las personas cuyo tiempo pueden dedicar a estas cosas, ya que su supervivencia está asegurada no por sus méritos como especie, sino por haber tenido la suerte de haber nacido acá o en Quebec y no en Somalia donde no hubieran sobrevivido ni 5 minutos; porque los tontos en situación de peligro son los primeros en ser escabechados y trozados como los atunes que ellos comen, sentados mirando la Isla Gorriti.
Esa zootropía (amor a los animales, para aquellos sin imaginación) exagerada esconde, oculta una filantrofobia o sea, y tampoco sé si la palabra existe, pero que es la falta de filantropía, el amor a su propia especie, que es la que nos debe importar antes que nada.
Por eso me fastidia el tema del ecologismo llevado al absurdo por la ignorancia popular y la viveza de los que lo magnifican, como el abombado de aquel fracasado candidato a Presidente de USA que inventó la estúpida gráfica de calentamiento, digna de una mala película y al que los suecos, que sólo sirven para inventar armas para que se maten otros, le dieron un premio digno del país de Alicia.
Me molesta el animalismo o el amor exagerado a especies de criadero y no a la propia especie humana porque lo considero una preocupación de barrios acomodados, que tienen sus vidas resueltas y que no entienden que las feas fábricas y sus sucias chimeneas con su humo, son y serán el símbolo de menos hambre para esos desgraciados que ellos ignoran en su esnobismo.
Deberían vivir un año en los barrios bajos de Calcuta o Bombay para apreciar lo que la gente de ahí, que no tiene tiempo para gilipolladas tales, aprecia la creación de esas fábricas apestosas... porque les permiten comer y no morir; y eso es bueno, todo es perfectible, pero lo perfecto, la mayoría de las veces es inalcanzable, atenta contra lo posible y lo que se puede hacer.
Estoy a favor, sin la más mínima duda, de la energía nuclear que es controlable, poderosa, barata, limpia y que es la solución a los problemas de energía, tema que los “ecoloadictos” detestan porque no entienden o se hacen los que no entienden, hasta tal vez, por algún otro interés menos filantrópico.
Los problemas que hubo con la energía nuclear, son fuente de mala interpretación y falla y desidia.
Chernobyl fue posible porque los rusos eran y son unos torpes -nunca pasaría en Europa- (ni ha pasado) y por el mito de Hiroshima, unas bombas bien tiradas que, afortunadamente, terminaron con rapidez una guerra empezada por los destinatarios de las mismas, y que mataron menos gente que un bombardeo convencional en Berlín o Dresden,y que salvaron la vida de miles de soldados aliados al no tener que invadir Japón, y eso es bueno porque, esos soldados estaban y están en nuestro bando.
Lo que sí es seguro, es que en Japón a nadie, nunca más, se le pasará por la cabeza atacar a un país en la forma vergonzosa que lo hizo en Pearl Harbor e iniciar una guerra. Las bombas fueron un argumento muy convincente de que si soplas y le haces viento en el culo al tipo equivocado, las tempestades que desatás te parten el tuyo y el de las personas que te rodean.
La gente a veces repite tonterías con buena intención, pero eso no quita que el 90% de los temas que manejan los ecologistas sean de una simpleza infantil y patética, cuya exageración hasta el absurdo hace que lo bueno que podrían lograr concentrándose en defender a su propia especie y no a las mariposas de colores del Valle de la Marmota, sea objeto de escarnio en artículos de mala leche como este que acabo de escribir.
Hasta la semana que viene,
Bocha y Tato
4 Comments:
At 3/03/2011 10:50 AM, Anonymous said…
Muy recomendable dosis de sensatez para un montón de idiotas útiles.
At 3/03/2011 11:01 AM, Anonymous said…
Al fin alguien que dice la verdad sobre el fantasma ese del ex vice presidente Gore. Sabés que cobraba más de U$S 100.000 más gastos por cada conferencia y que se calcula que díó más de mil ? Hacé los números, todo curro y qué curro!
At 3/03/2011 1:44 PM, Anonymous said…
Como me gustaría que el mundo entero leyera este "post".
Es necesario cuidar el ambiente, pero ocurre que unos pocos están lucrando a costas de hacer creer que se preocupan, y en realidad se ocupan de infundir miedo para sacar reditos.
At 3/03/2011 3:17 PM, Equinox Fin de Semana said…
Difundilo...no cobro derechos de autor!!
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