Hacia el abismo...en cámara lenta.
Hacia el abismo...en cámara lenta.
Por supuesto, en un país en que los pocos cambios que se han hecho, contra la voluntad de la clase política y contra la voluntad de las mayorías, que son conservadoras y retrógradas, todo lo poco bueno y lo mucho malo, pasa en Uruguay a cámara lenta.
Si hubiera pena de muerte ejecutarían al condenado con un martillito, pegándole durante una semana, hasta matarlo.
Y así vamos, en un ritmo de tortuga derechito al abismo, en donde la caída seguramente no sea estrepitosa pero tendrá las mismas consecuencias.
Miren el cine y verán que, aun en cámara lenta, el auto que cae termina despedazado en la barranca y sus ocupantes van cambiando los gestos de su cara de sorpresa a dolor, despacito, pero sin vuelta atrás.
Caemos lenta pero inevitablemente, porque después de muchas décadas de vacilaciones y de rotunda negativa a hacer cambios radicales en la estructura del país; se dejó llegar - que no llegó por méritos propios - al poder, a un grupo de aficionados que como todos los charlatanes de feria y de púlpito traían "la solución milagrosa" que todos necesitaban y esperaban.
Eso sí, no dijeron ni qué era, ni cómo funcionaba, sino que la empaquetaron en un buen marketing elemental, dirigido a una masa descreída, analfabetizada a propósito por sus cuadros de la enseñanza pública, para manipularla más fácil, no fuera cosa que pensara por sí misma y se cuestionara la mágica solución.
Décadas de guerrilla en todo sentido, derrotada militarmente pero triunfante políticamente, adueñada de los gremios, dieron como resultado la creación, gracias a la ineptitud de sus oponentes, del Estado Semifascista de hoy, en donde un grupo de médicos brujos que ha usurpado los diplomas de unos doctores, que para ser justos, tampoco habían aprendido nada en sus estudios, y ha tomado las riendas del país con la misma responsabilidad que Homero Simpson aplica, para manejar la central nuclear de Springfield.
No podía ser de otra forma, parafraseando la frase bíblica de "Aquellos vientos han traído estas tempestades" se puede decir que aquellos ineptos trajeron a estos anormales y no hay discusión posible en este punto: estos son hijos de las vacilaciones y faltas de dos partidos que se sintieron asegurados al poder y dueños de la sociedad, que se alimentaron de la riqueza sustraída al país, que hicieron crecer una burocracia que luego fue fácilmente absorbida por el mesianismo facilista de éstos que hoy gobiernan y que, al no hacer nada para crear un país moderno, lo único que lograron fue persuadir a la gente que Uruguay debía mantenerse parecido a sí mismo, es decir, cristalizado en una estúpida, inexistente, irreal, tarjeta postal de un Mundo Feliz ubicado entre los 30 y los 50, que en realidad, no existió nunca.
Y con eso, con la promesa vaga de volver a esa utopía disparatada, llegó y ganó por goleada el que más fácil hablaba en ese lenguaje semigutural y elemental de la calle, y el que más se asimilaba al Homo Lumpen que décadas de abandono intelectual por parte del Estado había ayudado a crear y reproducir, para ser la mayoría de la población y ese intérprete de la vaciedad de contenidos, de la nada bien expresada y de la grosería convertida en política, era y es quien hoy, desaliñado, pasa revista en Perú a una Guardia de Honor que lo mira estupefacto.
Se podrán discutir muchas cosas, pero la que es indiscutible, es que estamos en caída.
Un gobierno que sólo tiene en su haber la inútil persecución maniática de viejos militares, por motivos estrictamente personales, por rencor, por la bronca de haber sido derrotados por las armas, porque la existencia de esos militares les recuerda a estos guerrilleros de opereta, que eran cobardes, asesinos e incapaces de articular alguna acción militar coherente.
Un gobierno que dedica la mayor parte de su tiempo a eso, y que el resto del tiempo no hace nada más que sacudir el bote en que estamos 3 millones de personas con sus amenazas de más impuestos, con sus estupideces izquierdistas de no recibir a los inversores con los brazos abiertos y con una dialéctica entreverada que solamente puede mal interpretarse, todo eso no nos lleva más que al fracaso.
Con todos sus errores, con todas sus vacilaciones y carencias, de las que ninguno de nosotros está exento, los dos Partidos que hicieron esta Nación, más toda la gente independiente, liberales y hasta aquellos que han votado al FA como refugio a sus dudas, muy legítimas, sobre la actuación errática de muchos líderes blancos y colorados y ante muchas actitudes ultraconservadoras de muchos sectores de esos partidos, que no se han dado cuenta de los cambios que el país requiere.
Son éstos, los que si aggiornan su propuesta y unen esfuerzos, la única garantía que tenemos contra la prepotencia de los líderes del gobierno de hoy.
Hay que tener en cuenta que éstos, a los que hemos votado, aun con todos los peros, creen en la mecánica de la Democracia y no la usan sólo para subir al gobierno.
Se está estirando demasiado la buena suerte de no tener por el momento condiciones externas desfavorables.
No se está haciendo nada para frenar el vaciamiento de lo que se recauda, que va a parar al agujero negro de las Intendencias, de los Ministerios, de las famosas y malditas Empresas Públicas que no son empresas, ya que no se administran en serio, ni son públicas por que están privatizadas por los gremios de sus empleados.
Se está llegando a un límite, del que no habrá retorno una vez cruzado y es realmente desagradable, en pleno verano, mientras la gente aún siente la resaca de Fin de Año, tener que decir estas cosas, pero no hay más remedio.
En síntesis: este gobierno no es capaz de más nada de lo que ha hecho hasta hoy, para mal o para bien. No da para más, no se le puede pedir a un chancho que corra un Ramírez, es contra natura.
La "Ooooopooosición" así entre comillas, está pintada, duerme, está preocupada por cosas tan menores que no vale la pena ni mencionarlas y no es el freno que semejante chancho en bajada necesita.
No podemos contar con ella como tal, salvo decirle por enésima, centésima vez que despierte, que se reagrupe, que cambie de líderes y de estrategias de forma inmediata y que se aglutine en UNA unidad, aunque suene y sea redundante, porque sino la mayor responsabilidad de la catástrofe será suya, por haber perdido y regalado el poder a unos psicópatas llenos de odio por un pasado que sólo a ellos preocupa y por haberlos dejado gobernar a su antojo sin haber hecho más que algún gestito, suavecito, timidito, de rechazo que, por supuesto para estos brutos, es inexistente.
Está en manos de la ciudadanía que no votó esa medicina mágica que nos ha traído este país en caída, obligar a quienes le dio su voto aun con cierta renuencia, a que se pongan las pilas o que se vayan y admitan que siguen manteniendo la misma soberbia que los llevó a subvalorar a los tupamaros que hoy gobiernan y a ser derrotados por ellos de forma humillante, dos veces y en camino de la tercera y la cuarta si siguen en su trayectoria suicida.
Una sugerencia, dígale a su político amigo- si es de los raros politicos que tienen amigos de verdad y no votos con piernas- que deje de tomar sol y vaya a ser opositor en serio, que no pavee más. La cosa no da más, nos estamos quedando sin piso debajo de los pies y con un sistema que es una burla de la Democracia como lo fué Alemania Nazi donde los que destruyeron ese país y medio mundo, también llegaron al poder, por medio de promesas mágicas que luego fueron el humo que salió de las chimeneas de los campos de exterminio.
Hasta la semana que viene
Felix Obes Fleurquin
felix@equinoxuruguay.com
Por supuesto, en un país en que los pocos cambios que se han hecho, contra la voluntad de la clase política y contra la voluntad de las mayorías, que son conservadoras y retrógradas, todo lo poco bueno y lo mucho malo, pasa en Uruguay a cámara lenta.
Si hubiera pena de muerte ejecutarían al condenado con un martillito, pegándole durante una semana, hasta matarlo.
Y así vamos, en un ritmo de tortuga derechito al abismo, en donde la caída seguramente no sea estrepitosa pero tendrá las mismas consecuencias.
Miren el cine y verán que, aun en cámara lenta, el auto que cae termina despedazado en la barranca y sus ocupantes van cambiando los gestos de su cara de sorpresa a dolor, despacito, pero sin vuelta atrás.
Caemos lenta pero inevitablemente, porque después de muchas décadas de vacilaciones y de rotunda negativa a hacer cambios radicales en la estructura del país; se dejó llegar - que no llegó por méritos propios - al poder, a un grupo de aficionados que como todos los charlatanes de feria y de púlpito traían "la solución milagrosa" que todos necesitaban y esperaban.
Eso sí, no dijeron ni qué era, ni cómo funcionaba, sino que la empaquetaron en un buen marketing elemental, dirigido a una masa descreída, analfabetizada a propósito por sus cuadros de la enseñanza pública, para manipularla más fácil, no fuera cosa que pensara por sí misma y se cuestionara la mágica solución.
Décadas de guerrilla en todo sentido, derrotada militarmente pero triunfante políticamente, adueñada de los gremios, dieron como resultado la creación, gracias a la ineptitud de sus oponentes, del Estado Semifascista de hoy, en donde un grupo de médicos brujos que ha usurpado los diplomas de unos doctores, que para ser justos, tampoco habían aprendido nada en sus estudios, y ha tomado las riendas del país con la misma responsabilidad que Homero Simpson aplica, para manejar la central nuclear de Springfield.
No podía ser de otra forma, parafraseando la frase bíblica de "Aquellos vientos han traído estas tempestades" se puede decir que aquellos ineptos trajeron a estos anormales y no hay discusión posible en este punto: estos son hijos de las vacilaciones y faltas de dos partidos que se sintieron asegurados al poder y dueños de la sociedad, que se alimentaron de la riqueza sustraída al país, que hicieron crecer una burocracia que luego fue fácilmente absorbida por el mesianismo facilista de éstos que hoy gobiernan y que, al no hacer nada para crear un país moderno, lo único que lograron fue persuadir a la gente que Uruguay debía mantenerse parecido a sí mismo, es decir, cristalizado en una estúpida, inexistente, irreal, tarjeta postal de un Mundo Feliz ubicado entre los 30 y los 50, que en realidad, no existió nunca.
Y con eso, con la promesa vaga de volver a esa utopía disparatada, llegó y ganó por goleada el que más fácil hablaba en ese lenguaje semigutural y elemental de la calle, y el que más se asimilaba al Homo Lumpen que décadas de abandono intelectual por parte del Estado había ayudado a crear y reproducir, para ser la mayoría de la población y ese intérprete de la vaciedad de contenidos, de la nada bien expresada y de la grosería convertida en política, era y es quien hoy, desaliñado, pasa revista en Perú a una Guardia de Honor que lo mira estupefacto.
Se podrán discutir muchas cosas, pero la que es indiscutible, es que estamos en caída.
Un gobierno que sólo tiene en su haber la inútil persecución maniática de viejos militares, por motivos estrictamente personales, por rencor, por la bronca de haber sido derrotados por las armas, porque la existencia de esos militares les recuerda a estos guerrilleros de opereta, que eran cobardes, asesinos e incapaces de articular alguna acción militar coherente.
Un gobierno que dedica la mayor parte de su tiempo a eso, y que el resto del tiempo no hace nada más que sacudir el bote en que estamos 3 millones de personas con sus amenazas de más impuestos, con sus estupideces izquierdistas de no recibir a los inversores con los brazos abiertos y con una dialéctica entreverada que solamente puede mal interpretarse, todo eso no nos lleva más que al fracaso.
Con todos sus errores, con todas sus vacilaciones y carencias, de las que ninguno de nosotros está exento, los dos Partidos que hicieron esta Nación, más toda la gente independiente, liberales y hasta aquellos que han votado al FA como refugio a sus dudas, muy legítimas, sobre la actuación errática de muchos líderes blancos y colorados y ante muchas actitudes ultraconservadoras de muchos sectores de esos partidos, que no se han dado cuenta de los cambios que el país requiere.
Son éstos, los que si aggiornan su propuesta y unen esfuerzos, la única garantía que tenemos contra la prepotencia de los líderes del gobierno de hoy.
Hay que tener en cuenta que éstos, a los que hemos votado, aun con todos los peros, creen en la mecánica de la Democracia y no la usan sólo para subir al gobierno.
Se está estirando demasiado la buena suerte de no tener por el momento condiciones externas desfavorables.
No se está haciendo nada para frenar el vaciamiento de lo que se recauda, que va a parar al agujero negro de las Intendencias, de los Ministerios, de las famosas y malditas Empresas Públicas que no son empresas, ya que no se administran en serio, ni son públicas por que están privatizadas por los gremios de sus empleados.
Se está llegando a un límite, del que no habrá retorno una vez cruzado y es realmente desagradable, en pleno verano, mientras la gente aún siente la resaca de Fin de Año, tener que decir estas cosas, pero no hay más remedio.
En síntesis: este gobierno no es capaz de más nada de lo que ha hecho hasta hoy, para mal o para bien. No da para más, no se le puede pedir a un chancho que corra un Ramírez, es contra natura.
La "Ooooopooosición" así entre comillas, está pintada, duerme, está preocupada por cosas tan menores que no vale la pena ni mencionarlas y no es el freno que semejante chancho en bajada necesita.
No podemos contar con ella como tal, salvo decirle por enésima, centésima vez que despierte, que se reagrupe, que cambie de líderes y de estrategias de forma inmediata y que se aglutine en UNA unidad, aunque suene y sea redundante, porque sino la mayor responsabilidad de la catástrofe será suya, por haber perdido y regalado el poder a unos psicópatas llenos de odio por un pasado que sólo a ellos preocupa y por haberlos dejado gobernar a su antojo sin haber hecho más que algún gestito, suavecito, timidito, de rechazo que, por supuesto para estos brutos, es inexistente.
Está en manos de la ciudadanía que no votó esa medicina mágica que nos ha traído este país en caída, obligar a quienes le dio su voto aun con cierta renuencia, a que se pongan las pilas o que se vayan y admitan que siguen manteniendo la misma soberbia que los llevó a subvalorar a los tupamaros que hoy gobiernan y a ser derrotados por ellos de forma humillante, dos veces y en camino de la tercera y la cuarta si siguen en su trayectoria suicida.
Una sugerencia, dígale a su político amigo- si es de los raros politicos que tienen amigos de verdad y no votos con piernas- que deje de tomar sol y vaya a ser opositor en serio, que no pavee más. La cosa no da más, nos estamos quedando sin piso debajo de los pies y con un sistema que es una burla de la Democracia como lo fué Alemania Nazi donde los que destruyeron ese país y medio mundo, también llegaron al poder, por medio de promesas mágicas que luego fueron el humo que salió de las chimeneas de los campos de exterminio.
Hasta la semana que viene
Felix Obes Fleurquin
felix@equinoxuruguay.com
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