11 añitos de Equinox

11 añitos de Equinox

¡Tiempo detente! Pero no me da pelota y aquí estamos, otro más de esta tienda migratoria dentro de Pocitos pero con el alma en la vieja esquina de Ellauri donde espero, dentro de 200 años, pongan una placa holográfica -como las de Minority Report- que diga algo al respecto, que ahí nació el negocio con el que menos dinero hice en la vida pero el que más me divirtió. Eso ha sido bueno.

El mismo día, hablamos del 3 de Octubre de 1998, Maxi cumplía 20 años y por eso lo abrimos ese día, sobre todo -para que mis hijas no tengan celos- era el cumpleaños que quedaba más cerca de la fecha que la empresa estuvo en condiciones de salir al público. Muchos de ustedes estuvieron ahí, así que les ahorro la tanda sentimental familiar, pero reitero que fue la primera vez que hacíamos un emprendimiento todos juntos; luego cada uno fue despegando: Carolina con Andrés tienen el suyo y les va muy bien, están en el rubro, ya lo saben; Maxi está vinculado también a las computadoras en el suyo; y Leti es ejecutiva de ventas en una empresa ded informatica muy amiga y de las mejores resellers de Uruguay.

Pipi o sea Virginia, se despegó del tema en parte, ahora está en Jamaica con Josh -su novio- y se metió de lleno en el asunto de la hotelería y en el negocio de restaurantes, siempre le gustó atender gente y muchos la recordarán, como decía Julián Murguia JR: la contestadora de Equinox, el delivery express y la atención al público.

A otra cosa. Elecciones dentro de unos días, no digo nada hasta que pase el tema. La verdad, los he atomizado y me han atomizado con el tema, ya todos sabemos lo que vamos a votar, ya todos hemos decidido y nada hará que lo que pase deje de pasar. Los que ganen ganarán y los otros le tirarán las culpas a complots y conspiraciones, pero ninguno dirá que el que perderá, como suele pasar, pierde porque no ha sabido ganar. La culpa de las derrotas y el mérito de las victorias no dependen de los otros sino de cada uno y punto. Juro que no escribo editoriales sobre el tema hasta que Abbot y Costello pierdan y veremos qué dupla se lleva ese nombre. Veremos.

De las cosas que he descubierto en este año, en parte debido a no tener esa esquina al público de acceso fácil -es de las ventajas y virtudes de la movilidad-, de estar On the Go como dicen los gringos, que hay que tenerlos en cuenta porque el mundo gira alrededor de lo que ellos hacen o dejan de hacer, esa movilidad que aún acá, con los accesos a la red lentos y torpes, nos permite estar en todos lados y a la vez en el centro de lo que sucede. Ya les he contado que Virginia me regaló un BlackBerry cuando vino en junio, lo que me llevó del celular idiota al celular inteligente con teclado QWERTY, que me permite escribir lo que estoy escribiendo desde la cama mientras veo Movie City y del Toshiba que Carolina me empujó a comprar y desde el que manejo Equinox desde cualquier lado cuando decido, como el miércoles último que, podrido de estar con el culo en la silla, me iba a la rambla y mirando el mapa Wifi de Montevideo, me senté en la Librería Cafetería Oro del Rhin a laburar y, de paso, me leí medio libro.

Things change y lo bueno es estar malgre les annes con capacidad, como mi muy querido Simon Ditrich a sus jóvenes 80 y tantos, para asumir los cambios, disfrutarlos y divertirse. Aufi también, pese a su mal humor estudiado y a sus gruñones consejos y tomadas de pelo cuando me pongo estúpido de más con la política, entra en esta categoría de jóvenes intelectuales que no han perdido la capacidad de reírse de todos y en primer lugar, de sí mismos. No hay nabo más nabo que el que se toma a sí mismo en serio y se cree todo lo que uno mismo dice. Amén y paso.

Finalizo: hay un bruto regalo para los clientes y socios de Equinox. Socios son los que reciben esto y pagan su cuota anual de soporte y a los que dedicamos el tiempo que pasamos en la red. Socios son los que hacen que once años sean posibles, son la guardia de Equinox, los fieles, los que nos ayudan. Para ellos hemos armado un PAQUETE DE ANTITROYANOS, la verdadera amenaza de la red; los virus son historia. Vean la nota que armó Carmen al respecto y que les enviaré por separado más tarde u otro día.

Bueno gente, los esperamos, un abrazo y vamos por once años más.

A luta continua y es así para siempre, un beso a Mercedes Sosa que ha cantado y cantará por toda la eternidad "Nos estamos volviendo viejos" y el amor es un reflejo...

Hasta la que viene.

Bocha