Feliz Año 2009, disfrutalo a full desde el primer minuto.
Una guia de lo que te perdes por no desvelarte.
No te duermas
Feliz Año 2009, disfrutalo a full desde el primer minuto.
Hay demasiado para hacer antes de dormir, si te dormís te perdés todo el ritmo de cada estrella que choca con otra y crea una ola de luces que hace la noche más corta; y perdés detalles, perdés el tiempo porque la vida es limitada a cierta cantidad de hechos y si te vas a dormir, perdés todo lo que podría pasar, todo lo que pasa en la cocina del Universo mientras te dejás caer.
No podés darte ese lujo; hay tal enormidad de cosas que pasan cada día, que si te dormís esta noche vas a perder el ritmo y si lo perdés -tiempo habrá de dormir al morir- no te vas a enterar que en una noche, la galaxia en que vivís se extendió un millón de años luz y casi tocó el culo de Casiopea; no te vas a enterar que el ADN de las lombrices de tu jardín mutaron y se convirtieron en gérmenes de un dios que fue dios para las lombrices del mañana y que ese dios reptante, en un acto de magia, hizo un universo de cuarenta noches a su imagen y semejanza.
No te duermas, mira al muelle del Yatch Club ahí en el Buceo, esta noche mientras todos duermen, de ahí sale un galeón negro lleno de piratas de mal aliento y totalmente borrachos que van hacia la Isla de Flores a buscar sus doblones de oro enterrados; no te duermas y mirá esa luna alrededor de la cual, en su puta gordura amarilla giran nuestras naves que van hacia Saturno, a llenar sus anillos de tropas galácticas que van a colonizar el Universo y, si te dormís, te perdés todo eso. No te duermas, mirá al norte, en esa estrella solitaria que esta Navidad ilumina tu mesa llena de los últimos jazmines de diciembre, hay un eco de tu sonrisa llena de curiosidad que ponés cada vez que este escribidor reitera estas cosas; mirá bien, si estás atento, quizás sientas alrededor tuyo un aleteo, alas, algo que se mueve alrededor de ti y eso se llaman recuerdos y melancolías y es lindo, porque recuperan cosas perdidas si no estás dormido.
Hay más en las noches que se nos pierden, por eso yo trato de no hacerlo, de ver qué pasa mientras todos duermen. Hay un ómnibus, el 121 G por lo de Galaxia Norte, que pasa por Avenida Brasil, llega a 18 y toma hasta el Espacio Puerto de Alfa 32, ahí hacés cambio y por medio de boleto de transbordo te subís al launcher que te lleva hasta la Estación de Tránsito 34, en París, al medio del metro que pasa por Chatelet; ahí, usando el mismo boleto, tomás el directo nocturno que pasa a las 12:00, con la banda de Rockanrolla al timón y al ritmo de rock, llegás, quizás mañana al Barrio Sur, con tango de música de fondo.
No te duermas, no cierres los ojos. En este mismo momento, en este momento que parpadeaste de cansancio, una estrella allá lejos hizo ¡Bum! y de ella salieron miles de mensajes en raros ADNs que llenaron de vida un millón de planetas al sur de Alfa de Centauro y ahí mismo, en un parpadeo, ¡cha chan!, un soldadito de un ignoto ejército de un perdido imperio, un cabo, un sargentito, un miliquito sin nombre, de repente se hizo con todo el poder de eso y llamalo Napoleón o Chin Chan, mientras te rascabas los ojos de puro sueño, se coronó emperador de la Ciruela y del Santo Imperio del Sur.
No te duermas aún, haz un esfuerzo y desvelate, estamos en pleno verano, no habla nadie de política, ni de elecciones, ni de candidatos, ya vendrá el mal tiempo de días grises y lluviosos y melancólicas decisiones, ya llegará con el viento húmedo del otoño el momento de pensar en cosas graves, de esas que te retuercen el estómago, ya habrá tiempo de enojos, de críticas y de estados de cuenta; pero no es hoy, hoy estamos en verano y hay una sagrada tregua por la Navidad y el Fin de un año que por igual a otros es totalmente diferente. Si hacés el esfuerzo de dejarte llevar y llegar a las 3 ó 4 de la mañana en una noche de verano, y si te das manija ver el amanecer de un nuevo día a la orilla del mar, recibirás el premio de ver, de ojos cansados, salir al sol rotundamente.
Y por eso y cosas parecidas es que vale la pena un poco de insomnio y vela de armas, aunque solo sea por darle la contra a los que se duermen temprano y se pierden el viaje mágico de la noche hasta el otro día, ese viaje que las viejas tribus y antiguos ejércitos aprovechaban para velar armas, para tomar por asalto al nuevo día bajo la luz resplandeciente del sol de la mañana siguiente. ¡Imagina!... ¡Recuerda! 300 héroes aquella mañana en Termópilas, el cielo será oscurecido por las flechas de los persas, con lo que dijo Leónidas, nos harán el favor de pelear a la sombra.
Si podés, se que es muy difícil, a esas horas indecentes que la gente normal duerme y ronca, andate a la costa, en La Estacada, justamente a las 5.45 de la mañana, llega cada noche de luna llena, un barco que salió del Mar del Sur, que pasó por Cabo de Hornos, que hizo escala en Singapur y levantó bagayo en Port Moresby, aprovisionó carbón para sus calderas en Papua, tomó agua en Isla de Pascua y su Capitán que era Hadock, el de Tintín, primo materno de Ahab el de Moby Dick, recontra descendiente de Temístocles, el de Salamina, esas noches para en Punta, en La Barra, y clavando monedas de oro en el mástil del Pequod, escuchando Urbana, lanza sus maldiciones al estilo Gregory Peck contra Moby.
Si te dormiste, sonaste, el universo dio 200006 revoluciones sobre su eje, el camino de tierra y balastro que mi camioneta Indio-la naranjita- lleva hacia el este rumbo al Chuy, a las murallas de San Miguel y al Cementerio que queda bajo el Fuerte, ya pasamos por Santa Teresa, ya supe la historia del hombre lobo y pasados de ticholos, vimos todo y creamos historias y mundos y personajes, desde ahí hasta Interlaken, Mombasa o Samarkanda, pues en cada año que comienza, hay mas por delante que en el pasado. El pasado muchas veces es una trampa y hay que evitar caer en ella, especialmente cuando estamos predispuestos a recordar e idealizar; está por amanecer y por eso..¡Feliz Año!
See you later!
Félix Obes Fleurquin
felixobes@gmail.com
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